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Fallece el P. Javier Carranza de Haza
* Nació en Sámano (Cantabria) el 11 de agosto de 1928.
* Primera profesión en Salvatierra (Álava) el 15 de agosto de 1949.
* Ordenado sacerdote en Santo Domingo de la Calzada el 15 de abril de 1956.
* Ha fallecido en Gijón (Asturias) el 2 de agosto de 2013.
Tras sentirse especialmente cansado durante varias semanas y acudir por propia iniciativa a los médicos, el P. Javier (instado por los hermanos de comunidad) acudió ayer, día 2, al Hospital de Cabueñes de Gijón, donde acordaron ingresarle unos días para atajar ciertos problemas cardiorespi-ratorios. Cuando todo sugería que su recuperación estaba encarrilada, falleció inesperadamente.
Nacido en la localidad cántabra de Sámano, en las cercanías de Castro Urdiales, fue alumno de nuestro Colegio del Corazón de María, donde culminó sus estudios de Bachiller. Aprobado el examen de Estado y tras un primer acercamiento a los estudios civiles, decidió retomar con seriedad su vida de fe (“me había entibiado”) y “tras consultar con el Hermano (Francisco) Artola” comenzó el postulantado en Salvatierra, donde haría también el noviciado, con el P. Toribio Pérez como maestro. El 15 de agosto de 1949 emite su primera profesión; el mismo día, en 1952, hace la profesión perpetua. Sus estudios de Filosofía transcurren en Beire (1949-51) y Santo Domingo (51-52), donde hará también los estudios teológicos (53-56), que remata en Baltar con el año de pastoral. Entre sus formadores destacan los PP. Serafín Ruiz, Venancio Zuloaga y Fidel Martínez. Santo Domingo será también, el 15 de abril de 1956, escenario de su ordenación sacerdotal.
En la vida ministerial del misionero presbítero Javier destacan dos lugares: Gijón (Asturias) y el Departamento de San Martín, en Perú. Miembro de la comunidad de Gijón de 1957 a 1970, trabaja sobre todo como profesor y responsable de disciplina en el Colegio. En 1970 acepta gustoso (“soy hijo de obediencia”) incorporarse al equipo fundador de la Misión que la Provincia de León abre entonces en el Huallaga peruano. Durante 19 años pertenecerá a la comunidad de Juanjuí, viviendo fundamentalmente en Saposoa, localidad de la que será párroco durante un largo período. “Totalmente compenetrado con el pueblo”, Javier ejerce su sacerdocio desde la parroquia, atiende poblados y asentamientos bien distantes y se implica muy intensamente en la educación cristiana como profesor y en la formación de líderes evangelizadores. Tiempo habrá de reseñar por escrito su vivencia claretiana de estos años, en los que no regresa a España, y en los que varias veces acoge las peticiones de los fieles y encabeza a su servicio diversas movilizaciones sociales y pastorales.
En 1989 regresa a España. Su llegada coincide con el empeoramiento de la salud de su hermano Crisanto (CMF), que atraído por el ejemplo de Javier había dejado atrás experiencias de Trapa y Cartuja. Javier preside su funeral en Calatayud. Tras unos meses en la comunidad de Gijón-Colegio con una especial dedicación al Santuario de Contrueces, pasa en 1990 a la comunidad de Gijón-Parroquia. Vicario parroquial oficialmente de 1992 a 2004, actúa como tal de facto de 1990 hasta ayer: dedicado muchas horas a la semana a la iglesia (celebraciones, funerales, confesonario), se responsabiliza durante años de la pastoral de infancia, atiende a la Archicofradía del Corazón de María, visita enfermos, acompaña a los niños en las colonias de Valdepiélago, anima semanalmente grupos de formación bíblico-cristiana, alienta experiencias de espiritualidad y profundización (como los grupos de zen), colabora con los oratorios y la pastoral del Colegio y enriquece de modo muy notable la vida comunitaria. Quienes han convivido con él dan claro testimonio de su categoría humana, sacerdotal y religiosa; el presbiterio diocesano y los feligreses de Gijón ya han comenzado a dar cuenta pública de ello. Admirado por muchos por su honda experiencia espiritual y disposición al servicio, Javier (CMF) ha pasado ya a la casa del Padre. Descanse en paz.