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Jornada de apertura de la 47º Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada
Más de 700 religiosos volvieron a responder a la convocatoria de la Semana Nacional para la Vida Consagrada que el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid lanza este año, el cuadragésimo séptimo, muy cercano ya al medio siglo. Como viene siendo habitual, el ITVR se quiere unir a la llamada de la Iglesia, tomando una actitud activa en estos meses que quedan con la vista puesta en el horizonte del Sínodo de los jóvenes.
Para afrontar uno de los grandes retos eclesiales y sociales, como es el desafío juvenil, estos próximos días se ofrecerán distintos espacios de reflexión y diálogo enmarcados bajo el lema ’Llamó a los que Él quiso’, pues estamos convencidos de que Dios sigue llamando hoy. Pero, para seguirle, primero hemos de ser llamados.
La primera exhortación a esta llamada nos vino dada por video-mensaje, y con un protagonista de excepción: el propio Papa Francisco, que quiso hacerse presente saludando a la vida religiosa española y poniéndola en camino, en diálogo entre jóvenes y mayores “y veréis cómo la cosa va a andar bien”. Así, conminó a no enredarnos en técnicas de márquetin, ni llamadas de tipo comercial, pues lo nuclear de la vocación funciona de manera bien distinta. Y con estas palabras que el Santo Padre, con su cercanía y solicitud paterna quiso dirigirnos, echaron a andar los primeros saludos y discursos de los conferenciantes sentados en la mesa de apertura. El primero de ellos fue el Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, con unas palabras en clave pascual, misionera y renovadora. Una llamada que pasa primero por desinstalarse, para volver a Cristo y así poder salir sin miedo, con atrevimiento; “pensad para qué hemos consagrado nuestra vida”, finalizó el cardenal. Seguidamente, Dña. Miriam Cortés, Rectora de la Universidad Pontificia de Salamanca, de la que depende el ITVR, saludó con unas palabras donde primaron las de agradecimiento hacia los Misioneros Claretianos, por esta labor académica que a través del ITVR llevan haciendo medio siglo sin desfallecer. “Sin duda es necesario alentar a la Vida Consagrada, pero se torna imprescindible cultivar sus estudios para que crezca este don peculiar que representa su forma de ser Iglesia”. Por otra parte, constató cómo la sociedad de hoy en día adolece de un vacío en sus valores. Y cómo los consagrados y consagradas tienen la oportunidad de llenarlo, “dando testimonio con la vida inspirada que tenéis”. De la misma manera, Mariña Ríos, Presidenta de CONFER, continuó ahondando en esta dirección, y propuso en su discurso una escucha a los jóvenes en lo que son, es decir, “en su diversidad”. “No hay imágenes estereotipadas de los jóvenes, pero sí un único interrogante nuestro respecto de ellos: preguntarnos qué mirada tenemos hacia la juventud”. Dña Vicenta Estellés, Presidenta de CEDIS, abundó en esta reflexión e hizo una llamada a “vivir con pasión lo que somos, pues eso abrirá caminos insospechados”. Finalizó la serie el P. Pedro Belderrain, Superior Provincial de los Misioneros Claretianos de Santiago, que quiso recordar cómo las semanas nacionales para institutos de vida consagrada, están muy vinculadas desde el principio a los jóvenes. “Llama la atención la fuerte presencia de sus intereses y necesidades en los programas desde las primeras ediciones”, a la vez que nos trasladó el mensaje expreso con el que el P. Mathew Vattamattam, superior general de nuestra congregación y Presidente del Instituto, quiso saludarnos: “Hoy nos preguntamos por la belleza y la alegría de la vida consagrada en sociedades que buscan la belleza y la alegría por caminos muy diversos. La belleza de la vida consagrada es un reflejo de la hermosura del modo de vivir que Jesús eligió para sí mismo y de la belleza por excelencia del amor que se manifiesta en el acontecimiento de la Cruz. Esta belleza sólo se percibe cuando se tienen ojos de discípulo. Hoy, la vida consagrada está invitada a descubrir y vivir esta belleza del Misterio Pascual, que llena el corazón con la alegría que caracteriza a los discípulos. Este es mi deseo para todos ustedes y para quienes participen en la Semana Nacional. ¡Felices Pascuas a todos!”.
Tras el descanso, llegó el turno del periodista Carlos Herrera, llamado con la intención de ofrecernos una mirada a la sociedad desde los medios de comunicación. El formato propuesto fue una charla sosegada con una persona que toma el pulso a la vida cada día. El Prof. Carlos Martínez Oliveras, lo definía así: “nos interesa porque su palabra nos puede ayudar a comprender cuál es la sociedad en la que viven los jóvenes, a los que nos toca acompañar, evangelizar, vivir con ellos y celebrar su fe”. Con el conductor de ‘Herrera en COPE’, el comunicador mejor valorado de la radio española procuró suplir un análisis sociológico sesudo y repleto de datos, por una entrevista que probablemente abordó los mismos temas, pero desde una óptica tan bien distinta como necesaria: aquella donde se impuso el sentido del humor y la mirada de una persona en sintonía con nuestra fe.