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Carlos Martínez Oliveras, invitado por la Conferencia Episcopal Mexicana para reflexionar sobre el camino sinodal
Del 5 al 9 de septiembre los obispos mexicanos celebraron en Monterrey sus jornadas anuales de formación, renovando así su empeño de ofrecerse disponibles y competentes en medio de la sociedad y de la Iglesia de su país. Así, para ahondar en su servicio y orientarlo al proceso sinodal que el papa Francisco pide a la Iglesia en este tiempo, contaron con el religioso claretiano Carlos Martínez Oliveras. Junto a él, los prelados pudieron compartir experiencias sobre su respectivo caminar diocesano.
"Los obispos querían un profesor de teología que hubiera reflexionado acerca el Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad”, explica Martínez Oliveras en declaraciones al portal web de noticias ‘Religión Confidencial’. “A raíz de la publicación de mi libro: ‘Diez cosas que el Papa Francisco quiere que sepas sobre la sinodalidad’, y como teólogo, me invitaron a este encuentro”, continúa. Ciertamente, han sido unas jornadas de lo más oportunas ahora que comienza, este próximo mes de octubre, la reflexión sobre el documento de trabajo para la etapa continental.
Estos días de formación se encuadraron bajo el lema ‘Vivir—actuar—celebrar—anunciar’, y fueron propuestas con el objetivo de “caminar juntos y adentrarnos en el pensamiento del Santo Padre para la configuración de una Iglesia sinodal”.
Fin de la fase diocesana
“Esta fase diocesana nos ha invitado a ser más humildes”, relatan los prelados de la conferencia del episcopado mexicano en las conclusiones a esta segunda fase del camino de conversión espiritual y pastoral que acaba de finalizar. “Queremos incorporar de una mejor manera a todos los que forman parte de la Iglesia, comenzando por los más alejados”.
“Como Iglesia de Jesús en tierras mexicanas, reconocemos que la voz del Espíritu nos invita a abrir nuevos caminos de comunicación y acompañamiento, no solo con los fieles, sino especialmente con los descartados de la sociedad”, abundan. Al mismo tiempo, reconocen otras áreas de oportunidad para mejorar, “buscando formas de acercamiento “con divorciados, separados, agnósticos o ateos, tribus urbanas y personas con diferentes preferencias sexuales […] personas en situación de calle y hasta con delincuentes y miembros de otras organizaciones criminales, sonde hay tanta oscuridad y no se valora la vida”. En definitiva, “escuchar y atender a todas las voces en su verdad, dejando de lado toda forma de división, prejuicio y estereotipo, pues estos últimos secan raíces comunitarias y nos hacen dar pocos frutos”.