Entre el sufrimiento y la esperanza, un debate de vida

A pesar de los probados esfuerzos que políticos de todo signo han realizado para almibarar el número de difuntos y romantizar el impacto económico que la crisis del coronavirus ha esparcido por doquier, los hombres y mujeres de todo el mundo nunca hubieran querido tener que adaptarse a esta “nueva normalidad”, que no es normal en absoluto. “Hemos vivido y continuamos viviendo un duro tiempo de prueba: de despedidas incompletas e incertidumbres prolongadas; de llanto, impotencia, dolor y tristeza”, completa Antonio Bellella, misionero al frente del Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR). “No son palabras huecas, nosotros lo hemos experimentado. Cada comunidad religiosa también ha sufrido en carne propia la irrupción del covid-19 en nuestra vida cotidiana”, añade. Y por eso, al borde de finalizar el mes de diciembre, surge la necesidad de que se nos recuerde la esperanza, la Navidad y con ella, un nuevo comienzo. En este contexto, se enmarca la iniciativa del curso online que, desde el instituto claretiano vinculado a la Universidad Pontificia de Salamanca, se propone para estas próximas fechas navideñas.

Y de este modo, el director del ITVR nos lanza la pregunta: ¿por qué no buscar la esperanza acercándonos a la experiencia de algunas figuras de la Sagrada Escritura, que como nosotros sufrieron y buscaron un sentido a su dolor? “Hablar de esperanza en medio de tanto sufrimiento puede sonar a ingenuidad” interviene Ianire Angulo. “Pero quizá no haya una forma más clara de situarnos en clave creyente ante este escenario, el presente año en que el coronavirus nos ha empujado a vivencias que nunca hubiéramos querido tener”, concede. “La Escritura, que “es viva y eficaz, más cortante que espada de doble filo” (Heb 4,12), también nos puede ofrecer pistas para avivar la esperanza y convertirnos en “buenas noticias” en este mundo sufriente por la pandemia”, completa.

Un debate de vida, entre el sufrimiento y la esperanza, que gira en torno a cuatro personajes bíblicos cuyas vidas se vieron marcadas por la dificultad y la desgracia: Job, Jonás, Judit y María de Betania. Ninguno de ellos quería ni buscaba el sufrimiento, pero todos lo vivieron y afrontaron desde la fe y la confianza en Dios. La propia Angulo presentará a Judit, una mujer capaz de reconocer la fuerza que se esconde tras lo aparentemente débil. “Ella ha saboreado que el Dios de Israel ama a lo humildes, ayuda a los pequeños y defiende a los débiles. Desde su fragilidad y con una solidaridad comprometida, no teme ponerse en riesgo para liberar de la amenaza del enemigo a su pueblo. Al mirar a este personaje quizá podamos sentirnos invitados a arriesgar nuestra comodidad con tal de proteger y cuidar a los demás frente a todas esas realidades que nos infunden miedo”, finaliza.  Por su parte, el misionero claretiano Emeterio Chaparro, encargado de participar de este encuentro con una conferencia en torno al personaje bíblico de Jonás, advierte que “no es difícil que el desconcierto, la rebeldía o la conciencia de la vulnerabilidad se adueñen de nosotros mismos, en medio de la situación que estamos viviendo”. Pero con todo, “tal vez el libro de Jonás esté ofreciendo luz a esta dimensión de la existencia”. Para el Prof. Chaparro, “el profeta se ve obligado a re-evaluar su comprensión del mundo y de la voluntad de Dios”. “Frente a la injusticia, la incoherencia, la enfermedad, el desconcierto o la soledad más absoluta cabe preguntarse si no son todas ellas situaciones donde la presencia de Dios se vuelve más diáfana”.

Y con el miedo y sus distintas manifestaciones, surge la necesidad de poner en el centro un tiempo para comprender la naturaleza humana y los mismos sentimientos que en ella se expresan. Por ello, el religioso camilo José Carlos Bermejo, encargado de introducir los tres días de conferencias, añade: “Bien es cierto que atravesamos un huracán. Algunos de forma personal; otros, de manera más intensa, pero siempre afectados en diferentes ámbitos de nuestra vida. Y en esta experiencia es preciso subrayar y dar por seguro que el sufrimiento cohabita con la esperanza, y también con un tiempo de desarrollo y crecimiento espiritual. Un tiempo, en definitiva, de resiliencia y de dar gracias a Dios, con más conciencia del valor de lo pequeño”.

MODALIDAD E INSCRIPCIONES:

El curso se impartirá ON-LINE. Los participantes –comunidades, familias o particulares– pueden formalizar la inscripción en la Secretaría del ITVR. Se ruega hacerlo, siempre que sea posible, por teléfono, correo electrónico (secretaria@itvr.org) o a través del formulario que encontrarán pinchando en este enlace.  Una vez formalizada la inscripción, cada participante recibirá un resguardo que garantiza su participación on-line en el curso, conforme al tipo de matrícula que elija.