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La Escuela Regina Apostolorum y el Instituto Teológico de Vida Religiosa aprovechan el verano
En Madrid se hacen bromas. Algunas estaciones de metro dan pie a confusión: Colombia, Buenos Aires, Santo Domingo… De junio a septiembre los profesores del Instituto de Vida Religiosa y de la Escuela Regina Apostolorum toman el metro, pero también se distribuyen por el mundo. Casi todos los continentes saben de su ministerio: ejercicios, cursillos, clases, asesoramiento a capítulos provinciales y generales…
Pero la actividad en la sede central se detiene. Durante el mes de julio, más de cuarenta alumnos han desafiado con ánimo al calor y al cansancio asistiendo mañana tras mañana al Curso Sistemático de Teología de la Vida Religiosa por el que han pasado ya miles de religiosos. Los asistentes a esta edición de 2012 procedían de veintiocho congregaciones y de tres continentes distintos.
Desde hace décadas el Curso Sistemático se desarrolla en los meses de julio de dos años sucesivos y presenta condensadamente las múltiples facetas de una teología de la vida consagrada a la altura de los tiempos: inspiración bíblica y tradición eclesial, fundamentación cristológica y eclesiológica, perfiles carismáticos y riqueza comunitaria, aspectos antropológicos y psicológicos, elementos espirituales y canónicos. Esta vez se ha entregado el diploma a 14 alumnos que completaban su segundo año.
Semanas antes, a comienzos de mes y durante ocho días bien aprovechados, treinta y seis jóvenes religiosos y religiosas -venidos de once naciones y pertenecientes a dieciocho familias de vida religiosa- participaban en el encuentro que prepara específicamente para la profesión perpetua, en el que muchas congregaciones llevan años depositando su confianza. Con el lema ‘indícame el camino que he de seguir’ (tomado del Salmo 142), los jóvenes han tenido la oportunidad de recapitular su experiencia de seguimiento y de prepararse para el momento de la Alianza definitiva con Dios y del compromiso perpetuo con la Iglesia y con su propio instituto. Guiaron la experiencia Mª Luisa González, Religiosa de la Presentación de la Virgen María de Granada, y los claretianos Pablo Largo Domínguez, Director de la Escuela, y Alejandro José Carbajo, superior de la comunidad claretiana de San Petersburgo.