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Pedro Belderrain: “Puede caber la tentación de acumularnos todos en el centro, y de ahí la importancia de salir a las periferias”
“Nuestro sueño, las preferencias que nuestra Congregación quiere proponer al mundo, puede sintetizarse en dos palabras”, inició el P. Pedro Belderrain, invitado en la tarde de ayer al primer programa de la tercera temporada de ‘Viaje en Globo’. “En primer lugar, -comenzaba el misionero, prefecto general de apostolado de los claretianos-, ofrecemos nuestro arraigo en la experiencia de Jesucristo, el cual nos alimenta para llevar adelante nuestra misión”, explicaba. “No queremos ser funcionarios, ni mucho menos actores de teatro que hablan de aquello que no viven, o que se meten en un personaje”, exponía. “Y, en segundo término, buscamos integrar con valentía aquellos acentos que la Iglesia va proponiendo al mundo de hoy, y que expresa con palabras como anuncio, alegría, presencia, comunidad, justicia o centralidad de la Palabra de Dios”, completaba.
“Agradezco el poder ver de primera mano lo que tantos claretianos, -nunca solos, siempre en sintonía con otros cristianos- están viviendo en muchas partes del mundo”, se sinceraba el misionero visibilizando la respuesta de la Congregación cuando de ella se solicitan comunidades más hospitalarias y abiertas.
“Es muy importante que acentuemos que somos una misma familia, seamos del continente que seamos, pues al final somos todos hermanos y el mundo es una casa que hemos de compartir”, subrayaba Belderrain. Respecto de la casa común, el claretiano también se pronunciaba claramente, aseverando que “hay muchos indicios que nos dan a entender que estamos forzando demasiado la creación”. “Es importante cuestionarse la crisis ambiental concretándola en distintos suelos”, aseveró, “y nosotros nos preguntamos qué responsabilidad personal e institucional tenemos al respecto”. “Gracias a Dios, en muchas actividades y obras de los claretianos estamos reaccionando”. “No es tiempo de decir que otros hagan por nosotros”.
Consultado por el modo en que la Congregación anuncia el Evangelio a gente de tan diversos ámbitos sociales, económicos, políticos y culturales por donde se extienden los misioneros de Claret en el mundo, el prefecto general respondió que “siempre intentamos concretar respondiendo a lo que se vive, caminando con las Iglesias particulares, remando con los demás, sintonizando con nuestra manera de plantear las urgencias que el mundo requiere”. “Valores fundamentales en un momento determinado se traducen de una manera en un lugar, y de otra manera en otros, pero siempre podremos encontrar claves de fondo, y eso es realmente hermoso”.
“El papa Francisco nos ha llamado a ir a las periferias, pues puede caber la tentación de acumularnos todos en el centro”, exhortó Belderrain. “Y es cierto que muchas veces hemos de distinguir entre periferias sociales, culturales, geográficas y existenciales”, acotó. “En concreto, nosotros tuvimos un encuentro con el papa Francisco en el 2015 y en su discurso, muy espontáneo, nos pidió ir a las periferias intelectuales, y esto quiero subrayarlo”. “Es bueno empezar a pensar que trabajar para que salgan todos los números de una revista de filosofía es una periferia; o, por ejemplo, defender una determinada idea de inspiración cristiana en un parlamento, aun cuando ni tu propio partido te apoya, también lo es”, reflexionó.
Especialmente sugerente resultaron los últimos minutos de la entrevista, donde el director del CM Alcalá, D. Gabriel Beltrán, propuso a nuestro entrevistado distintas cuestiones relacionadas con la educación universitaria. Así, a los ojos del claretiano, “Con nuestra presencia en el mundo universitario intentamos ofrecer un marco de convivencia, de enriquecimiento mutuo y transmisión de conocimientos que permita a las personas sacar lo mejor de sí mismos durante los años en los que se inician en estudios superiores”. “Y creo que nosotros traicionaríamos nuestro ser si ocultáramos nuestra identidad cristiana, pues les estaríamos negando algo fundamental”. “Mi experiencia es que en ningún lugar me he sentido más libre que en la Iglesia, y este es el tesoro que tenemos que llevar a las gentes”, finalizó.