Proclade reafirma su compromiso con los damnificados del conflicto en Ucrania

Casi diez meses después de que Rusia se propusiera invadir Ucrania, la guerra, los bombardeos y la violencia no cesan. Hay siete millones de personas desplazadas dentro del país y otras tantas están refugiadas fuera de sus fronteras. Se cuentan por cientos los que han perdido sus casas y los barrios se vuelven irreconocibles al contar las que, pese a haberse mantenido en pie, se encuentran gravemente dañadas. Sin casa ni empleo, y con el invierno a las puertas, la población se halla en una situación de enorme desprotección y vulnerabilidad. Ante esta situación, Fundación Proclade ha multiplicado sus esfuerzos, coordinándose con los misioneros claretianos que allí están trabajando para paliar las consecuencias de la guerra. “Era necesario seguir planificando la intervención de nuestra fundación en los próximos meses”, apostilla Francisco Carril, director de Proclade. Así, el pasado mes de noviembre, viajó junto a Miguel Tombilla, presidente de nuestra oenegé, a visitar algunas de las ciudades donde gracias al hilo de la Congregación se está llevando su trabajo a cabo. “Probablemente nuestros planes en Ucrania se desarrollen también durante buena parte del próximo año, dada la previsible duración del conflicto”, advierten.

Una intervención que está siendo posible gracias a los cerca de 300.000 euros que Procalde ha enviado desde España, y que llevan el sello solidario de cientos de personas. “Durante estos días de viaje hemos podido constatar cómo nuestra labor es parte de una cadena solidaria que tiene destinatarios finales”. “Hemos podido compartir breves pero intensos momentos, escuchando, por un lado, a quienes lo han perdido todo, pero aún albergan esperanza, y, por otro, acompañando a quienes no cesan en seguir soñando con un mundo diferente”, abunda Carril, refiriéndose a aquellos que hacen posible que la ayuda llegue y se transforme en una realidad para cientos de personas.

“Es curioso cómo, aunque uno no entienda un idioma, logra emocionarse mirando a los ojos de otra persona”, recuerda Carril. “Es una sensación que he tenido en cada minuto de este viaje”, y haciendo memoria, comparte tres fotografías, representación del sentir del pueblo ucraniano más desprotegido

La primera fotografía es de “la hermana Teresa”, religiosa polaca destinada en el pueblo de Borislav, “que se emociona al ver a tanta gente en su casa dispuesta a montar kits de alimentos”. Atónita, “asiste a la descarga de mantas y abrigos, latas de comida y pañales que luego podrá repartir a las personas que llaman a la puerta de su comunidad pidiendo ayuda”

La segunda mirada corresponde a los ojos de Yura, “camionero, protestante y padre de dos hijos”, explica el presidente de nuestra fundación. “Yura viaja al frente acompañado de Tadeusz, claretiano polaco, llevando ropa, comida y medicinas a las zonas rurales asediadas donde la ayuda internacional no llega”. “Solo habla de viajar al frente, de las necesidades que la gente tiene, y su mirada habla de todo lo que está por hacer. No puede parar, sabe que mucho depende de él, y conduce incansablemente con una furgoneta cargada”.

Las últimas doce miradas “las que recuerdo con mayor nitidez sobre todas las demás”, corresponden a “diez niños de un orfanato del Este del país que, junto a sus dos maestras, dos mujeres valientes que se quedaron al lado de sus alumnos, emprendieron un largo viaje”. Llevan desde que estallara la guerra en un pueblo cercano a Truskavets “y nos recibieron con pulseras de Ucrania y unas increíbles miradas de cariño y agradecimiento”. “Una de las maestras nos cuenta cómo están, y nos dice que, sobre todo, solo piensan en volver a su casa”, lamenta el presidente de Proclade.

*** Seguiremos trabajando y ayudando a las personas víctimas de este conflicto. Para ello, tu ayuda es fundamental. Puedes donar a través del formulario online que encontrarás en: https://www.fundacionproclade.org/emergencia/ o través de la cuenta: ES06 0049 0631 9627 1008 3391