Nueva edición del curso de preparación a la profesión perpetua

Un año más, y ya van treinta y siete, los primeros días de julio acogen el conocido encuentro de preparación para la profesión perpetua organizado por la Escuela Regina Apostolorum, integrada en el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid. Un curso específico que las congregaciones religiosas programan y valoran como parte de un plan más amplio y al que acuden personas consagradas en formación inicial de diversos países. Los organizadores, así como los participantes han evaluado el encuentro de este año como un encuentro formativo muy positivo, oportuno y cargado de profundidad.

Así desde el pasado día 4 y hasta el próximo 11 de julio, en el seminario claretiano de Colmenar Viejo, veintiséis jóvenes religiosos de hasta quince congregaciones diferentes y que se hallan en vísperas de profesar perpetuamente, profundizarán en los núcleos esenciales de la vida religiosa. De la mano de los profesores Alejandro Carbajo, misionero claretiano, y Fabiola del Carmen Mola, misionera Mater Misericordiae, los alumnos releerán su historia y profundizarán en la decisión definitiva de seguir a Cristo en la vida consagrada. “Solemos decir que iniciativas como esta siempre salen bien”, subraya Carbajo, misionero en Rusia y profesor de anteriores ediciones de este curso. “Y es que durante estos días realmente se forma una comunidad única, pues a las pocas horas de haber comenzado estas jornadas ya se percibe un clima cargado de fraternidad, donde se comparten situaciones y vivencias semejantes”, incide.

Por tanto, un intenso curso preparatorio que se desarrolla en un cuidado ambiente participativo donde se combina la exposición doctrinal, el trabajo personal y de grupos, las bellas celebraciones litúrgicas y los espacios de oración y convivencia. “Este año, al igual que el pasado, Fabiola y yo hablamos del privilegio que supone también para nosotros, los profesores, el poder acompañar a los jóvenes en estos días, pues este curso da pie a echar la vista atrás, a nuestra propia profesión -en mi caso, a finales del siglo pasado- y releer nuestra vida a la luz de la propia respuesta a la llamada de Dios. ‘El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres’, qué otra cosa podría decir”, concluye el religioso.

Vocación, consagración, votos, comunidad, misión. Los jóvenes participantes podrán estos días compartir el “sí” que Dios ha suscitado en su vida en un verdadero clima intercongregacional de convivencia, estudio y oración. La eucaristía del último día, broche de oro con el que se culmina este encuentro será presidida por el P. Anthony Igbokwe, prefecto de formación de esta provincia claretiana.