Se encuentra usted aquí
El papa Francisco, en el 50º aniversario del ‘Claretianum’: “Vuestro trabajo humaniza mucho la vida consagrada”
Con ocasión del medio siglo de vida del ‘Claretianum’, cuyas celebraciones se tuvieron que ver aplazadas a estas fechas por causa de la pandemia, en la mañana de hoy ha tenido lugar un encuentro del papa Francisco con los Misioneros Claretianos que forman la comunidad educativa en Roma. Así, en un ambiente cordial y familiar, el Santo Padre aseguró “sin exagerar” que el trabajo académico que los claretianos realizamos a favor de la formación “humaniza mucho la vida consagrada”.
“Damos gracias a Dios por las múltiples expresiones de la actividad de vuestros seis Institutos de teología de la vida consagrada, […] y también por las iniciativas que habéis promovido y seguís impulsando en muchos otros lugares”, animaba a la comunidad educativa de nuestro Instituto en Roma, con su director, Maurizio Bevilaqua, al frente. También en la sala Clementina esta misma mañana se encontraban otros misioneros, entre lo que figuraban el Card. Aquilino Bocos, nuestro Superior General, el P. Mathew Vattamattam, y el obispo electo de la diócesis de San Sebastián, el P. Fernando Prado.
“Recuerdo también mi primera experiencia como obispo en el Sínodo de 1994”, continuaba el Papa. “¡Cuánto ayudasteis en aquel Sínodo sobre la vida consagrada! Vuestra influencia fue muy positiva, siempre abierta, siempre quitando miedos infundados”.
“En este tiempo en que la Iglesia quiere vivir más intensamente su vocación sinodal”, proseguía el Papa, “me gusta señalar que vuestro servicio a la vida consagrada ha estado marcado por el deseo de poner en práctica lo que tanto valoraba san Antonio María Claret”, agregó refiriéndose a nuestro trabajo, el cual es “compartido con otras vocaciones y ministerios eclesiales: religiosos con otros carismas, sacerdotes diocesanos y laicos”. Al mismo tiempo, instó a “seguir sirviendo a la vida consagrada con espíritu claretiano, es decir, con vuestro ser misionero”.
Frente al envejecimiento y pesimismo
En su alocución, el Santo Padre no obvió el desánimo que a la vida consagrada le causa la falta de vocaciones o el envejecimiento. “Este es un desafío”, admitió. Pero “quien se deja llevar por el pesimismo deja de lado la fe”. Para el papa Francisco, “es el Señor de la historia quien nos sostiene y nos invita a la fidelidad y a la fecundidad. Él cuida de su ‘resto’, mira con misericordia y bondad su obra y continúa enviando su Espíritu Santo”. Y a renglón seguido, prosiguió pidiendo que supiéramos mantener alejado “el espíritu de derrota, el espíritu de pesimismo. Esto no es cristiano”. “El Señor no dejará que falte su cercanía con el pueblo, lo hará de un modo u otro”.
Cuidar la vida comunitaria
También quiso el Papa advertir frente al individualismo. “¡Prestad atención a la vida comunitaria!”, exhortó al tiempo que pedía vivir “la interculturalidad como camino de fraternidad y misión, promoviendo el encuentro entre las diferentes generaciones en la vida consagrada, en la Iglesia y en la sociedad”.
A las fronteras del pensamiento
“Seguid ayudando a los consagrados y consagradas a ser una especie de Evangelio desplegado a lo largo de los siglos”, animó el Santo Padre. “No os canséis de ir a las fronteras, incluso a las fronteras del pensamiento; abrid caminos, acompañad enraizados en el Señor para ser audaces en la misión”.
“No olvidéis, ni en vuestra vida ni en vuestro trabajo universitario, a los que viven en otras pobrezas”, proseguía. “Haced que la vida venza a la muerte, y la dignidad a la injusticia”, agregó para concluir, finalmente, parafraseando la oración que concluyó la homilía por el 60 aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II. De tal modo, invitó a todos los presentes a rezarla con él: “Te damos gracias, Señor, por el don del Concilio y por la bendición que estos institutos teológicos de vida consagrada han sido y son para la Iglesia. Tú que nos amas, líbranos de la presunción de autosuficiencia y del espíritu de crítica mundana. Tú que nos pastoreas con ternura, líbranos de la autorreferencialidad, del engaño diabólico de las polarizaciones, líbranos de los ‘ismos’. Y nosotros, tu Iglesia, con Pedro y como Pedro, te decimos: ‘Señor, tú lo sabes todo; sabes que te amamos’”.
Pueden leer el texto completo pinchando en este enlace