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Un año más, la Escuela Regina Apostolurum acompaña a los religiosos que se disponen a hacer la Profesión Perpetua
Ayer, 11 de julio, concluyó la trigésimo octava edición del curso de preparación a la profesión perpetua organizado por la Escuela Regina Apostolorum, integrada en el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid. Un curso específico que comenzó el pasado día 4 y que las congregaciones y órdenes religiosas programan y valoran especialmente. De tal modo, al seminario claretiano de Colmenar Viejo acudieron veintidós jóvenes en formación inicial, pertenecientes a catorce congregaciones y nacidos en catorce países diferentes. Los organizadores, así como los participantes han evaluado el encuentro de este año como un encuentro formativo muy positivo, oportuno y cargado de profundidad.
De la mano de dos profesores de la Escuela Regina Apostolorum, Hna. Fabiola del Carmen Mora, misionera Mater Misericordiae, y el P. Alejandro Carbajo, misionero claretiano, los alumnos pudieron profundizar en los núcleos esenciales de la vida religiosa, releyendo su historia y ahondando a lo largo de estos días en la decisión definitiva de seguir a Cristo en la vida consagrada.
Por tanto, un intenso curso preparatorio que se desarrolla en un cuidado ambiente participativo donde se combina la exposición doctrinal, el trabajo personal y de grupos, las bellas celebraciones litúrgicas y los espacios de oración y convivencia. “Este año, al igual que el pasado, Fabiola y yo hablamos del privilegio que supone también para nosotros, los profesores, el poder acompañar a los jóvenes en estos días, pues este curso da pie a echar la vista atrás, a nuestra propia profesión -en mi caso, a finales del siglo pasado- y releer nuestra vida a la luz de la propia respuesta a la llamada de Dios. ‘El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres’, qué otra cosa podría decir”, concluye el religioso.
Vocación, consagración, votos, comunidad, misión. Los jóvenes participantes han podido compartir estos días el “sí” que Dios ha suscitado en su vida en un verdadero clima intercongregacional de convivencia, estudio y oración.