Se encuentra usted aquí
Como tantas familias recordamos a nuestros difuntos…
Como tantas familias en estos días, en torno a las festividades de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, nuestra comunidad provincial también recuerda a los hermanos que nos van dejando.
Desde principios de noviembre de 2008, catorce hermanos de Provincia han pasado a la casa del Padre: José María Núñez, Jesús García Gil, Pablo Lacheta, Ángel de Pablo, Luis María Villoria, Anastasio Canto, Andrés Martín, Amable Vega, Paulino Álvarez Valbuena, Jesús Vázquez Aransay, Isidro Landa, Pedro Mª Martín, Severino-María Alonso y José María Pita da Veiga.
Unos fallecimientos han sido más inesperados, otros menos. Hay en la lista dos nonagenarios, Paulino Álvarez y Jesús García, y dos sesentones, Pedro María Martín y Amable Vega. No han faltado defunciones totalmente sorprendentes, como las de Amable, acaecida inesperadamente en su pueblo, o Jesús Vázquez, fallecido en accidente de tráfico. Otros hermanos (Ángel de Pablo, Anastasio Canto, Pedro Martín…) han sabido lo que era el acercarse del tránsito y lo han vivido con una entereza admirable.
De los cuarenta hermanos de Congregación que han fallecido en estos doce meses, catorce eran Claretianos de Santiago, y otros -como Agustín Benito- habían vivido largo tiempo entre nosotros. Hoy les recordamos agradecidos, con el buen sabor de boca que sus vidas entregadas nos han dejado. En varios casos (José Mª Núñez, Luis María Villoria, Amable Vega…) tras haber predicado el Evangelio en muy diversas partes del mundo; en otros tras haberse desvivido silenciosamente en las tan importantes retaguardias de la misión claretiana (como los HH. Ángel de Pablo y Andrés Martín o los PP. Jesús García, Paulino Álvarez y Pablo Lacheta) o en una incesante actividad generadora de nuevos evangelizadores (como Severino-María Alonso, Isidro Landa o José María Pita da Veiga). Hay cifras que hablan por sí solas: los difuntos de este último año han fallecido tras una media de más de sesenta años de vida claretiana.
Como tantas familias cristianas y personas de bien, estos días les recordamos especialmente. En sus familias de origen, con las que compartimos el dolor de la separación, reconocemos a parte de los más importantes bienhechores de la Congregación. Como acaba de declarar solemnemente el XXIV Capítulo General, la memoria de estos hermanos sostiene y alienta nuestro compromiso y es en muchos casos referencia y estímulo en nuestra vivencia del Evangelio. Desde que el 1 de enero de 2007 nuestra Provincia veía la luz son ya 33 los hermanos que nos han dicho adiós, quizá sin imaginar la riqueza que nos dejaban: ¡Gracias, descansad en paz!
El próximo día 5, al conmemorar con todos los Claretianos a los difuntos de la Congregación, familiares y bienhechores, os recordaremos muy especialmente. Seguid velando por nosotros.