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PROCLADE: Se me ha acabado el jabón… ¿me prestas un poco?
Siempre ha pasado en distintos barrios, pero desde que comenzase el confinamiento se hace notar más de cerca. Un rato de conversación, ofrecerse para sacar a pasear a tu mascota, al cuidado de niños, hacerte un recado... Destellos de preocupación por aquellos con los que es habitual cruzarse en la escalera recorren ahora vecindarios enteros en distintos lugares de toda la geografía, aquí y en otras partes del mundo. Queremos volver de ésta más unidos y por ello, ya desde el principio, de manera natural e improvisando sobre la marcha, brotaron recursos solidarios puerta con puerta, para hacer más llevadera esta crisis sanitaria. Si algo queda patente, es que la llamada a la acción es vital, que la emergencia es para todos y que en mayor o menor medida, todos podemos colaborar.
“El reto para nosotros es hacer de lo lejano, cercano”, comienza Miguel Tombilla, vicepresidente de la Fundación PROCLADE, oenegé de los misioneros claretianos. “A todos nos ha podido faltar un poco de sal, una pastilla de jabón o que nos echen una mano a cambiar una bombilla, y ahora más que nunca recurrimos al vecino de la puerta de al lado, esperando una respuesta cargada de ayuda. Si en este mundo nuestro las distancias se acortan y el vecindario es cada vez más global ¿Por qué no facilitar herramientas para brindar esta ayuda inmediata?” Y con esta premisa decidieron poner en marcha una nueva campaña, de mirada positiva e íntegramente digital, que acoge la web meprestasunpoco.org. Para Francisco Carril, director de la fundación: “Hablamos de prestar, porque creemos que prestar ayuda ahora es el principio de una relación de solidaridad que podríamos denominar ‘vecinal’. Queremos recrear un barrio global de ayuda y apoyo, un tejido de solidaridad que nos impulse a salir adelante ante esta terrible pandemia”.
Nos encontramos ante una crisis global sin precedentes. Fundación PROCLADE parte de la convicción de que todos, en todos los lugares del mundo, estamos sufriendo ante esta situación, pero que es igualmente cierto que juntos podemos llegar mucho más lejos. La oenegé claretiana lleva casi veinticinco años avivando la solidaridad y la ayuda para que miles de familias no vean aún más agravadas sus condiciones de vida y su salud. En España y en los países de África, Asia y América donde la Fundación está presente, la enfermedad ha llegado con fuerza, y sus consecuencias están siendo terribles, pues muchas familias, de aquí y de allí, no pueden hacer algo tan sencillo como lavarse las manos porque no cuentan siquiera con agua y jabón.
Conscientes de las dudas que los sistemas de donación económica on line pueden suscitar en la gente, la Fundación ha arbitrado un sistema que ofrece todas las garantías a quien quiera colaborar.
Trabajando juntos seguiremos creando un mundo en el que haya menos situaciones de pobreza, hambre, injusticia y, también, menos epidemias.
Te invitamos a conocer a los protagonistas de este vecindario, la primera de ellas es Daniela.