Una formación que integra la justicia y la paz (Encuentro de Formadores en Salamanca)

El hermoso edificio que acoge a la comunidad claretiana de Salamanca, sito al pie de las Catedrales de la ciudad, ha sido el escenario del encuentro reciente de los formadores y prefectos de espiritualidad y formación de las provincias de Iberia. En él han tomado parte ocho Misioneros de la región: tres de la Provincia Bética, dos de Santiago y uno de Catalunya, Euskal Herria y Portugal. A ellos se unió, durante toda la reunión, el P. Mathew Vattamattam, Prefecto General de Formación de la Congregación.

Precisamente bajo la guía del P. Mathew el grupo trabajó sobre la integración en los procesos formativos de los valores de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) y la enseñanza social de la Iglesia -sobre todo de su Doctrina Social-. Se sirvió para ello, entre otros documentos, del texto ‘Un itinerario formativo para una vida religiosa profética’ de la Comisión General de JPIC. Por otro lado, el P. Luis María García, de la Compañía de Jesús, ayudó a los asistentes a plantearse cuestiones sobre ‘el acompañamiento formativo en proceso’.

El encuentro, celebrado entre los días 26 y 31 de julio, incluyó también sus momentos de descanso y convivencia. El viernes día 30 los participantes visitaron algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad salmantina y el sepulcro de Santa Teresa de Jesús, en la cercana localidad de Alba de Tormes. La comunidad claretiana, como suele ser habitual, se desvivió para atenderles.

La Congregación está presente en Salamanca desde 1945 con una historia muy vinculada al mundo universitario y, sobre todo, a su Universidad Pontificia, que es la Universidad del Episcopado Español. A lo largo de estas seis décadas un buen número de Misioneros ha enseñado y estudiado en sus aulas; en la actualidad el P. Ildefonso Murillo es el Decano, recién elegido, del Centro de Filosofía, Humanidades y Filología Bíblica Trilingüe. Desde los años 70 los Claretianos hemos unido a la actividad universitaria una intensa colaboración con la Iglesia local -nunca vinculada a un templo propio- en muy diversos lugares del campo y la ciudad, colaboración que la comunidad actual también mantiene.

Los participantes en el encuentro en la comunidad claretiana. Tras ellos un trabajo del P. Maximino Cerezo