Fundación Proclade inicia un nuevo curso

Repitiendo un formato que lleva años mostrándose eficaz, el último fin de semana de septiembre fue realmente intenso en Fundación Proclade. El viernes 27 por la tarde el Consejo de Solidaridad y Misión de la provincia claretiana de Santiago celebró una de sus sesiones anuales, repasando las diversas áreas de su competencia: cooperación al desarrollo, asuntos de justicia, paz e integridad de la creación (JPIC) y misiones claretianas.

Se comenzó la mañana con un cuidado momento de oración por la Casa Común, aunando nuestra voz con una de las mayores preocupaciones del Papa Francisco, es decir, el deterioro que está sufriendo el medioambiente mundial y que sigue privando a millones de seres humanos de una vida digna. Así, en la oración conjunta fue recordado el clamor de la tierra, que ha sido noticia también estos días en la cumbre climática que la ONU ha llevado a cabo en Nueva York.

Horas después, la mañana del sábado, los mismos locales acogieron una reunión del Patronato de la Fundación, presidido por última vez por Miguel Ángel Velasco, al tiempo que en otra sala trabajaban juntos durante varias horas los encargados de las diez delegaciones de Proclade que desarrollan actividades de comercio justo. El empeño en abrir caminos a un consumo más justo y responsable se va afianzando en lugares bien diversos (Zaragoza, Gijón, San Vicente de la Barquera, Vigo, Logroño, Segovia, Valladolid, Puertollano, Colmenar Viejo, Madrid…). Los reunidos constataron con gozo que el esfuerzo de voluntarios y colaboradores lleva permitiendo tres años de crecimiento y beneficios y compartieron experiencia y buenas prácticas. La delegación de Valladolid, compuesta en gran medida por un grupo de voluntarios bien jóvenes, recibió un año más elogios especiales.

Tras un rato de mesa compartida la tarde se inició con el encuentro de cerca de casi veinte misioneros claretianos que sirven como Delegados de Solidaridad y Misión en sus diversas comunidades. Desplazados algunos a Madrid para sólo una hora de trabajo, el mapa del ‘comercio justo’ se abrió a lugares como Valencia, Barbastro, Zamora, Aranda de Duero y varias parroquias de Madrid. Los Delegados agradecieron el trabajo que la Fundación y el Secretariado Provincial de Solidaridad y Misión han realizado en estos años y valoraron especialmente los subsidios que han acompañado la oración de las comunidades durante los tiempos de adviento, cuaresma y pascua. Parte del encuentro se dedicó a compartir proyectos y experiencias. Se agradeció a Miguel Ángel Velasco su trabajo de estos años y a Miguel Tombilla, nuevo Coordinador Provincial de Solidaridad y Misión, su disposición a hacerse presente en las diversas comunidades y posiciones.

Con unos pocos minutos de descanso llegó la hora de la reunión de la Junta Coordinadora de Proclade, en la que de nuevo cerca de una docena de laicos compartió mesa y trabajo con los religiosos claretianos. Adolfo Lamata, nuevo presidente de la Fundación, destacó algunos elementos que considera importantes y Francisco Javier Carril, director de  Proclade, Mª Elena Val (coordinadora de sensibilización y comunicación) y Miguel Ángel Velasco fueron moderando el diálogo sobre diversos temas. El encuentro permitió evaluar algunas experiencias de voluntariado, sugerir el procedimiento conforme al cual las posiciones se irán comprometiendo durante los próximos meses con algún proyecto concreto, recordar el impulso que los Claretianos quieren dar a su presencia en Naciones Unidas y pensar fechas y contenido del próximo encuentro de delegaciones, que tendrá lugar en mayo de 2020.

Los participantes pudieron conocer algunos datos elementales de la Memoria de 2018 que levanta acta con claridad del compromiso de voluntarios, patronos y trabajadores con los objetivos de la Fundación. Un cálculo aproximado permite estimar que cerca de 350.000 personas se beneficiaron el año pasado de las actividades promovidas, muchas de ellas muy vinculadas con los Objetivos del Milenio. En sus veintidós primeros años de existencia Proclade ha alentado cerca de 350 proyectos, que en 2018 hicieron algún bien a cerca de 200.000 personas en América, 100.000 en África y unas 45.000 en Asia, por no hablar del enorme enriquecimiento que supone para quienes respaldan en Europa los proyectos de la Fundación.