CONVIVENCIA DEL MONTE HOREB

El fin de semana del 24-25 de Marzo el grupo de Monte Horeb-Madrid celebró una convivencia en Cercedilla, un pueblo muy bonito de la sierra de Madrid. Compartimos el proyecto claretianos, claretianas, escolapios y vedrunas, acompañando a jóvenes de las respectivas familias.

El Monte Horeb es un programa para jóvenes que se están planteando qué quiere Dios de sus vidas; es un tiempo intenso en el que dejarse preguntar y cuestionar por el sentido último de la vida desde la fe. Ofrece medios que facilitan a los participantes hacer su camino de búsqueda. Estos medios son: temas cristianos abordados desde distintas perspectivas y que se trabajan a nivel personal durante el mes; una reunión mensual de todos los participantes para compartir su experiencia; acompañamiento personal mensual; y, al final del proceso, ejercicios espirituales personalizados.

La convivencia-retiro de marzo se sitúa en el ecuador del programa y en ella profundizamos el tema de la vocación. Una de las aportaciones de Monte Horeb es ofrecernos métodos de oración que ayuden a ir cultivando la relación con Dios, a ir reconociendo su paso en nuestra vida diaria y aprendiendo qué es eso de perforar la realidad para encontrarle presente en todas las cosas. En esta ocasión utilizamos el método de la Lectio Divina para ahondar, a través del texto de la vocación de Mateo (Mt 9, 9-13), nuestra propia vocación; contemplamos a Jesús lleno de compasión hacia los pecadores e invitándonos a cada uno a seguirle y tener esta misma actitud en nuestra vida.

Otra actividad fue ver la película “De dioses y de hombres”. Nos dejaron muy sobrecogidos la vida entregada de los monjes benedictinos, las muestras de cariño y de cuidado entre los hermanos de la comunidad, su modo de vivir en el pueblo, el cariño verdadero hacia sus gentes… su amor a Jesús, su forma de rezar, su miedo ante la muerte… Nos sorprendió cómo entre todos buscaban hacer la voluntad de Dios… En esta película se ve muy bien cómo se va acogiendo el deseo de Dios no sólo en un momento de la vida, sino en discernimiento continuo a lo largo de toda ella, hasta entregarla del todo por amor.

Otro momento importante de la convivencia fue la celebración de la Eucaristía y del Perdón. A través de estos sacramentos celebramos la misericordia de Dios que nos alienta en nuestro camino y siempre nos llama, con nuestra debilidad y fortalezas, a seguirle, para vivir como vivió Él: amando hasta el extremo.

Hubo muchos momentos de compartir a fondo y con mucha hondura lo que cada uno se cuestiona, lo que va recibiendo como don, sus dificultades y resistencias. También fue un espacio para la convivencia, para conocernos mejor y, cómo no, para alegrarnos y divertirnos juntos.

Terminamos con el testimonio de una de las jóvenes:

"El 24 de Marzo situamos la zarza del Horeb en la casa escolapia de Cercedilla, casa que cuatro de nosotros conocíamos de sobra pero otros tantos no. La primera intención por ello, de los que hemos crecido en la semilla escolapia, era acoger a nuestros hermanos claretianos y hermanas vedrunas. La segunda, no sólo acogerlos sino hacer hogar con ellos. La tercera, a modo individual, seguir creciendo en la fe y en nuestra relación con Dios; no obstante, dándose las dos primeras y dejándonos hacer, esta tercera vendría sola.
Puedo decir, que tras pasar el fin de semana, los objetivos quedaron más que conseguidos y me puedo aventurar a resaltar además que, a día de hoy por las personas que se me han ofrecido en el Horeb, la fraternidad entre órdenes y el vivir en y desde la alegría del amor de verdad son de las cosas más maravillosas que en este fin de semana se dieron. Dios obra milagros en el día a día. Este fin de semana cada una de las personas que allí estuvo, con sus luces, sus miedos, sus certezas y sus búsquedas, fueron milagro en la cotidianeidad”.
Marián.