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Volcados ya en el curso 2020-2021
La cita se ha celebrado ya más de diez veces. Una de sus ediciones fue especial, el año 2017, cuando se celebraron diez años de andadura como provincia claretiana de Santiago y los educadores de los siete centros de la provincia fueron invitados a encontrarse en Madrid. En esa ocasión los miembros de los equipos directivos compartieron encuentro con sus compañeros y suspendieron su reunión particular de fin de curso.
A pesar del cansancio y de la cantidad de tareas que esos días se realizan en los centros, la cita suele contar con la asistencia de casi todos. Se celebra los primeros días de julio, cuando casi todos los alumnos se han despedido del colegio y empiezan a dar el curso por terminado. Lo que no saben es que a sus educadores aún les quedan unas semanas de trabajo (de ese que no se ve) y que además ya llevan bastantes semanas, meses más bien, preparando el curso siguiente.
Este año, como en tantas escuelas de España, las circunstancias han sido especiales. Cuando prácticamente nadie había pensado en ello las aulas se vieron obligadas a dejar de recibir a los chicos y la comunidad educativa se propuso mantener el curso por todos los medios posibles. Como hemos reseñado varias veces, los colegios claretianos de Aranda de Duero, Gijón, Madrid, Segovia, Valencia Benimaclet, Valencia Fuensanta y Zamora hicieron todo lo posible por no dejar a ningún alumno sin atender. El valor que muchos niños y adolescentes dan a sus educadores llevó a que en bastantes casos estos no sólo hicieran de transmisores de conocimientos, sino también de confidentes, orientadores y animadores en esos meses especialmente difíciles que tantas familias españolas han pasado.
Durante el estado de alarma el equipo de titularidad de la provincia se mantuvo en muy frecuente contacto con los directores coordinadores de los centros y con los responsables de los diversos campos (administración, pedagogía, animación pastoral…). Los diálogos y encuentros virtuales fueron frecuentes y contaron en varias ocasiones con la escucha y participación del superior provincial y miembros de su consejo. Cabe decir, como ha pasado en muchos colegios de España, que cuando las aulas estaban cerradas el trabajo y la dedicación a los alumnos y a sus familias se han multiplicado y la escuela ha estado más viva que nunca.
Hemos superado grandes retos, pero los que hay por delante no son menores. Casi sesenta miembros de los siete equipos directivos de los centros, el equipo de titularidad y algunos miembros del gobierno de la Provincia han celebrado los días 1 y 2 de julio un encuentro de trabajo online, gran parte de cuyo tiempo se ha dedicado a diseñar los diversos escenarios que pueden darse cuando en septiembre haya que retomar la vida ordinaria. En las sesiones de trabajo se han repasado los aspectos sanitarios y de prevención, los pedagógicos, los económicos y administrativos y la conveniencia de seguir acompañando desde la identidad y la conciencia cristiana de nuestros centros las situaciones que puedan darse. Es tiempo de esperanza. Es tiempo de seguir humanizándonos cada vez más; es tiempo de intentar multiplicar las semillas de evangelio, de atención a los más débiles y de fraternidad que forman parte del ADN de nuestras comunidades educativas. Pero para ello conviene que quienes, como en el mundo sanitario, se han desvivido en estos meses descansen, recuperen fuerza y aliento y puedan dedicar a sus familias parte del tiempo que un año más les han privado por volcarse en vivir intensamente su vocación.