Nuestro colegio de Gijón, ganador del II Certamen ‘Creemos’ convocado por Escuelas Católicas

El Departamento de Pastoral de Escuelas Católicas, en su empeño por impulsar proyectos que ayuden a dinamizar la vida pastoral de los centros educativos de inspiración cristiana, convocó por segundo año el Certamen ‘Creemos’ de buenas prácticas e innovación pastoral. Un premio que hace valer el esfuerzo e interés por adecuarse a los tiempos y realidades que precisan el anuncio explícito del mensaje de Jesús de Nazaret y que en esta ocasión ha recaído en el proyecto ‘El viaje de Maya’, de la etapa de infantil de nuestro colegio Corazón de María de Gijón (CODEMA). Así fue anunciado en la mañana de hoy sábado en las Jornadas Nacionales de pastoral que la institución Escuelas Católicas ha celebrado y retransmitido de forma online.

La historia de la tortuga Maya es la de una gran migración, un viaje del que estuvieron pendientes niños de 3, 4 y 5 años. Un tema vigente y controvertido, los desplazamientos masivos en un mundo cercado por fronteras, en gran medida, simplemente mentales. “¿Y cómo un niño de esa edad puede comprender lo que es migrar?”, se interrogó el P. Germán Padín, claretiano de referencia en la pastoral de Primaria e Infantil. “Nos valimos del cuento de la tortuga Maya para dar a conocer un tema un tanto abstracto”, responde el claretiano. Así, la historia de Maya exhibe el trayecto entre la zozobra y la esperanza que dibuja un animal que en su entorno no puede continuar viviendo. “Maya tiene que buscar agua limpia comida y, además, huye de las peleas entre sus hermanos mayores. ¿Comprenderían nuestros alumnos de infantil que lo que le pasa a Maya puede extrapolarse a lo que padecen cientos de personas?”, cuestionaba Padín.

“Nos respondimos que sí, a partir de ello elaboramos toda una dimensión pedagógica participada por el equipo directivo de educación infantil del centro”, interviene Aitor Castaño, coordinador de pastoral del CODEMA. El resultado fue que los más pequeños disfrutaron de una selección de lecturas acerca de las tortugas, y además cada clase se aplicó en sus horas de plástica en la elaboración de una mascota hecha con sus propias manos, utilizando materiales como hueveras, cartulinas de colores y plásticos. En total, elaboraron decenas de pequeñas tortugas que incluso sacaron a pasear por el patio del centro escolar simulando la migración de Maya, haciéndose una idea de lo largo que se hace el camino cuando no se cuenta con el apoyo de los demás.

“Fue un proyecto precioso por lo aglutinador de la idea, el trabajo conjunto que desde la idea de migrar se aplicó a todas las áreas pedagógicas”, incide Castaño. En lo relativo a la pastoral, “cada tortuga creada por los niños se convirtió en una única e irrepetible, cuidada por todos y querida tal como es”. También ‘apadrinada’ por las familias, pues la sorpresa llegó el día que un mensajero llamó a las puertas de la clase y los alumnos recepcionaron tres pequeñas tortugas vivas “a las que pusimos nombre, cuidamos y limpiamos con ayuda de una colecta en la que intervinieron los padres de los niños”, explica Padín. De eta forma las aulas de infantil participaron en el proyecto de cooperación al desarrollo de la Fundación Proclade, nuestra oenegé, que pudo asistir a un total de mil receptores, familias y personas vulnerables, en riesgo de exclusión social, que ante la crisis del coronavirus estaban viviendo un sensible empeoramiento de sus situaciones.