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Jornada por las Vocaciones: Abiertos a la llamada de Dios
“Queremos animar a los jóvenes a que se pregunten por su vida, y a que lo hagan junto a Jesús”, comenzó el misionero Luis Manuel Suárez al inicio de la rueda de prensa online que presentaba la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas que se celebrará el próximo 25 de abril bajo el lema ‘Para quién soy yo’. “Apostamos en esta Jornada por hacer camino juntos, y unidos pedir al Señor de la mies que envíe obreros a trabajar de forma desinteresada”, añadió el claretiano, responsable del área de pastoral juvenil vocacional de CONFER. No en vano, suscitar en los jóvenes preguntas fundamentales y abrirles caminos de búsqueda vocacional pasa obligatoriamente por ampliar la mirada, añadiendo distintas voces a una pregunta común: ¿Has pensado alguna vez que Dios cuenta contigo? “No queremos que ninguna vocación se pierda”, respondió Suárez.
Por ello, la Iglesia española busca que el mensaje vocacional, su discernimiento y acompañamiento, tenga igual resonancia en todas las instituciones de Iglesia, y lo lleva presentando desde hace años como una sinfonía compartida entre la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Conferencia Episcopal Española (CEE) y Obras Misionales Pontificias (OMP). A ellos se ha unido este año la Conferencia Española de Institutos Seculares (CEDIS). “Queremos caminar junto a cada joven, ayudándole a encontrar su lugar en la vida desde una familia, desde un trabajo o desde una vocación a una consagración especial” redundaba Suárez.
Esparciendo la fragancia de Cristo
De probar la amistad con Cristo, su Evangelio, sus valores y modo de vida dieron cuenta los distintos testimonios grabados en vídeo que desde hace semanas fueron alimentando la web que presenta la Jornada de este año. Entre ellos, puede encontrarse el de Raúl Santiago Prieto, que colabora en la pastoral del colegio Corazón de María de Zamora. “Creo que para descubrir quién soy y lo que Dios tiene preparado para mí, la clave es disfrutar del camino. Dios estará ahí para animarme a seguir adelante”, reflexiona el joven.
También fue posible escuchar la voz de algunos colegiales que participan de la pastoral de los Colegios Mayores de esta Provincia. “Ser santo es mi deseo / quiero que arda el mundo entero”, dice la canción de Hakuna Group Music que sirve de banda sonora para esta Jornada. “Encender al mundo en el amor de Dios es una idea que sentimos como muy claretiana. Claret, como misionero, no quería guardarse nada para sí”, añadieron los colegiales
Además, la rueda de prensa contó con cuatro testimonios vocacionales presentados por las instituciones organizadoras. Así, por parte de la CEE intervino Manuel Vázquez, seminarista de quinto curso en el Seminario de Toledo: “Yo quiero ser sacerdote, quiero ser para Dios, quiero que mi vida no sea para mí”, enunció rebosando felicidad.
Rocío Vázquez, del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, fue el testimonio que presentó CONFER. Durante mucho tiempo la vida de esta religiosa de Cádiz fue “el deporte y la juerga”, pero se descentró y comenzó a sentir un gran vacío. La muerte de una íntima amiga en un accidente de tráfico le llevó por primera vez a cuestionarse «Para quién soy yo», y pronto respondió que era “para el Señor y para su Reino”. Ahora, le apasiona acompañar a los jóvenes. “A todo joven le digo que busque acompañamiento, que no se puede viajar por la vida solo”, afirma Rocío.
La valenciana Lydia Herrero Casanova pertenece al Instituto Secular Obreras de la Cruz, y fue el testimonio presentado por CEDIS. Descubrió la consagración secular viendo cómo las Obreras de la Cruz participaban en la vida de su pueblo con toda normalidad. A ellas podía encontrarlas en la peluquería donde iba su madre, en una manifestación contra el terrorismo, o en la parroquia. Encontró en ellas “un modelo de mujer creyente que le fascinó”. A los 20 años entró en el Instituto, donde encontró la concreción de su vocación consagrada. Actualmente, como miles de personas en nuestro país se encuentra en un ERTE; lo afronta con esperanza, y siendo fiel a su vocación en la humildad de las tareas cotidianas, porque “seguir a Jesús no consiste en tener éxito”.
Finalmente, Obras Misionales Pontificias presentó el testimonio de Carlos Armando Ochoa, seminarista mejicano que tuvo que madrugar para entrar en la rueda de prensa (eran las 3 de la madrugada en Méjico). Aunque pertenece a la diócesis de Tarahumara, ‒la única en México que depende de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos‒ Carlos no pudo estudiar allí porque no había Seminario Mayor. Así explicó su vocación: “Jesús me atrapó, me llamó, lo amo y por ello quiero ser digno, vivo en medio de cerros y barrancos, en medio de indígenas y mestizos, que es la realidad de mi amada diócesis”. En su tierra, Carlos encuentra que el Espíritu Santo le “ilumina para compartir palabras de fe, de esperanza y de amor con estas comunidades de la sierra que están dolidas y agrietadas por el dolor, la lejanía y la pobreza que es propia de esta realidad”. Carlos agradeció la ayuda de Obras Misionales Pontificias para que los seminaristas de los territorios de misión puedan llegar a ser sacerdotes.