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Mons. Aquilino Bocos: “Sigo poniendo toda la confianza en Dios para recorrer en fidelidad esta nueva etapa de mi vida”
El pasado sábado 16 de junio, en la Parroquia de San Antonio María Claret, de Madrid, fue celebrada la ordenación episcopal del P. Aquilino Bocos Merino, cmf, de manos del Cardenal Fernando Sebastián, cmf, y ordenante principal.
El P. Bocos, misionero claretiano y preconizado cardenal, tomó posesión como arzobispo titular de Urusi en una ceremonia rica en contenido y muy bien preparada, y que contó con la presencia de los también cardenales D. Carlos Osoro y D. Ricardo Blázquez como obispos co-ordenantes. A ellos se unieron otros obispos, como el de Getafe, D. Ginés García Beltrán o el obispo de Mondoñedo-Ferrol, el P. Luis Ángel de las Heras. También contamos con la presencia del secretario general de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo y con la del Nuncio de SS en España. D. Renzo Fratini.
Las primeras palabras, que ofrecieron el ambiente idóneo para abrirnos al encuentro profundo con Dios, nos fueron ofrecidas por el P. Pedro Belderrain, Superior Provincial de Santiago: “El P. Aquilino ha querido vivir desde su juventud ‘una vida misionera al estilo de los Apóstoles’, como deseaba e hizo san Antonio Mª Claret y encarnaron después tantos misioneros mártires. La Iglesia, con todos nosotros como testigos, le vincula hoy de un modo singular a esos Apóstoles, para que a través suyo sea el mismo Cristo quien siga anunciando el Evangelio, ofreciéndonos los sacramentos y llevándonos, a través de nuestro camino en esta tierra (muchas veces doloroso), a la felicidad eterna”.
Ya entrados en la celebración, a través del mandato apostólico que es obligado leer, quiso también el Papa Bergoglio enviar unas palabras de aliento y reconocimiento al misionero P. Bocos, y así pudimos escuchar un mensaje que es el deseo de la Iglesia Universal de boca del Santo Padre: “nos mueve la esperanza de que gracias a tu fiel ministerio, la Iglesia obtenga provecho abundante”.
Por su parte, el Cardenal y Arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, el P. Fernando Sebastián quiso subrayar en la homilía cómo “con esta ordenación no dejarás de ser religioso ni claretiano, sino que te va a permitir vivir de manera más intensa, amplia y cercana el seguimiento de Jesús y las tareas del Evangelio”. “Desde ahora, tu voz podrá unirse a las voces de los apóstoles. Como obispo tendrás que ser ante el mundo testigo de la resurrección de Jesús, de la verdad de la vida inmortal, de la verdad de la presencia misteriosa del Dios-con-nosotros, como Pedro y Pablo, como lo fue san Antonio María Claret”.
Al finalizar la ceremonia, el P. Bocos expresó su alegría y su compromiso, y en sintonía con las palabras que recibió de su hermano el cardenal Sebastián, pidió de la oración de todos para “que sepa ser testigo de Jesús resucitado en este nuestro mundo amado por Dios y para que, en todo momento, irradie luz y esperanza y sea instrumento de paz, de comunión y de solidaridad. Orad para que no me olvide de los que sufren, de los pobres y los excluidos”.
“Hoy me hallo conmovido interiormente. Sigo poniendo toda la confianza en Dios para recorrer en fidelidad esta nueva etapa de mi vida. Soy un consagrado por vocación y convicción”, añadió.
Distintos miembros de la conferencia española de religiosos, encabezados por su presidenta, Dña. Mariña Ríos, y su secretario General, Jesús Miguel Zamora, compartieron con nosotros este día tan especial. Del mismo modo, gracias a la cadena TRECE Tv, se pudo retransmitir esta ceremonia por televisión, y así, miles de personas que no pudieron desplazarse, tuvieron la ocasión de vivir y disfrutar de la liturgia de esta ordenación, preciosa en su simbología y en su fondo. Nuestro superior general, P. Mathew Vattamattam, que por obligaciones de su cargo se encontraba en Asia, estuvo representado por el P. Manuel A. Tamargo, primer superior de la provincia claretiana de Santiago y hoy consultor general.