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El Capítulo General enfila su recta final
Es frecuente que en los encuentros largos, que suponen viajes y tiempo fuera de casa, las personas anhelen la llegada del final. Toda ausencia implica tareas postergadas, asuntos pendientes, calendarios complejos al regreso…
Los miembros del capítulo general claretiano no son ajenos a esta experiencia. En esta ocasión, como los de tantos millones de personas, sus desplazamientos están muy condicionados por la pandemia actual. No es tan fácil cruzar fronteras, entrar y salir de los países, moverse con libertad. Bien lo saben millones de desplazados y refugiados que vagan por el mundo.
La clausura de la asamblea capitular está prevista para el sábado próximo. La agenda de los próximos días incluía algunos momentos importantes que no van a poder llevarse a cabo, pero es grande la ilusión de muchos capitulares por encontrarse con el papa Francisco. La audiencia del obispo de Roma a la asamblea está prevista para el jueves. Como tantas comunidades cristianas, la congregación claretiana vive como providencial el servicio del Papa Bergoglio. No pocas de sus palabras recuerdan mucho palabras de san Antonio María Claret; su pasión por la alegría del Evangelio ha impulsado muchas iniciativas y servicios, recientes o arraigados desde hace décadas.
Mientras miran al final y a la vuelta a casa los capitulares trabajan en los acuerdos finales que la asamblea debe tomar. Están sobre la mesa opciones, decisiones importantes que cada organismo claretiano traducirá luego a las circunstancias de su Iglesia y lugar. Con una metodología distinta a la usada en capítulos anteriores, los delegados han soñado la congregación del futuro y se plantean una especie de ‘agenda 2027’ de compromisos y fidelidad. Las Constituciones de los Misioneros, respaldadas por la Iglesia como lectura auténtica del Evangelio, siguen siendo el telón de fondo. El deseo de responder fielmente a Cristo Resucitado, el anhelo principal. El Corazón de María, el ámbito donde todo debe madurarse antes de hacerse vida.
Por el aula van desfilando la preocupación por los jóvenes y por cientos de grupos descartados acá y allá; la llamada a intensificar la propia fidelidad y el gozo de la fraternidad; la herida de la desunión o de la predicación no actualizada de la Palabra; el deseo de cuidar la formación de las decenas de misioneros que han descubierto su vocación en estas décadas; los últimos proyectos gestados en familia claretiana…
El verano va despidiéndose poco a poco de los bosques de Nemi. Toca ir mirando el calendario: octubre de 2021, 2022, 2025… La caridad de Cristo sigue urgiendo a los capitulares.