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NOTICIAS DESDE LAMBARÉ (PARAGUAY)
Esther, voluntaria de la Fundación Proclade en la delegación de Zaragoza, llegó el 18 de enero a la misión de Lambaré, Allí vivirá durante un año. “Hola ¿cómo estáis? Yo estoy bien, aunque pasando bastante calorcito otra vez. Quería mandaros unas líneas y contaros un poquito lo que va ocurriendo por aquí. De momento no ha empezado la escuela, por lo menos no para todos, y estamos repartiendo los útiles escolares para cada niño, ya llevamos unos cuántos pero ni siquiera la mitad. Todos los días colaboro en el comedor de los niños, ayudando a darles de comer. Están tan desnutridos que a algunos les cuesta comerse la ración entera. No sé si os he dicho que este año hay 60 niños, 20 más que el curso pasado. Pero es que el año pasado en todos los colegios donde van los niños del asentamiento daban merienda y muchos con eso y un poquito más en casa, pasaban el día. Pero este año no, hay dos colegios que ya no dan merienda y claro, con lo de casa, algunos no pueden rendir ni nada. Poco a poco me van saliendo actividades para cuando empiecen las clases en el asentamiento. Allí se da apoyo escolar, para que los niños que “no llegan”, puedan tener un refuerzo para realizar sus tareas, ya que en casa no les pueden ayudar. Muchos elaboran allí sus deberes y hay una profesora que les va explicando. Además hay educación de adultos, para obtener el título elemental, como el del Graduado escolar de España. Dura cuatro años, así que, después de su jornada laboral, vienen a las clases (de 4 a 7), tres días a la semana. Es un gran esfuerzo el que realizan y están acudiendo muchas mamás con interés por aprender para poder ayudar a sus hijos. Algunas acuden a la alfabetización sin saber leer, así que el trabajo es grande… Y, bueno, aquí (en casa de los claretianos), hacia las siete y media marcho a casa, porque a las 8 se hace de noche, y se cena. Hoy voy a hacer yo la cena: tortilla de ajos tiernos y ensalada, así que no puedo tardar más, me marcho y otro día os escribo otra cartica. Todo mi cariño… un abrazo, Esther.”