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Comienza la Asamblea Nacional de la CONFER
Cumpliendo con lo previsto el pasado mes de noviembre, desde hoy, día 24 y durante los dos próximos días se celebrará por segunda vez en este mismo curso la Asamblea General de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), este importante encuentro que convoca a los superiores mayores de la vida consagrada de España. Serán tres días cargados de un mensaje de esperanza que, hasta el próximo 26 de mayo y al hilo del sínodo de la sinodalidad convocado por el papa Francisco, busca subrayar que la vida religiosa está formada por hombres y mujeres que hacen de su vivir un camino con otros, y que se demuestra día a día en la expresión vivencial de sus carismas junto a todo el Pueblo de Dios.
La misma y única misión evangelizadora
“Los consagrados junto a las Iglesias particulares en las que peregrináis nos hallamos en la misma y única misión evangelizadora de la Iglesia, nuestra razón de ser. La vida consagrada no es una realidad aislada y marginal, sino que está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión”, expresó al inicio de la Asamblea General el religioso claretiano y obispo de León Luis Ángel de las Heras. Así, en el saludo institucional, el presidente de la comisión episcopal para la Vida Consagrada de la conferencia de los obispos españoles comenzó resaltando la “conveniente coordinación y cooperación con las diócesis”; “no sólo con el obispo, sino también con los sacerdotes, diáconos permanentes, laicos y otras formas de vida consagrada en cada Iglesia particular”.
“Verdaderamente estamos en el seno de la Iglesia Pueblo de Dios con una eclesiología de comunión y participación para la misión”, añadió. “La misión compartida es también un modo de caminar que se da en la vida consagrada, en primer término, con los laicos que participan del mismo carisma”. “Pero la misión compartida no solo se realiza con los laicos. Se trata de avanzar con ellos y con los pastores para edificar la mística del encuentro y compartir más tareas dentro de la única misión”, finalizó.
El P. Jesús Díaz Sariego y Lourdes Perramón, presidente y vicepresidenta de la CONFER respectivamente, completaron al prelado afirmando que “la misión de la Iglesia y por lo tanto, la misión de la vida consagrada en ella ha de ser sinodal. Esta ha de ser nuestra marca, nuestra identidad como religiosos”. En sus palabras los religiosos anticiparon que “estos días tendremos la oportunidad de profundizar aún más en la experiencia sinodal de la Iglesia y, cómo no, se nos ofrecerá también la oportunidad de poner de manifiesto la riqueza sinodal ya presente en nuestros institutos”. “Una riqueza que debemos poner más a la luz, por fidelidad y responsabilidad con nuestros carismas”, exhortaron.
Visión renovada de la vida consagrada
Por su parte, Mons. Bernardito Auza, nuncio apostólico, pronunció por vía telemática unas palabras de saludo a la Asamblea, queriendo mostrar así “un signo filial de cercanía y comunión con nuestro santo padre el papa Francisco”. El diplomático de la Santa Sede se hallaba en su tierra natal, Filipinas, por motivos familiares, pero no quiso dejar de enviar unas palabras, pues “comparto con gozo la acogida por parte de los religiosos españoles del sínodo convocado por el Papa, potenciando y actualizando una iglesia sinodal, donde unidos a los pastores dejemos espacio a la comunión, a la participación y a la misión”. “El romano pontífice, al establecer la pauta para la sinodalidad de la Iglesia, cuenta con las preciosas aportaciones que parten de los consagrados”, informó. Y a renglón seguido, expresó que “pienso sinceramente que una visión renovada de la vida consagrada es la forma específica con la que vosotros contribuís a la Iglesia sinodal, entendida ésta como un anclaje en el Espíritu que despojada de la mundanidad, de lo contingente y lo cambiante, adquiere la capacidad para mirar hacia el interior y más allá”.
‘Corrientes de sinodalidad’
Concluida la sesión de apertura, y tras un breve momento de descanso, la Asamblea Nacional fue entrando en materia. El tema que da título al encuentro, ‘Corrientes de sinodalidad’, dejaba entrever el protagonismo del sínodo, pero el programa no podrá ignorar ni pasar por alto lo referido a los abusos a menores y personas vulnerables en la Iglesia. También se tratarán asuntos traídos a propósito a los planes de fortalecimiento de la CONFER y se dedicará un tiempo a cuestiones de tipo estatutario. La Asamblea ha de elegir a dos vocales femeninas para el Consejo Nacional, y como es habitual, deberá aprobar sus Memorias y Propuestas.
Pero la tarde de hoy concluyó con la presencia de dos excelentes ponentes, Cristina Inogés, teóloga laica, y M.ª Luisa Berzosa, FI. Ambas son conocedoras desde dentro del trabajo sinodal que se viene haciendo desde que el papa Francisco convocara el sínodo, que finalizará en octubre de 2023. Así, Cristina y M.ª Luisa interpelaron a la Asamblea Nacional a nuevos y audaces pasos que como consagrados han de darse, tanto hacia el interior de nuestras congregaciones como en el camino intercongregacional, un camino que exige ser potenciado y acompañado. De tal forma, presentadas por nuestro superior mayor, el P. Adolfo Lamata, las conferenciantes desarrollaron su charla que contaba con un sugerente título: ‘Raíz, raíces, tronco y ramas’. “Ellas son mujeres a la búsqueda de una Iglesia que se construye en los hilos y en los anhelos de cada ser humano”, introdujo el claretiano.
La intervención de ambas mujeres, suave, serena y tranquila, dio pie a un espacio que en términos ignacianos podría definirse como “para sentir y gustar”. Una reflexión hilvanada por pequeñas enseñanzas, textos bíblicos, fragmentos de canciones o meditaciones basadas en mitos griegos que, reescritas a cuatro manos por estas dos teólogas de gran sensibilidad, se nos presentaban precedidas por una gran efe mayúscula, la efe de fe. “Que Dios sea raíz no nos convierte en ojeadores de sus movimientos, al contrario; nuestra hojas y frutos cambiarán mirándole a Él. Si a Él le miramos volveremos a retoñar como una planta que se injerta más hondo en la tierra para captar el amor que Dios nos tiene”.