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Nace en Madrid la Unidad Pastoral ‘Corazón de María’
La parroquia de Nuestra Señora del Espino de Madrid ha conocido muy de cerca los efectos del covid 19. Los ha conocido en los hospitales, en los domicilios y en los cementerios; los ha conocido en el templo, en los momentos personales de oración y de comunicación con los más solos, en los mil modos en los que Caritas o la Fundación Proclade (tan relacionada con la parroquia) han compartido alimentos, cercanía, cuidados o ayudas.
Pero en 2020 y 2021 la parroquia ha sabido también de celebraciones. En un momento fueron los 25 años de la capellanía filipina, tan fundamental en la vida parroquial. Ahora, en junio de 2021, han sido los cuarenta años de la inauguración oficial del actual complejo parroquial; una efeméride en torno a la cual la comunidad cristiana ha querido seguir fortaleciendo su camino.
Sacerdotes y fieles recordaban hace unos días aquel 27 de junio de 1981 en el que la inauguración oficial del templo, presidida por el Card. Tarancón, coincidía con la ordenación de cuatro jóvenes sacerdotes claretianos. La comunidad había vivido con intensidad momentos previos: la concesión de la licencia de obra, la bendición de la primera piedra…
Pero la vinculación claretiana con el barrio y el resto de la comunidad no se inició en 1981. En 1964 el arzobispo de Madrid ofreció a los Misioneros la atención de una parroquia dedicada a Nuestra Señora del Espino, servicio que los claretianos fueron prestando desde diversos lugares y viviendas.
Aquel junio del 81, dicen las crónicas, el templo estaba de bote en bote. La tarde estuvo llena “de parabienes, risas y cantos de alegría y felicitación”. Hoy, cuarenta años después, los claretianos renuevan su compromiso con la Iglesia de Madrid y con los vecinos de Tetuán-Ventilla y su presencia en la parroquia se ampliará a la vecina y hermana Parroquia de Nuestra Señora de Madrid cuando ambas comunidades cristianas se articulen, animadas por el Card. Osoro, para dar a luz la unidad pastoral ‘Corazón de María’, cuya atención pastoral ha sido confiada a los Misioneros Claretianos. “Aunque hasta el mes de septiembre no será efectivo, queremos poner bajo la protección del corazón de María este nuevo reto pastoral en nuestro barrio”, afirma el P. Jorge Domínguez, párroco de Nuestra Señora del Espino. Para el religioso “con la nueva unidad pastoral, queremos recorrer un camino aunando voluntades, destacando entre todos las más urgentes prioridades y fomentando la corresponsabilidad de los bautizados en la comunión y misión de la parroquia”. “En definitiva, con esta forma de organización pastoral potenciaremos más aún el empeño de que cada uno de sus miembros, desde sus respectivas vocaciones y ministerios, ponga todo lo que tiene al servicio de la única misión de la iglesia: el anuncio de salvación en Jesucristo”, redunda.
Desde ya, compartiendo camino
Con la vista puesta ya en el futuro, el 22 de junio el P. Jorge Domínguez y el superior provincial, P. Pedro Belderrain, tomaron parte en la última reunión de este curso del consejo pastoral de la Parroquia de Nuestra Señora de Madrid.
En el encuentro, en el que participó el vicario episcopal de zona, D. Ángel Camino, los claretianos constataron con gozo algo que ya sabían: la gratitud de los laicos hacia quienes han sido sus sacerdotes estos últimos años (D. Ramón, D. Jesús y D. Telesforo), con los que como vecinos de arciprestazgo los claretianos ya han compartido camino.
En estos momentos en que tristemente han tenido y tienen que retirarse de otros lugares, los claretianos han creído que merecía la pena fortalecer con esta ampliación la presencia misionera de la Iglesia en esta zona de Madrid, tan castigada por las crisis económicas de los últimos años y con una presencia notable de población inmigrante. Como han hecho en las últimas décadas, los Misioneros tratarán de estrechar lazos de comunión trabajando cada vez más como arciprestazgo y vicaría al servicio del Evangelio y de los más necesitados.
Una estampa del Corazón de María acompaña desde enero de 1980 los cimientos del templo del Espino. Sin duda el Corazón de María acompañará desde ahora de un modo especial a estas dos comunidades que llevan el nombre de María (del Espino, de Madrid) en esta nueva etapa de su andadura.