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Beatificaciones: una alegría que se prolonga
Aunque el sábado 21 de octubre se va alejando en el tiempo, el recuerdo de la beatificación celebrada en la Sagrada Familia y sobre todo la fuerza que emana de los nuevos Beatos van adquiriendo cada vez más intensidad.
Tal como se había previsto, la Parroquia de San Vicente Mártir de Valencia, en la que desde hace décadas se custodian los restos de los Beatos Marceliano Alonso, Luis Francés, Tomás Galipienzo y José Ignacio Gordon, acogió el día 5 de noviembre una hermosa celebración eucarística presidida por D. Antonio Cañizares, cardenal arzobispo de Valencia, en la que todos los claretianos que viven en Valencia y el P. Pedro Belderrain, superior provincial, se unieron a la comunidad parroquial y a algunas personas vinculadas a los colegios Claret de Benimaclet y Fuensanta, presencias misioneras de la Provincia en la ciudad.
Especialmente significativa fue la presencia en la hermosa ceremonia, animada con gran belleza por la Coral Polifónica Valentina, de dos grupos de familiares de los Beatos Marceliano y José Ignacio, desplazados expresamente desde La Rioja y Jerez de la Frontera. El Cardenal Cañizares dirigió la palabra a los asistentes reiterando “la inmensa dicha, una alegría muy especial, permanente y duradera” provocada por la beatificación y su convicción de que “el Señor está derramando ya una lluvia de gracia inmensa y beneficiosa sobre la Iglesia y sobre España”, germen “de una nueva primavera eclesial y social”. Al final de la eucaristía D. Antonio bendijo el sepulcro de los Mártires, venerados desde ese día con un afecto especial.
Al norte, sur, este y oeste
Recordados ya en sitios tan distantes como la Parroquia de San Miguel Arcángel de Murmansk (Rusia), la curia provincial de Madrid, la parroquia de Vigo o las casas formativas de Indonesia o el centro de África, los actos y celebraciones en honor de los Mártires van tomando cuerpo en numerosos lugares de la geografía claretiana.
La iglesia de San Miguel de Jerez de la Frontera, en la que fue bautizado en 1902 el beato José Ignacio Gordon de la Serna, acogió el domingo 12 de noviembre una bella celebración eucarística presidida por el obispo de Jerez, D. José Mazuelos, en un templo lleno de fieles. Acompañado por varios claretianos de Bética y Santiago (entre ellos los PP. Pedro Sarmiento y Pedro Belderrain), D. José bendijo una placa que recordará junto a la pila bautismal al P. José Ignacio. Su familia, volcada en su recuerdo, organizó gran parte de la celebración, ha reeditado su biografía escrita en 1970 por el P. Julián Pastor y alentado la redacción de un texto mucho más actualizado por D. José Luis Repetto, sacerdote de la diócesis de Asidonia-Jerez.
Ya al día siguiente de las beatificaciones, la localidad de Castrillo de Don Juan (Palencia) había acogido una misa de acción de gracias presidida por Mons. Manuel Herrero, obispo de la diócesis, en la que se recordó de modo especial al Beato Isaac Carrascal, hijo del pueblo, mártir en Castro Urdiales (Cantabria), varios de cuyos familiares habían participado la víspera en la celebración de Barcelona, y al Beato Vicente Vázquez, palentino de Villada, del grupo de los mártires de la comunidad de Lérida.
El sábado siguiente fue la localidad navarra de Corella, cuna entre otros del E. Cándido Catalán, del grupo de Fernán Caballero, beatificado ya en 2013, la que acogió una celebración para agradecer especialmente el testimonio del nuevo beato P. José Serrano Pastor, del grupo de Cervera. La Catedral de Pamplona acogerá en diciembre una celebración de acción de gracias por los catorce claretianos navarros recién beatificados, entre los que se encuentran el P. Tomás Galipienzo, mártir en Valencia, y el E. José Elcano Liberal, primo de los PP. Jesús y Benjamín Elcano.
Días antes de acercarse a nuestra parroquia de la Ermita en Valencia, D. Antonio Cañizares, arzobispo de la diócesis, ya había presidido en la Colegiata de Xátiva una celebración de acción de gracias por la beatificación del E. Antonio Cerdá Cantavella, del grupo de Cervera, cuyo hermano José María, misionero hermano, murió también mártir en noviembre de 1936. En la celebración -organizada por la familia Cerdá y el abad de la Colegiata, D. José Canet, que se había desplazado también a la Sagrada Familia- participaron los PP. José Antonio Costa y Javier Vindel.