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Encuentro de delegaciones de Proclade: Juntos somos mucho
El pasado 2020 ha sido un año para no olvidar. Un año en el que pudimos observar la vulnerabilidad del ser humano, que se hizo más palpable en aquellos que poco antes eran llamados ‘invisibles’. En 2020 caímos súbitamente en la cuenta de nuestra interdependencia. También de nuestras difíciles relaciones. Las cronologías de los medios de comunicación acusarán a estos pasados doce meses de no traer más que situaciones horribles, y puede que olviden el estallido de generosidad en los bancos de alimentos, en las parroquias de los barrios, en la solidaridad entre vecinos. Un año de contrastes, de pandemia, de encierros y de acompañamientos. Fundación Proclade ha hecho memoria compartida de lo que fue -y sigue siendo- todo ello en su encuentro de delegaciones, cuando el 8 de mayo se encontraron telemáticamente más de un medio centenar de responsables de nuestra oenegé.
“Ya es el segundo año consecutivo que debe hacerse así”, informaba Adolfo Lamata, presidente de Proclade y conductor del encuentro. El misionero ha sido testigo directo del cauce de solidaridad que ha supuesto para tantos nuestra Fundación. Los voluntarios, encerrados en confinamientos perimetrales, han repartido por todos los puntos de la geografía de nuestra provincia un extra de mirada afectada a la realidad, abriéndose más al exterior y redoblando esfuerzos en favor de aquellos que nos rodean. “Si es cierto que con diez mil horas entregadas a una causa ya te conviertes en experto de alguna disciplina, todos vosotros lo sois en entrega y colaboración. Este año Proclade no ha dejado de anunciar, denunciar y promover”, expresaba.
“Pandemia no es sinónimo de muerte en todas sus acepciones. También lo es de estar reviviéndonos”, intervino el claretiano Miguel Tombilla, vicepresidente de la oenegé. No en vano ‘Re-vivir’ ha sido el lema escogido para el encuentro de este año. “Un tiempo de sacar lo positivo de esta pandemia, que por lo menos en Occidente, obliga a reconocer el valor de las personas, poniendo a los más débiles al principio. Han sido meses de aprender a trabajar en equipo: desde el ejercicio individual, que muchas veces ha sido una renuncia, a la suma colectiva”. Y con estas ideas “que son del Evangelio”, Tombilla dio paso a la oración que abrió el encuentro y que prepararon los delegados. Una cuidada reflexión al hilo del magisterio de Francisco en sus encíclicas ‘Fratelli Tutti’ y ‘Laudato Si’. En la oración también se tuvo un momento de especial recuerdo a la incidencia del coronavirus en la India, donde las cifras de muertos alcanzan los casi 3000 por día. “Ojalá Dios nos siga regalando entrañas de misericordia”, exclamó.
La segunda parte del encuentro giró en torno al verdadero motor y corazón de Proclade, es decir, a sus voluntarios y delegados. Ellos tomaron la palabra en un vídeo editado con la suma de las vivencias que fueron sucediéndose en este año en cada posición. Desde Vigo hasta París, pasando por Segovia, Zúrich, Elda, Madrid o Puertollano resumieron su año con pequeñas frases. “Hemos procurado atender y querer a la gente más que nunca”. “Sigamos enarbolando la bandera de la esperanza y de la alegría. Sin miedo”. “Necesitamos más voluntarios. Tenemos que acompañar a más personas”. “Hemos pasado de la solidaridad frívola a tocar el dolor verdadero de quienes estaban a nuestro lado”. “Sencillamente, hemos rezado y llorado con quienes nos han necesitado”.
Antes de finalizar, Fran Carril, director del equipo que gestiona Proclade desde el madrileño barrio de Tetuán, quiso presentar las claves de futuro de la oenegé. “Queremos que Proclade siga creciendo en cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria, aumentando los proyectos y la respuesta a las emergencias actuales”. “Por ello es indispensable crecer en la presencia de las acciones de sensibilización y comunicación, en alianzas estratégicas con empresas, entidades y otras instituciones, reevaluar los programas de base social y campañas generando nuevos espacios de encuentro con voluntariado y delegaciones territoriales”. Un punto especialmente celebrado fue el impulso hace pocos meses de los programas de acción social, consolidando el proyecto “Espacio de cuidados y liderazgos positivos” en Madrid, y que tendrá pronto su réplica en Puertollano.
En el encuentro se hicieron presentes casi todas las Delegaciones de Proclade: más de veinte misioneros claretianos y una treintena larga de laicos. La mascarilla, las distancias y el recurso a lo telemático no impidieron un ambiente bien cálido y de gozo por el encuentro. Todos los participantes pudieron poner cara y voz a las personas que trabajan en la sede central de la Fundación y animan sus diversas áreas. Toca ahora seguir camino con renovadas fuerzas.