Nueva Asamblea General de la vida religiosa española

Habiendo dejado atrás los ecos de los veinticinco años de camino conjunto de las CONFER masculina y femenina que se celebraban hace un año, arrancó el día 11 de noviembre en Madrid la XXVI Asamblea General, esta vez bajo el lema “Sabed cuál es la esperanza a la que habéis sido llamados”. Unas palabras de la Carta a los Efesios que quieren ser motor para todo el curso 2019/2020, convencidos como están los religiosos españoles de que “el Señor seguirá haciendo su obra en nosotros de la manera más adecuada para que podamos seguir llevando Evangelio, especialmente a los que sufren”, tal y como afirmó Jesús Miguel Zamora, su Secretario General, al inicio de los tres días en que se prolongó la cita.

Comenzó la sesión inaugural con palabras de Mariña Ríos, presidenta de CONFER, que estuvo acompañada de los cardenales Aquilino Bocos y Carlos Osoro, además del obispo de Málaga y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, Mons. Jesús Catalá. También, junto a ellos, se sentaron dos miembros del Consejo General: el dominico Jesús Antonio Díaz Sariego, vicepresidente de CONFER, y el secretario general, el lasaliano Jesús Miguel Zamora. El mensaje que quisieron hacer llegar a los más de 250 superiores provinciales y generales fue claro: afrontar el futuro con la esperanza de los que creen que el Reino es posible en medio de la complejidad de nuestro mundo. “Seamos hombres y mujeres esperanzados, hombres y mujeres testigos de esperanza”, conminó Ríos.

A renglón seguido comenzó la ponencia marco que corrió a cargo de Montserrat Escribano. La teóloga española, miembro de la Junta de la Asociación de Teólogas Españolas, buscó hacer un diagnóstico actual de la vida consagrada para instar a los superiores mayores y provinciales a dar un paso al frente en la línea marcada por el Papa Francisco: primerear, involucrarse, acompañarnos, fructificar y festejar.

Sembrar para nuevas generaciones

Ya el segundo día, tras la eucaristía presidida por Mons. Catalá, tuvo lugar una mesa redonda moderada por el religioso jesuita José María Rodríguez Olaizola. En ella se sentaron tres religiosos jóvenes y tres más veteranos, con el fin de compartir sus sueños y vislumbrar juntos un futuro que ya ha comenzado: es el presente que se actualiza en cada gesto, en cada palabra, en cada obra de servicio. “La fe, como seguridad de lo que se espera, nos impulsa a soñar”, aseveró en un momento Mª Ángeles Vilar. Sus palabras fueron compartidas por Cristina González Carrasco, que completó asegurando que “cada vez sueña más para las nuevas generaciones de la Iglesia”, e Ismael Beltrán, que animó a los jóvenes a afianzar un sueño que ha de ser común, la intercongregacionalidad: “si los problemas son bastante parecidos ¿Por qué no van a ser comunes las soluciones?”. Los aportes de los religiosos más jóvenes, Mª Victoria Blanco, Bernardo Sastre y Marta González Cambronero, todos ellos nacidos en la última década del siglo pasado, urgían a asumir riesgos, cortar con los miedos, a abrir puertas y mostrarse tal cual es. “Sigamos sembrando todos juntos para otras generaciones que habrán de venir”, concluyeron.

Antes de finalizar la mañana, Guillermo Fernández Maíllo y el sacerdote Vicente Martín Muñoz nos ofrecieron una breve presentación del trabajo que han venido realizando estos últimos años, El VIII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España. En efecto, para poder enfrentarnos al futuro, perder el miedo y fortalecer los mecanismos de inclusión de la ciudadanía en nuestra sociedad, los autores del Informe plantearon en su conferencia a los religiosos, un conjunto de grandes conversaciones cívicas que adecúen definitivamente nuestra forma de convivencia ante este proceso de mutación social que han venido a llamar ‘la sociedad desvinculada’. “Frente a esta, los cristianos hemos de hacer presente, más que nunca, la cultura del encuentro a la que nos llama el papa Francisco”, matizó el sociólogo Fernández Maíllo. “La esperanza se encuentra en el desarrollo de una comunidad”, puntualizó Martín Muñoz, que aprovechó para agradecer la enorme implicación de la vida consagrada en prácticamente todas las diócesis de España.

Por la tarde, el vicario episcopal de la Pastoral Social de Madrid, José Luis Segovia, intervino con una conferencia viva y directa, que llevaba por título ‘La esperanza en diálogo con las periferias’. El el sacerdote exhortó a todos los consagrados a no dejarse robar la esperanza. “Para ello, será fundamental quitarse de pequeñas certidumbres”, completó. “El rasgo común de todos vuestros fundadores es que fueron hombres y mujeres de esperanza que guiados por Dios abandonaron el sentido común que nos instala en zonas de confort. Ellos empezaron a creer en lo imposible”, prosiguió diciendo. “Siendo pobres tuvieron la certeza de no ser nunca abandonados”. Y es que fuera de la pobreza “no existe ninguna opción de reforma de vuestros institutos, ni de toda la Iglesia”, puntualizó. En este sentido, todos los cristianos deberían buscar el “arrimarse mucho a los pobres”, pues la esperanza como don teologal no está fuera de la realidad “y menos aún de las periferias”.

“El camino que ha de recorrer los cristianos junto a los pobres –via caritatis– abre ventanas a todos los increyentes, porque compartiendo vida en este tránsito damos testimonio de la esperanza. Ese fue el legado de los primeros cristianos, que la máxima de las innovaciones posibles para nosotros es el Evangelio sin glosa”, finalizó.

Los asambleístas dedicaron la segunda parte de la tarde a reflexionar sobre la reestructuración en la que están inmersas la mayor parte de las familias religiosas. Se trata de un fenómeno complejo, que afecta a las presencias apostólicas, pero también a la vida de las personas e comunidades, a la relación entre los institutos religiosos y los laicos con los que comparten espíritu y a las Iglesias locales. Con especial maestría, Jesús Díaz Sariego, provincial de España de los Dominicos y vicepresidente de Confer, dirigió una hora y media de trabajo sobre el tema, que incluyó un tiempo amplio de diálogo en pequeños grupos.

La tentación del pesimismo

Comenzó del último día con un diálogo entre Mons. José Rodríguez Carballo, secretario de CIVCSVA y Mariña Ríos, presidenta de CONFER. Una serie de interrogantes sobre la situación de los consagrados en el mundo, y concretamente en la Iglesia. Necesarias respuestas sobre temas como la profecía, la esperanza, la multiculturalidad, la mujer o la formación de los consagrados. “Creo que los religiosos españoles pecamos de pesimismo. Hay entre nosotros muchos discípulos de María Magdalena, siempre llorando a un muerto, lamentándose por la falta de vocaciones. ¿De verdad creemos que es ese el camino?¡La vida religiosa en Europa, y concretamente en España, no está muerta! […] Podemos señalar caminos, innovar, ofrecer reflexión. Pensemos en el nombramiento cardenalicio del P. Bocos. Creo que eso nos dice mucho a los consagrados españoles”, exhortó el religioso franciscano. Del mismo modo, Rodríguez Carballo abordó otros temas, como la estrecha relación que existe entre la Congregación de la que él es secretario y la Unión de Superioras Generales: “Pues la mujer en la Vida Consagrada tiene que ocupar un lugar en la toma de decisiones”. Pero no solo por eso. “También tratamos con ellas otros asuntos más dolorosos, como los abusos sexuales que existen entre las religiosas. Dentro de una semana tendremos una reunión con ellas para tratar este punto”. Pero sobre todo, dejó claro que la Vida Religiosa femenina precisa de más formación. “Nosotros estamos buscando juristas, y nos encantaría poder contar con mujeres, pero no hay”.

Antes de terminar su intervención, Rodríguez Carballo volvió a incidir en la adhesión plena de la CIVCSVA al Romano Pontífice. “Pedro hoy se llama Francisco [...] Y os invito a vivir gozosamente este pontificado. El papa conoce muy de cerca la Vida Religiosa, tal como deja especialmente claro en el libro-entrevista con el claretiano Fernando Prado [La fuerza de la vocación]. Aprovechémoslo”, finalizó.

Cada uno de estos días de encuentro también ha contado con celebraciones eucarísticas, momentos de oración, y con la presentación de las Memorias del 2018 y del Presupuesto 2020, que fueron finalmente aprobados. Entre los asistentes, destacó la ya reseñada presencia del presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, Mons. Jesús Catalá y de los cardenales Aquilino Bocos y Carlos Osoro; También se hicieron presentes en diversos momentos el Vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, D. Fernando Giménez Barriocanal, el cual agradeció profundamente el trabajo de la CONFER, y algunos otros obispos, entre los que destacaron el secretario general de la Conferencia Episcopal, Mons. Luis Argüello, y Mons. Luis Ángel de las Heras, CMF.

Nuestra Provincia ha participado, además de mediante la oración, con algunas presencias, como la del superior provincial, Pedro Belderrain; y más puntualmente con las del director del Instituto Teológico de Vida Religiosa, Carlos Martínez Oliveras, y de Publicaciones Claretianas, Fernando Prado Ayuso. A la asamblea han asistido también el superior provincial de Catalunya, el vicario provincial de Fátima y la provincial de Europa de las Misioneras Claretianas. El concierto en ambiente de oración que cerró la segunda jornada corrió a cargo del trío Alma Di Voices, con especial vinculación con el Colegio Claret de Madrid. En la vida ordinaria, durante el año, la colaboración claretiana con la Conferencia Española de Religiosos sigue siendo notable, y ha aumentado hace poco con la asunción por parte de Margarita Bordallo, misionera claretiana, del servicio de coordinación de las conferencias regionales y diocesanas.

Un año más, los momentos de oración, esmeradamente cuidados y preparados, contribuyeron a dar profundidad a la Asamblea. Muchos de los participantes vuelven a reunirse estos días en el decimoquinto congreso nacional de Escuelas Católicas.