Clausurada la XI Asamblea de los Seglares Claretianos

Tras ocho días de intenso trabajo, de evaluar la historia vivida y soñar el futuro, la XI Asamblea de los Seglares Claretianos celebrada en Leioa (Vizcaya) fue clausurada ayer, 16 de julio. Unos días que mucho tuvieron que ver con nuestra provincia y con la Congregación, no solo por la participación de diversos misioneros como Juan Lozano, Manuel Tamargo, Pedro Belderrain o Mons. Fernando Prado, sino por el ofrecimiento que de forma continuada durante estos últimos cuarenta años el Movimiento nos brinda a toda la Familia Claretiana, procurando hermosear así la vida de la Iglesia en pro de la evangelización desde su carisma seglar y a favor del desarrollo integral toda persona.

De tal modo, bautizada con el lema ‘Ríos de agua viva’ en referencia al capítulo séptimo del Evangelio de Juan, la Asamblea se inició con un mensaje enviado telemáticamente por el P. Matthew Vattamattam, superior general de la Congregación, al que siguió una reflexión en torno a la capacidad de los seglares para acoger el evangelio, vivirlo con intensidad y a la vez anunciarlo eficazmente en el mundo de hoy. Así, los Seglares Claretianos, desde la más valiente autocrítica, se han querido preguntar por sí mismos con gratitud, pero también con exigencia. Un discernimiento muy compartido por los más de ochenta laicos asistentes, -de edades comprendidas entre los treinta y los setenta años-, venidos de más de dieciséis países y acompañados por cinco religiosos claretianos. Cabe recordar que para la región norte de España el P. Juan Lozano es asesor del movimiento, y, por tanto, estuvo presente estos días.

Por otra parte, en la Asamblea, siguiendo lo marcado por los estatutos del Movimiento, se ha abierto un espacio para la elección de algunos nuevos rostros que formarán parte del presente consejo general, no sin antes agradecer el trabajo del consejo ya saliente, en el cual se hallaba el misionero Manuel Tamargo como asesor general. Del P. Tamargo se guarda muy buen recuerdo y así se pudo poner de manifiesto en distintos momentos de estos días, especialmente en la puntual participación online del religioso en este encuentro. En esta ocasión, el misionero Pedro Belderrain, prefecto general de apostolado, toma el relevo del P. Tamargo ya de forma oficial, pues bien es cierto que desde noviembre venía desempeñando este cargo. Completan el consejo Miguel Ángel Sosa, seglar de las Islas Canarias, -que ha sido reelegido secretario general- y el peruano Bruno La Hoz junto a la guatemalteca Silvia Rodríguez. 

Otro momento reseñable, que dejó un agradabilísimo sabor de boca, fueron las eucaristías; tanto las celebradas por diversos claretianos -el P. Belderrain o el P. Juan Martín Askaiturrieta Ezkurdia, superior provincial de Sanctus Paulus-, como la presidida por el prelado de la diócesis de Bilbao, Joseba Segura Etxezarraga, o la que presidió el pastor de San Sebastián, el misionero Fernando Prado Ayuso, que tuvo lugar el viernes. Aquel mismo día, el viernes, se disfrutó de un momento muy pocas veces visto en la historia de la Familia Claretiana, y es que se mantuvo un encuentro online de siete de las ocho ramas carismáticas nacidas bajo la misma espiritualidad misionera, es decir, la soñada por el P. Claret. De tal modo, desde la Asamblea se pudo abrir un espacio a través de internet para conectar con el capítulo general de las Religiosas de María Inmaculada, con el capítulo general de las Misioneras de la Institución Claretiana en Vic y de nuevo con el P. Vattamattam, nuestro superior general. En este momento también se unieron algunas Misioneras de San Antonio María Claret, otras consagradas de Filiación Cordimariana desde Méjico, Brasil y Europa, y algunos otros religiosos de esta provincia, como nuestro superior mayor, el P. Adolfo Lamata, o el director de la misión de Zúrich, el P. Juan Carlos Rodríguez. Solo faltaron las Misioneras de María Inmaculada, que no pudieron conectarse.

Finalmente, cabe destacar que también ha habido tiempo para conocer algunos proyectos sociales que el Movimiento de los Seglares Claretianos viene desarrollando en esta zona del País Vasco, como aquellos que reman a favor de la inserción social, la acogida de migrantes o la promoción del empleo.