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PRIMERAS IMPRESIONES DE JUAN ANGEL ARTILES
Acaba de llegar a aquellas tierras y ya ha tenido tiempo de enviar dos cartas. Así es Juan Ángel; más ahora que, por eso del idioma, no podrá hablar mucho… Entresacamos algunos párrafos. Me encuentro ya en Yogyakarta. El viaje fue muy bueno hasta que llegamos a Kuala Lumpur. Lo pesado fue la espera del vuelo para Yogyakarta en el aeropuerto de Kuala Lumpur. Fueron cinco horas; ya se notaba el cansancio y la falta de sueño. La acogida fue como en las películas: nos cantaron, nos pusieron una especie de bufanda que no sé cómo la llaman. El paisaje desde la ventana está dominado por una preciosa palmera de más de treinta metros acompañada a los lados por bambús de más de diez metros, aquí y allá algunas plataneras y, como estamos en época de lluvias... agüita varias veces al día. El clima es como imaginaba pero... como ya sabéis no es lo mismo ver el camino en un mapa que andarlo. Me paso el día sudando, y lo de comer con agua caliente no era una forma de hablar. Nos levantamos cuando amanece (¡a las 4'45 am! Nunca imaginé que me iba a levantar tan pronto) y desayunamos -después de las Laudes y de la misa- a las 6'30. Total que a eso de las 7'00 está todo el pescado vendido y hay que ponerse a estudiar. Aquí son 6 horas más. O sea que a las 21'00 podemos ver el Telediario de las 15'00 de TVE internacional. Nuestros queridos vecinos musulmanes nos amenizan el día y la noche. A las 3'30 am nos invitan a rezar desde los altavoces que tienen tres mezquitas pequeñas que hay en los alrededores. Ése es el aperitivo que dura 30', luego a las 15'00 igual; y a las 19'00 otra vez. Lo peor no son los alaridos que son como maullidos displicentes, lo peor es que no están coordinados y empiezan cada una a su bola y terminan igual, con lo que la cacofonía es alucinante. Pero me dicen que en Kupang no tendré nada parecido. En estos días me he aprendido el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria. Aquí todos los estudiantes insisten que en un mes ya lo podré entender y leer y en dos hablar con propiedad. Pero, como te puedes imaginar, no me lo creo. Ya he visitado donde voy a estudiar y voy a tener profesora sólo para mí, cuatro horas diarias. Así ya se puede ¿no?... El recibimiento ha sido muy bueno, tanto Kuri -el Delegado- como Sabu el formador de aquí son gente muy maja. La primera impresión que tengo de la Delegación -de los claretianos, según cuentan ellos- es que he llegado en el momento en que hay que tomar decisiones muy importantes para superar fallos del pasado y marcar un rumbo que asegure la estabilidad de los formandos aquí y, al mismo tiempo, asegure el futuro de la Delegación. Como ya me habéis oído alguna vez: "buenos huevos, a veces, hacen mala tortilla". Para hacer posible este proceso estoy aquí, así que… pa'lante. Seguid rezando por mí y por esta bendita Delegación. Hoy escribo desde Kupang (Timor Occidental). Ahora mismo el ruido de la lluvia no me deja oír la música. Es impresionante. Aquí la lluvia lo paraliza todo, virtualmente no te puedes mover porque son auténticas torrenteras de agua lo que cae y, en segundos, fluye por la calle, la acera, la tierra… Así que este paisaje, este clima y todo lo que incluye me están rescatando de la memoria imágenes, olores, sensaciones de cuando era pequeño en Guinea. He podido visitar nuestro Noviciado en Benlutu. Es como si estuviera en otro país. La altitud (650 metros) hace que la humedad y la temperatura se parezcan a la de Madrid (la humedad no tanto). El sitio es idílico, ¡qué gozada! Me ha costado arrancarme de allí y volver a este calor pegajoso de Kupang. De momento el viaje a Timor Este (la parte independiente) no lo voy a realizar porque para mi sorpresa (y la de todos aquí) resulta que mi visado no es de turista por 30 días sino de "visita familiar". En el formulario de la embajada para solicitar el visado nos preguntaban dónde íbamos a vivir y la única opción que se ceñía a la verdad era: "amigos, familiares y otros". Así que para el gobierno de esta república… estoy visitando la familia. Una vez más la verdad busca la forma de hacerse presente. Total, que lo puedo renovar aquí (me lo va a renovar uno de casa) y me vale para seis meses. Timor Este tendrá que esperar hasta mediados de junio. ¡Qué le vamos a hacer!. Así podré empezar antes las clases de "bahasa indonesio". Ya he conocido a todos mis hermanos de la Delegación. En total somos 21; 4 no pudieron venir a nuestro Retiro-Encuentro: Uno en Medan -Sumatra-, otro en Yogyakarta con los seminaristas, otro en Yakarta preparando el viaje para estudiar en Madrid, y otro en Nueva Zelanda en un curso. Como os decía en el mensaje anterior: Todos muy abiertos, cordiales, afables y alegres. Aquí las distancias son para marearse. Desde nuestra parroquia de Sumatra para llegar aquí: tres horas de coche al aeropuerto, dos de avión a Yakarta; y otras tres y media hasta Kupang, siempre haciendo escala. Nosotros desde Yogyakarta salimos a las 11'00 de la mañana y llegamos a Kupang a las 19'30. Los de Timor Este -que tienen que cruzar la frontera- salieron a las 7'00, llegaron a la frontera a las 9'00 y aquí sobre las 20'30, y es la misma isla. Creo que aquí Internet es un medio de comunicación más necesario que en España. Veremos cómo podemos implementarlo. Ayer nos hicieron el recibimiento oficial en el otro seminario que tenemos aquí. Danza, canción, recibimiento en la casa de la tribu; nos invitaron a beber siripinang y sopi (lo primero es una combinación de frutos que es muy amarga, se toma junto con "cal viva" -un poco, me han dicho que es desinfectante…¡claro!-; lo segundo es una bebida fuerte, de sabor como el orujo pero menos elaborada. Una experiencia inolvidable que procuraré no repetir más); y luego fuimos a comer. Todo esto vestidos con ropas típicas. Mañana vuelvo a Yogyakarta (isla de Java) y, si Dios quiere el lunes 7 empezaré las clases de indonesio. Orad por nosotros. Un fuerte abrazo y recuerdo: Juan Ángel, cmf. P.D.: El presidente ha decidido que toda la ayuda europea por lo del tsunami sea canalizada por la Iglesia católica. Hay una fuerte resistencia en Banda Aceh a recibirla porque (dicen que) con ella lo que pretendemos es "cristianizar" a los musulmanes de allí. El otro día un grupo fanático musulmán plantó su hamacas en un cementerio cristiano, dormían encima de las tumbas: ha sido una provocación que no ha tenido -gracias a Dios- ningún eco.