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Viaje exprés a la tierra de Claret, pistoletazo de salida de ‘Claret_Way’
Para el Padre Claret caminar era parte de su riqueza. Viajaba a pie, recorriendo un pueblo tras otro. Viajar, para muchos, es hacer memoria y para otros tantos, dejar que los pensamientos se alineen con los pasos. Un pie delante del otro y el otro delante del anterior y así sucesivamente. Quizá con esta idea la Familia Claretiana organizó una peregrinación exprés, 24 horas siguiendo el rastro de Claret por los lugares de Cataluña más significativos en la vida del santo de Sallent. Un camino siguiendo sus huellas que buscaba que los jóvenes se aproximaran más de cerca al fundador de nuestra Congregación. Un día para aprender a escucharle.
Este fin de semana fue también el pistoletazo de salida al inicio de ‘Claret_Way’, la red de la Familia Claretiana que propone a los jóvenes múltiples posibilidades para que vivan su vocación de bautizados. Así, de parte de la provincia, partieron dos coches desde Madrid y uno de Segovia. Patricia Fiuza, profesora del colegio Claret Madrid, se montó en uno de ellos el viernes por la tarde al finalizar el encuentro juvenil de todos los viernes en la parroquia de Ntra. Sra. de la Aurora y el Santo Ángel en Vallecas, donde también colabora animando la pastoral. Jorge Ruiz, Diego González, Manuel Peñalba y Nathaniel Rayappa fueron los claretianos que se embarcaron en esta aventura. Rubén Francisco Moro, referente de los jóvenes de esta provincia como laico para ‘Claret_Way’, también. Junto a ellos, más de treinta chicos y chicas españoles de las diferentes ramas de nuestra familia carismática.
Llevaban ya la ruta perfectamente definida y preparada con antelación, pero no esperaban un mensaje que les sorprendió en el móvil. “Has sido seleccionado para un castin”. Les requerían una respuesta sobre lo que esperaban de ‘Claret_Way’ y de estas próximas veinticuatro horas exprés, y habrían de mandarlo todo antes de medianoche. Así lo hicieron. Y cruzaron pueblos, ciudades y lugares remotos empujados por un torrente de paisajes, sin parar de hablar en todo el viaje, emocionados por la llegada a Vic. Antes hicieron noche en Alagón, pero no faltaron a la puntualidad y a las doce del mediodía estaban preparados en la Casa Madre de la Congregación, aquella que desde 1849 fue cedida para que Claret y sus compañeros establecieran allí la primera casa misión y de ejercicios. Todos los participantes en el fin de semana, venidos de distintos puntos de Europa, y algún otro de allende los mares, visualizaron desde el patio un gran cronómetro que era en realidad una cuenta atrás. Las veinticuatro horas acababan de empezar.
Tras las dinámicas de presentación y una agradable comida, salía el autobús rumbo al santuario de Fussimaña, allá donde de Claret iba de niño a rezar a la virgen junto con su hermana. “Antes de partir, se nos entregó un hatillo misionero” recuerda Fiuza. Dentro de éste cabía todo lo que habrían de necesitar, les explicaron. “Eran oraciones que fuimos abriendo en momentos concretos de nuestra peregrinación al santuario. También invitaciones a reunirnos y a conocernos”, rememora la joven profesora. Una vez que el grupo se congregó frente a la talla que tantas veces visitó el Padre Claret, el P. Jorge Ruiz, cmf, se dirigió al ambón del santuario e invitó a una oración especial con María. “Seguidamente, nos fue invitando uno a uno a subir unas pequeñas escaleras y abrazar la devota imagen de María Santísima”, recuerda Fiuza.
Tras este momento de intimidad, el grupo vuelve a coger el autobús que esta vez marcha rumbo a Sallent. “A nuestra llegada nos recibió el P. Antonio Costa, que nos convidó a un dulce típico catalán, y nos invitó a entrar en la que fuera la casa de san Antonio María Claret”. Una casa-museo didáctica y muy completa sobre la vida de Claret, que repasan los lugares donde residió, donde predicó, las actividades que llevó a cabo y sobre la vida que allí tuvo. “A partir de ella, tuvimos ocasión de preguntarnos por nuestra propia experiencia visitando sus telares”, comenta Patricia Fiuza. “Y como la mayoría, yo até una petición a un cordón. Con todas, las pasadas y las que vendrán, tejeremos una nueva historia”. Antes de volver, el grupo de jóvenes anduvo hacia la parroquia de Sallent, donde Claret se bautizó y recibió sus primeros sacramentos.
“Volvimos a la Casa Madre y nos citaron a las 23.00 hs. para la Vigilia de Oración”, recuerda Fiuza. “Los que habían preparado la vigilia o participaban de manera activa ya sabían lo que nos esperaba, pero en mi caso, no tenía ni la más mínima sospecha de que bajaríamos al sepulcro de Claret, que alberga su cuerpo”. Frente a él, Fiuza cayó de rodillas. “Me impresionó mucho”, rememora. “Fue precioso”. Tras este momento, el grupo recibió un envío misionero. Id y anunciad. “Todo esto, toda la vigilia, ha sido grabada y según nos informaron, será retransmitida este próximo día 24, fiesta del Padre Claret, cuando, por fin, se lance internacionalmente el movimiento ‘Claret_Way”*.
A la mañana siguiente, “con todo preparado ya para marcharnos”, el claretiano Carlos Enrique Sánchez Miranda, Prefecto de Espiritualidad y Vida Comunitaria del recién formado Gobierno General de la Congregación en Roma, les explicó el Museo “desde la perspectiva de un Claret soñado por Dios, pero también un Claret soñador” A renglón seguido, el mismo misionero les presidió la eucaristía. A su término, el reloj marcó las doce del mediodía del domingo. Las veinticuatro horas finalizaron. “Tiempo tendré para respirar y asimilar todo lo que he vivido en una jornada”, afirma Fiuza camino a casa. “Por lo pronto, brota espontáneamente el sentimiento de agradecimiento y una sensación muy agradable de entrever aquello que será ‘Claret_Way’. Para todos era una incógnita, pero ahora sabemos la magnitud que puede llegar a tener”, piensa en voz alta. “Si estas horas, tan condensadas, fueran como un camino, mis pasos fluyeron solos”. Un camino pensado para un plan mayor, que es ‘Claret_Way’. “Y un camino de veinticuatro horas que ha sido un estupendo plan”.
*Si lo desean ver, pueden acceder a su canal de Youtube.