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Los claretianos de ARAGÓN, CASTILLA Y LEÓN se reúnen.
Los próximos días 15, 17 y 19 de Mayo, cerca de 300 claretianos, pertenecientes a las Provincias claretianas de Aragón, Castilla y León, repartidos en tres grupos sucesivos, van a vivir una jornada especial de convivencia y fraternidad en una casa de espiritualidad de la sierra madrileña.
Lo hemos dado el pomposo nombre de “Asamblea de la Confederación”. Y tiene, sin duda, un valor nada despreciable. El hecho es que, en los próximos días 15, 17 y 19 de Mayo, cerca de 300 claretianos, pertenecientes a las Provincias claretianas de Aragón, Castilla y León, repartidos en tres grupos sucesivos, van a vivir una jornada especial de convivencia y fraternidad en una Casa de espiritualidad de la sierra madrileña.
Allí van a acudir desde Valencia hasta Vigo, Villagarcía de Arosa y Ferrol; desde Gijón, Oviedo, Belmonte de Miranda y San Vicente de la Barquera hasta Cartagena; desde Zürich hasta Puertollano; desde Zaragoza, Logroño, Aranda de Duero, Palencia, Valladolid, Medina de Rioseco, Zamora, Salamanca y Segovia hasta las numerosas Casas situadas en Madrid. No es fácil encontrar en la pasada historia un encuentro masivo de estas características.
Ante la próxima unificación de las tres Provincias, que pasarán a formar una única con el nombre de Provincia de Santiago a partir del 1 de enero de 2007, han sentido la conveniencia de conocerse mejor, de compartir un día de encuentro, en el que el diálogo, la reflexión en pequeños grupos, la oración en común y el disfrutar unas horas distendidas les ayude a profundizar en un nuevo sentido de pertenencia comunitaria. Lo que se planteó inicialmente como un preámbulo más, de sentido y alcance democrático, en el proceso programado para preparar la integración de todos y cada uno en la nueva estructura provincial, adquiere ahora una dimensión significativa de alto valor.
Se pretende de esta manera ir creando en todos esa base humana y psicológica de conocimiento y comunión interpersonal, que les permita identificarse lo más posible con el futuro Proyecto de Vida y de Misión, que a partir de ahora van a asumir y desarrollar juntos. Precisamente, algunos de los momentos más destacados del día se dedicarán a aportar ideas y a intercambiar sugerencias en torno a ese Proyecto Misionero. Al fin y al cabo, es ese Proyecto el que ha de constituir el sustento y la razón de ser de la nueva Provincia de Santiago. La cohesión humana y espiritual entre las personas llamadas a convivir y trabajar juntos, junto con la imprescindible acción del Espíritu, asegurará la vitalidad y eficacia la futura labor apostólica.
Ojalá que, de esta manera, el cambio organizativo importante que se va a llevar a cabo constituya también un momento y una gracia de renovación, que, con la positiva implicación y participación de todos, otorgue nueva vida a cada una de las comunidades y actividades apostólicas que van a formar la nueva Provincia de Santiago.