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Celebracion del Centenario de La Mision Española de París

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El día 15 de octubre de 1914, los Misioneros Claretianos celebraron por primera vez la Eucaristía en la sede de la Misión Española de Rue de la Pompe de París, en lo que había sido un convento e iglesia de Padres Carmelitas Descalzos.

Desde entonces, durante cien años ininterrumpidamente, la casa y la iglesia de Rue de la Pompe han sido un punto de referencia para los emigrantes españoles e o de lengua española en París: simbólicamente, el claustro de la casa era conocido como la “Plaza de España”.

El 12 de octubre del 2014 hemos querido recordar los cien años de presencia y servicio de los Misioneros Claretianos a nuestras comunidades con la celebración de una solemne Eucaristía, abierta a todos los que actualmente son nuestros “fieles”: la comunidad hispanófona y la comunidad francófona; a este fin, la celebración fue bilingüe, alternándose en ella la lengua francesa y la lengua española, tanto en las lecturas de la Palabra de Dios, como en las oraciones propias de la Misa o en la homilía. También fueron en francés y en español los cantos que animaron la Eucaristía.

Para la ocasión el presbiterio de nuestra iglesia lucía una espléndida decoración floral, sea en torno al altar y al sagrario que adornando la imagen de la Virgen del Pilar.

La celebración eucarística fue presidida por Don Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete y Presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones  de la Conferencia Episcopal de España, y concelebrada por un significativo grupo de presbíteros: la actual Comunidad Claretiana (PP. Arturo Muiño, Carlos Tobes, Médard Kwango, Samuel Sueiro y Arturo Pinacho), el P. Pedro Belderrain, representante de la Provincia Claretiana de Santiago a la que la Misión pertenece, el P. Pierre Zanga, Superior de la Delegación de Francia de los misioneros Claretianos, el P. Félix Alba, miembro de la Misión Española de París durante muchos años, el Padre José Luis Pinilla sj, Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal de España, el P. Lorenzo Prencipe cs, Director  del Service National de la Pastorale de Migrantes et Personnes Itinerantes de la Conférence des Évêques de France y D. Antoine-Louis de Laigue, Párroco de la parroquia de Notre-Dame de Grâce de Passy, en cuyo territorio se encuentra la Misión. Posteriormente se sumaron a nuestra celebración Mons. Renauld de Dinechin, Obispo auxiliar y Vicario General de la Archidiócesis de París y miembro de la Commission pour la pastorale des migrants de la Conférence des Évêques de France y D. Michel Gueguen, Párroco de la parroquia de Saint-Honoré d’Eylau, en cuya parroquia residieron los Misioneros Claretianos en 1913, durante un año, antes de tomar posesión de la sede de Rue de la Pompe.

Contamos además con la presencia y ayuda de dos “monaguillas”, las hermanas Daniela y Ana Karen Bernal.

La celebración tuvo un particular colorido “hispano”, al coincidir con la fiesta de la Virgen del Pilar y el día de la Hispanidad, memorias ambas sumamente significativas para gran parte de los participantes.

Es de destacar la magnífica respuesta y participación de los fieles, entre los que debemos mencionar al sr. Embajador de España en París, Don Ramón de Miguel y su esposa, así como el sr. Canciller  General; los Consejeros de Educación, D. Justo Zambrana y de Empleo y Seguridad Social, D. Ignacio Niño; el Teniente Coronel de la Guardia Civil, D. Andrés Jiménez y el cuerpo de Guardias Civiles en servicio en la Embajada; la Directora del Colegio Español “Federico García Lorca” D. Margarita González.

Nos acompañaron igualmente algunas de nuestras hermanas españolas de las comunidades de Hijas de la Caridad y de Religiosas de María Inmaculada.

Y sobre todo, un consistente número de fieles de las comunidades españolas y latinoamericanas de París, así como de franceses cercanos, física y espiritualmente, a la Parroquia.

A todos ellos no podemos sino agradecer cordialmente su presencia.

La celebración eucarística estuvo marcada por un ambiente de alegre acción de gracias al Dios de todos los pueblos, por las misericordias que ha derramado, durante estos cien años, sobre su iglesia peregrina en París. A Él debemos remitir todo mérito en nuestra acción pastoral, y a Él pedir perdón por los obstáculos que nuestras debilidades hayan puesto a esta acción.

En su homilía, el sr. Obispo celebrante, don Ciriaco Benavente, quiso poner de relieve la importancia de este día para nuestras comunidades: significativamente, el 12 de octubre recordamos por una parte a Sta. María del Pilar, de tan arraigada devoción en España y Patrona de la Guardia Civil, y por otra, la acción evangelizadora que llevó a cabo España entre los pueblo de América, a partir del encuentro entre dos mundos que tuvo lugar el 12 de octubre de 1492, y que tan ricos frutos de santidad y cultura ha producido tanto en España como en América.

“Las migraciones son uno de los fenómenos   más  significativos de nuestro tiempo”, dijo.  Y a continuación recalcó: “Algunos lo ven  como una amenaza. Pero si  nuestro mundo se ha convertido en la aldea global, ¿por qué no ver  las migraciones como la punta  avanzada  de los pueblos en camino  hacia la fraternidad universal? Esperamos y deseamos que  esta Europa nuestra, que ha sido pionera  en el reconocimiento de la dignidad  de la persona humana y en la proclamación de los derechos humanos universales,  lo sea también en este momento tan crítico para las migraciones.  Siguiendo la lógica individualista del propio interés, podemos  cerrarnos  en  la defensa de  lo que consideramos nuestras seguridades y nuestro bienestar, o podemos seguir la lógica del  amor  y actuar en claves de bien común  y de solidaridad. Nuestra  Iglesia no conoce fronteras, nadie es para Ella extranjero. Por eso,   viene  trabajando en   claves de integración, que, para  todo creyente,  son claves de comunión.  Eso intentamos   y a eso instamos a todos los pueblos y a todas las personas  de buena voluntad.”

Ese mismo encuentro se repite cada vez que un hombre o una mujer emigran de su país de origen para establecerse en otras tierras: siempre se crea un proceso de mutuo enriquecimiento. Por ello debemos estar siempre abiertos a una amorosa acogida, también en nuestros días que conocen nuevas corrientes migratorias.

Tras la Misa, aprovechando que el clima se mostraba “milagrosamente” clemente, todos los participantes fueron invitados a pasar al antiguo claustro del convento carmelita, la famosa “Plaza de España” de otros tiempos, actualmente patio del Colegio Español de París “Federico García Lorca”, para compartir un sencillo y fraterno aperitivo, amorosamente preparado y servido por nuestros “colaboradores y colaboradoras” habituales: a ellas las gracias por su dedicación, sin la cual no hubiera sido posible este momento de fiesta compartida.

Los Misioneros Claretianos agradecemos a todos los que han colaborado a lo largo de estos cien años en la labor pastoral entre los emigrantes de lengua española en París, y a cuantos, de manera particular, nos han asistido y acompañado en la celebración de este Centenario.

 

París, 12 de octubre 2014

Arturo Pinacho, cmf
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