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Vanesa Álvarez: “Quiero dar contexto y suelo a quienes no tienen donde agarrarse”
“Lo específico de la trata es sacar rendimiento económico de las situaciones de vulnerabilidad que atraviesan miles de personas de nuestro mundo, pero nos equivocamos cuando pensamos que este delito tan cruel está muy lejos de nuestro día a día. La trata está inserta en un proceso del que todos nosotros también formamos parte”. Así se expresaba Vanesa Álvarez, trabajadora al frente del Área de Intervención Social de la Fundación de Solidaridad Amaranta, el proyecto de las religiosas adoratrices que procura dar una respuesta adecuada a las víctimas de situaciones de explotación y trata, acogiendo y acompañando a las mujeres que caen en este monstruoso negocio de esclavitud en nuestro siglo. Así, Álvarez lamentó que “el sistema en que se asienta nuestra economía nos dice que las cosas son solo de una manera, que nadie puede hacer nada. Nos pide abandonar toda esperanza, tanto para quien trate de ayudar como para la víctima que está pidiendo auxilio”. “Y yo creo que no, que tenemos que recuperar la esperanza”, añadía seguidamente.
“Día a día, año a año, seguimos viendo que la trata es una realidad que ni siquiera los números visibilizan. Cuantitativamente, nos resulta muy difícil saber de qué estamos hablando. Y en este contexto las víctimas no pueden pedir ayuda porque el sistema las señala como parte del problema. Y porque ellas creen que ante sus gritos de socorro, los mensajes que la sociedad les acabará devolviendo serán acusaciones que las hundirán más: eres pobre, eres negra, no sabes nuestro idioma, no sirves para otra cosa que para ejercer un trabajo sexual”, continuaba la experta manejando un discurso duro, pero basado en sus más de veintidós años de experiencia en la lucha contra la trata.
Desvelar el origen de las causas no resulta tampoco nada fácil. Solo podemos saber a ciencia cierta aquello que esté basado en el relato de las víctimas, el cual siempre acaba desmontando toda imagen estereotipada que de esta realidad nos hubiéramos podido componer. Así, para Álvarez, “erramos cuando vinculamos trata con migración, o mejor dicho, cuando lo hacemos tan frívolamente: quizá haya que reflexionar e ir más allá, darse cuenta de qué hay detrás de las causas de esta migración”. Y continuaba denunciando que “hoy en día no existen políticas migratorias que permitan que todo ciudadano pueda moverse de forma segura cruzando fronteras”. “Pero mientras queden personas que tengan la obligación de salir de su país para prosperar, se seguirá forzando una salida aunque sea de forma ilegal, aunque se tenga que pagar un altísimo precio en forma de violencia”. “En el caso de las mujeres, la violencia será ejercida en su propio cuerpo”.
Violencia a la mujer
“La vida de muchas mujeres está atravesada por la violencia”, reconoció la entrevistada en el último programa. “Ser mujer es elemento diferenciador que en muchos países nos sitúa en situación de desventaja frente al varón, y por ello la mujer sufre la trata en un porcentaje que es mucho más alto, siendo ellas la que ponen rostro a esta forma de explotación”. “Y yo, desde el primer mundo, solo me distingo de las víctimas en que no he nacido en sus mismos países, por eso lucho desde aquí. Quiero que las personas tengan condiciones de vida dignas y quiero dar contexto y también suelo a quienes no tienen donde agarrarse, a quienes están desposeídas de casi todo”, se sinceró.