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Finaliza la décima edición del curso sobre la identidad y el carisma claretiano



Del 31 de marzo al 4 de abril, más de 35 educadores y responsables pastorales de los colegios de la familia claretiana provenientes de centros de España y Portugal se reunieron en Barcelona para participar en la segunda parte del curso sobre la identidad y el carisma claretiano, unas jornadas formativas organizadas por la Comisión Interprovincial de Colegios de la Familia Claretiana (CIC). Así, siguiendo el programa de esta iniciativa, tal y como se ha venido haciendo en ediciones anteriores, el esquema de lo vivido durante estos días de primavera ha completado el camino iniciado en noviembre del pasado año, cuando en Colmenar Viejo se celebró la primera etapa de este curso con un carácter más marcadamente formativo.
“Esta vez, en cambio, sabíamos a lo que veníamos”, explica Rubén Francisco Moro, responsable de pastoral de los Colegios Mayores y participante de este encuentro. “De hecho íbamos con muy buenas expectativas -completa Mercedes López-Cozar desde el colegio Claret de Madrid- porque así nos lo trasladaron algunos de los participantes que ya habían disfrutado de estas jornadas”. Por su parte, Yolanda Dupeyrón, también desde nuestro colegio de enseñanza en la capital, añade que sus compañeros le advirtieron de que “estos días te removían por dentro, y me persuadieron para que aprovechara esta experiencia tomándomela como un regalo”. “Cuánta razón tenían y cuán agradecida estoy de haber podido ir”, concluye.
De tal modo, esta segunda parte del curso ha combinado conferencias y visitas a lugares emblemáticos de la historia claretiana con momentos de oración y de compartir en familia. Así, destacan las visitas a las localidades de Sallent, Vic, Reus y Barcelona, que ofrecieron una conexión directa con los orígenes de nuestra familia carismática y con su proyección actual. En palabras de Dupeyrón, tutora de primaria y miembro del departamento de orientación, ha sido “una experiencia vital muy enriquecedora que enraíza con el origen y la razón de ser de nuestra labor, el punto de partida que da sentido a mi trabajo como educadora en un colegio al estilo de Claret”. Así, en cada lugar y localidad, los participantes han podido redescubrir aquello que sustenta la misión educativa y evangelizadora de nuestras instituciones. “Y qué bueno es poder compartirlo con otras personas que reman en la misma barca”, añaden los participantes. “Estos días han marcado un importante sentido de pertenencia”, redundan.
En este encuentro -como en el anterior, el del mes de noviembre- nuestra provincia ha participado generosamente, tanto con la organización práctica de estas semanas como abordando los temas nucleares de varios de estos días. De tal modo, el P. Miguel Ángel Velasco, encargado de coordinar la pastoral de nuestros centros de enseñanza, ha sido quien, acompañado del grupo ejecutivo de la CIC, se ha encargado de cerrar el programa ofrecido a los participantes y de procurar para todos un clima de acogida y armonía que todos han agradecido en diversas ocasiones.
En la maleta, junto a un buen número de experiencias positivas y “mejores y nuevos aspectos del carisma claretiano que procuraré enseñar a mis alumnos”, los participantes se traen, sobre todo, “un profundo agradecimiento a Dios por poner en mi camino a la familia claretiana”, expresa Dupeyrón. Francisco Moro lo resume concluyendo que “si traemos una idea clara es la de estar seguros de que nuestras instituciones prolongan el sueño que soñó san Antonio María Claret; y que nosotros somos continuadores de ese querer, procurando llevar adelante con nuestro trabajo, con nuestra entrega y junto a otros muchos cristianos que forman parte de nuestra comunidad educativa esta hermosa tarea que tanto bien lleva haciendo durante tantos años”, finaliza.