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Vigo: cincuenta años de la Parroquia del Corazón de María
Hoy los claretianos que trabajan en la diócesis de Tui-Vigo hacen memoria agradecida. Dentro de poco celebrarán los setenta y cinco años de presencia claretiana en la zona, pero hoy justamente hace cuarenta y nueve años, se fundó la parroquia Corazón de María. Fue entonces cuando el joven obispo Mons. José Delicado sentó las bases de un precioso plan de renovación pastoral, en línea con los aires nuevos del Concilio Vaticano II, y dio un vuelco al municipio creando catorce nuevas parroquias, seis de ellas atendidas por institutos de vida consagrada. Entre ellas, la del Inmaculado Corazón de María de los claretianos. Su actual párroco, el P. Alfredo García, es bien consciente de la riqueza que supone este medio siglo de misionar en tierras gallegas: “revivir la historia y reconocernos en ella es ya motivo suficiente para dar enormes gracias a Dios”.
Bajo esta misma premisa de dar gracias por estos cincuenta años de camino conjunto, el obispo Mons. Luis Quinteiro Fiuza, consciente de las bendiciones que han sembrado aquellas catorce parroquias, reunió ayer a los sacerdotes, fieles y autoridades civiles –destacaba la presencia del alcalde, y la delegada de la Xunta–, para compartir una cuidada eucaristía en la Concatedral de la diócesis. En su homilía el prelado rescató las palabras de su predecesor, Mons. Delicado, actualizándolas a la luz del magisterio del papa Francisco. Hace medio siglo se advirtió del peligro de “no saber dar respuesta pastoral adecuada a las transformaciones de la historia”. Hoy el Santo Padre nos urge a una Iglesia en salida, con parroquias más cercanas a la sociedad y de puertas abiertas.
Por tanto, la reflexión que ofrece la celebración de estas bodas de oro obliga a pensar en cómo seguir creciendo en intensidad misionera, compromiso y vitalidad, sabiendo que, aunque el espíritu se mantiene intacto, el mapa de la sociedad de hoy es bien distinto al de los inicios de la parroquia. En esta clave son varias las actividades que la comunidad claretiana ha organizado en este curso pastoral. Destaca entre ellas la ilusión que los misioneros han depositado en la semana de evangelización, que tendrá lugar del 3 al 10 de mayo y contará con la colaboración del Equipo Claretiano de Evangelización de la Provincia hermana de Fátima. Además, haciendo suyo el Plan de Parroquias de la Provincia, se han puesto en marcha los “grupos de parroquia misionera”, creados con el fin de poner en común, dos miércoles al mes, el significado de ser parroquia a la luz de las orientaciones del Papa Francisco. Todo esto sin olvidar las actividades ordinarias: liturgia, catequesis, visita a enfermos, servicio a los pobres, y también la atención que desde hace más de quince años se está dedicando a la pastoral de la inmigración. No solo por las clases de español ofrecidas gratuitamente a los que necesiten hacer uso de la lengua, sino también por la acogida especial a los migrantes venezolanos. El P. Abel Mauricio Pino lleva meses volcado en encuentros y atención a su religiosidad y forma de vivir y expresar la fe.
Por último, ha echado a andar hace escasos veinte días una nueva iniciativa de la que los misioneros de esta parroquia se sienten orgullosos. Se trata de los ‘Puntos de Encuentro’, nacidos con el fin de facilitar el acercamiento entre los ciudadanos de grandes urbes. “Queremos habilitar un espacio en la parroquia que dé la oportunidad al encuentro, tanto de los más alejados a la vida de la Iglesia como de los más implicados con nosotros”. El boca-oreja entre los vecinos está haciendo que personas que habían abandonado toda idea de visitar una parroquia sean ahora más o menos asiduas a alguno de los talleres para mantenerse en forma física o ejercitar la memoria; algunos otros están ya participando de clubs de lectura, de arte, de cine y próximamente se celebrarán charlas sobre el uso del móvil o temas de ecología. El P. Alfredo García lo resume así: “no se trata más que de una iniciativa más neutra que las demás para que las personas se puedan encontrar unas con otras”.
Tal como dice la carta de presentación de la agenda de actividades del curso: “Tenemos mucho que agradecer [por estos cincuenta años], y también mucho más que imaginar. Animémonos a participar y pongámonos todos en actitud de escucha de lo que el Señor quiere de nosotros en este momento”.