Clausurado el 75 Aniversario del Martirio de los Beatos de Barbastro

Miles de personas vieron ayer por televisión y pueden seguir viendo por internet la Eucaristía que ha clausurado todo un año de memoria de la entrega generosa de los Mártires Claretianos de Barbastro.

En septiembre de 2010 el Gobierno General de la Congregación Claretiana y los Superiores Mayores de todos sus Organismos repartidos por el mundo viajaron expresamente a Barbastro desde Madrid, donde estaban reunidos, para inaugurar el Año con una celebración eucarística presidida por el Obispo de la Diócesis. El escenario fue entonces la Iglesia de ‘los Misioneros’ de Barbastro, la primera dedicada en España al Corazón de María. Ahora, casi catorce meses después, el lugar elegido para la clausura ha sido la bella catedral de la ciudad, donde reposan los restos del Obispo Florentino Asensio, asesinado en aquellos mismos días de 1936.

Tiempo habrá de evaluar el año. La cantidad y calidad de lo realizado sería inconcebible sin la contribución generosa de muchos, entre los que han jugado un papel muy especial la comunidad de Barbastro -volcada sin descanso en atender a los peregrinos-, los encargados provincial y general de la Postulación de las Causas Claretianas (Jorge M. Ayala y Vicente Pecharromán), Jesús A. Centeno (alma de los proyectos informáticos de la Provincia), el Superior Provincial (Manuel A. Tamargo), que puso todo el corazón en la efeméride… y el respaldo seguro de la oración anónima de muchos, incluidas sin duda las comunidades claretianas de ancianos y enfermos.

Barbastro ha ido de boca en boca

La memoria de los Mártires ha llegado a decenas de miles de personas de todas las edades. Miles han sido los ejemplares impresos y reimpresos de textos del P. Gabriel Campo. Cientos los libros distribuidos de la obra ‘Claretianos Mártires’ revisada por su autor, el P. Pedro García. Decenas los actos de oración, celebraciones y narraciones en torno a la experiencia martirial. Muy difíciles de contar las personas que se han acercado físicamente al Museo; muchos los que se han asomado a uno de los más bellos legados del Año: la página web www.martiresdebarbastro.org con su deslumbrante visita virtual al Museo.

Una memoria en comunión

Mención especial merecen la Iglesia Diocesana de Barbastro-Monzón y de un modo singular su Pastor, D. Alfonso Milián. Su palabra a la vez confesante y educada, clara y sembradora de reconciliación (como las de los Mártires), cautivó ayer a muchos de los que le oyeron predicar por televisión. Dispuesto a servir y recordar a los Mártires siempre que se le ha pedido, su Carta Pastoral de esta semana (“¡Todo un Seminario Mártir!”) evoca también a los jóvenes de Barbastro y a sus formadores.

Durante el año se han enviado el libro del P. Pedro García y uno de los textos del P. Gabriel Campo a todos los Obispos y Seminarios Mayores de España. No pocos lo agradecieron; muchos con expresiones realmente elogiosas y estimulantes. Ojalá el ejemplo y la intercesión de los Mártires fecunde la vida de la Iglesia española.

Una memoria que se abre al futuro

Hace unos meses, cuando el P. Juan María Canals sugirió la posibilidad de televisar alguna celebración vinculada con los Mártires, todo parecía muy lejano en el tiempo. Hoy la celebración ya ha quedado atrás, como las varias referencias a la experiencia martirial hechas en este tiempo por el Superior General de la Congregación, los atractivos ejemplares del Boletín ‘Mártires Claretianos’ editados durante el año, los dibujos de José Beruete y Maximino Cerezo, las referencias a los Mártires incluidas en el Hatillo Misionero que acompañó a más de mil jóvenes durante la Jornada Mundial de la Juventud… Todo queda atrás, pero también (en muchos casos) queda dentro y se puede ir acunando, recuperando, aprovechando… como dice el Evangelio que hacía María en su Corazón.

Gracias a Ella, Madre y Formadora de los Mártires, y a todos aquellos que han hecho posible este año de memoria y celebración. La presencia ayer en Barbastro del Superior Provincial de Cataluña, P. Máxim Muñoz, Provincia a la que en su día pertenecieron los Mártires y que ha acompañado durante el año muchas de las iniciativas emprendidas, es toda una expresión de vida misionera: quien es del Espíritu no es de aquí, ni de allá, sino del que entregó su vida en rescate por todos.