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La película 'Claret', este fin de semana en cines
Este próximo viernes 24 de septiembre se estrena la película Claret. Un film que nos traslada a la España de 1930, cuando el escritor Azorín descubre un engaño que se había propagado a lo largo de casi 60 años: la vida y las obras del arzobispo español Antonio María Claret, fundador de los Misioneros Claretianos, habían sido adulteradas. La investigación del intelectual nos muestra el camino que él mismo tuvo que recorrer hasta descubrir la verdadera historia, el pensamiento y los auténticos hechos de la vida del santo de Sallent.
La producción de Stellarum Films y la familia Claretiana, que ya trabajaron junto con la película ‘Un Dios prohibido’ (2013), será estrenada este fin de semana en los siguientes cines de España:
- ABC PARK (VALENCIA)
- MN4 ALFAFAR (VALENCIA)
- MULTIS (BILBAO)
- VAGUADA (MADRID)
- CONDE DUQUE ALBERTO AGUILERA (MADRID)
- CONDE DUQUE SANTA ENGRACIA (MADRID)
- PAZ (MADRID)
- CINES PALACIO DEL HIELO (MADRID)
- CUADERNILLOS, (MADRID, ALCALA DE HENARES)
- ZOCO (MAJADAHONDA, MADRID)
- YELMO TRES AGUAS (MADRID, ALCORCÓN)
- LUZ DE CASTILLA, (SEGOVIA)
- CINES VICTORIA ARANDA DE DUERO (BURGOS)
- CINES VAN GOLEM (BURGOS)
- CINES AVENIDA (PALENCIA)
- CINES ESTRELLA (ÁVILA)
- LUZ TAJO (TOLEDO)
- BROADWAY (VALLADOLID)
- MEGARAMA (SALAMANCA)
- MULTICINES (GUADALAJARA)
- CINEAPOLIS (DOS HERMANAS, SEVILLA)
- NERVIÓN (SEVILLA)
- CINES MEGARAMA (GRANADA)
- MK2 (CÓRDOBA)
- YELMO VIALIA (MÁLAGA)
- CINES YELMO AREA SUR (JEREZ DE LA FRONTERA)
- VERDI (BARCELONA)
- CINES VICTORIA DON BENITO (BADAJOZ)
- YELMO LAS ARENAS (LAS PALMAS)
- MULTICINES LA LAGUNA (TENERIFE)
- YELMO TAROA (PAMPLONA)
- CINES ARCCA (CALHORRA)
- YELMO LOS PRADOS (OVIEDO)
- CENTRO FAMA (MURCIA)
- CINES LAS VIAS (CIUDAD REAL)
- CINE LOS ÁNGELES (SANTANDER)
- CINE ARAGONIA (ZARAGOZA)
- CINES ABC PARK (ELCHE)
- CINE CANTONES (LA CORUÑA)
- CINES SALESIANOS (VIGO)
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A continuación reproducimos una entrevista con su director, Pablo Moreno:
“Necesitamos a más gente como Claret hablando de revoluciones nuevas”
- El director mirobrigense Pablo Moreno está a punto de estrenar el rodaje de ‘Claret’, la película que recrea la vida del santo y fundador de los Hijos del Inmaculado Corazón de María. Él dice de sí mismo que no quiere ir por la vida molestando a los demás, “pero siendo cineasta es inevitable la denuncia”.
¿Quién era Claret?
Es cierto que la figura de Claret, para mí, tiene dos momentos. Antes de comenzar el rodaje, primero; y el Claret que me encuentro, o más bien que me encuentra él a mí cuando empiezo a investigar sobre él. Yo, al principio lo veía desde una perspectiva más lejana, como un gran fundador. Recuerdo cuando hicimos ‘Un Dios prohibido’, que ya investigué quién era Claret, sobre todo, para saber cómo eran sus misioneros, pero no llegué a tener nunca una idea completa. Ahora, en la investigación que hicimos antes del guion de esta película me fui encontrando muchas cosas. Hay muchas opiniones, y me daba la sensación de que su figura estaba muy denostada. Una imagen de él que no fue. Pero cuando me preocupé de conocerle caí en la cuenta de que fue un gigante. Ya desde sus comienzos, en Cataluña, vi su transformación y cómo recuerda por momentos a Pablo de Tarso. Quiero decir, al principio me parece que buscaba a Dios en la corrección y en el cumplimiento del deber, pero como san Pablo, se produce en él una transformación y pasa a encontrar cuál es su verdadera vocación, que finalmente desemboca en el Claret misionero.
Y de ahí a ese Claret andariego por los pueblos, donde ya se muestra como un evangelizador de primer nivel, muy pegado al suelo. Pobre y pie. Y después ese arzobispo, llevando a los demás el fuego del amor desde una Iglesia más institucional. Más tarde, el misionero atrapado en la corte de la Reina Isabel II. Al final es un hombre que se va rehaciendo, y que va viendo cómo lo que al principio percibe como fracasos se le terminan apareciendo como victorias. Desde luego, él nunca dejó de ser un buscador. Una persona con el fuego de la pasión y con una visión fuera de lo normal. Fue un visionario que dijo en el s. XIX cosas que hoy siguen teniendo vigencia. Pese a sus muchas dificultades, al final acaba creando algo mucho más grande que lo que en un principio soñara.
¿A qué alude el título que en un principio habíais barajado para el film, ‘Pobre y pie’?
Claret tuvo la oportunidad de ser un príncipe de la Iglesia, pero se mantuvo siempre en una honestidad y coherencia muy evangélica. Llama la atención cómo le ofrecían carruajes, pero él los rechazaba porque prefería ir a pie. Eso dice mucho de él, de su vida. Avanzaba por sus propios medios. Nunca se acomodó. Al igual que los grandes de la Historia de la Iglesia, Claret no estuvo apegado al poder. Su humildad resultó siempre muy seductora. Vi muchos rasgos franciscanos de su etapa en Catalunya. Él estuvo, en la habitación donde fundó la Congregación, en Vic, en una suerte de Porciúncula. Personalmente me gusta mucho la espiritualidad de san Francisco y creo que el P. Claret comparte rasgos con Francisco de Asís, que quedan demostrados en todos sus períodos.
¿Desde Claret se entienden mejor los mártires?
Desde Claret se tiene una visión mucho más completa de ‘Un Dios prohibido’. Es curioso porque se comprende de una manera distinta y quizá si volviera a hacer la película de los mártires claretianos de Barbastro hoy la orientaría desde otro punto de vista, y eso que de esa película estoy muy satisfecho. Pero hay una comprensión distinta del porqué de los mártires de Barbastro. Quiero decir, existe una pregunta que siempre me hacía cuando trabajaba en ‘Un Dios prohibido’, y es por qué un grupo de cincuenta chavales, tan jóvenes, deciden entregar su vida, y claro, ahora lo entiendo. Es ese mismo fuego del carisma que también les inunda y se entiende desde el fundador. Además, claro, de todas las cuestiones que tienen que ver con la comunidad, con la fraternidad. Hay un detalle que me gustó mucho de Claret, y es que mientras que el gobierno de la Iglesia no se mezclaba con gente, sino que vivían apartados, la casa de Claret, siendo él arzobispo, estaba abierta a todo el mundo. Creo que tiene que ver con esa idea de comunidad que hoy en día también se transluce en las comunidades claretianas. Es un querer compartir.
Dices que la figura de Claret ha sido denostada ¿Qué trata de hacernos recordar esta película?
La parte misionera. Transmitir la Palabra, no solamente con palabras, sino con hechos. Claret es muy coherente en ese sentido. Vive el Evangelio y lo transmite. Él tenía una vida muy humilde pese a la gran influencia que podía usar. Se sentaba junto a los poderosos pero nunca quiso el poder, ni entrar en cuestiones políticas. Claret gastó su vida en otras cuestiones. También me hace reflexionar cómo advierte a la reina del peligro de vicios absolutistas. Isabel II quería ser una buena reina y creo que puede intuirse la mano del P. Claret en algunas de sus buenas decisiones. Claro, para muchos, Claret resultó molesto, en su época de confesor de la reina y en otras. Por ejemplo, cuando se enfrentó a los esclavistas, y le llegaron a tildar de abolicionista. También cuando se posiciona contra la mentalidad utilitaria del hombre blanco que llega a Cuba y puede hacer lo que quiera con la mujer negra. Él estuvo muy firme y dejó en evidencia a los poderes de la época tocándole donde más le duele, que es en el bolsillo. No podía callar si se estaban vulnerando derechos y se estaba yendo contra la dignidad de la persona. También pisó el callo a muchos otros cuando favoreció a la educación fundando en el Escorial un foco cultural relacionado con el mundo católico. El P. Claret tuvo muchos detractores, y se llegó a orquestar en torno a él una campaña de desinformación. Por eso no es extraño que pasase al s. XX con una imagen virtual de aquello que no fue.
¿Qué mensaje deberíamos rescatar de Claret para nuestros días?
Hay un mensaje que es brutal. Si leemos la historia como una sucesión de espirales, donde hay hechos que se repiten, y si asumimos que vivimos en constante conflicto, vemos claramente que necesitamos más gente como Claret, que son intermediarios, y revolucionarios desde el amor. Yo veo muchas similitudes del s. XIX con nuestros días. El XIX fue política y eclesialmente una época para olvidar. Quiero decir, la Iglesia estaba fuera de juego, vemos cómo se restaura la inquisición y el Vaticano estaba más pendiente de no perder poder que de las necesidades de la gente. Y por eso surgen estas grandes figuras. Eran necesarias, y también, en cierto modo, la respuesta natural de una Iglesia que no quería formar parte del poder. O sea, cuando los sacerdotes son funcionarios y los obispos sirven a la Corona, hay gente que les cuestiona. Y Claret cuestiona de hecho la venta de bulas, por ejemplo. Hoy, en nuestros días, hay planteamientos políticos donde, como en el XIX, cunde entre la gente cierta desconfianza en los legisladores y en sus instituciones. También en un contexto político y social, necesitamos voces como la del P. Claret.
¿Por qué le resultó interesante el punto de vista de Azorín?
Para desarrollar el guion de la película, usamos lo que se llama una trama auxiliar. Es decir, usamos la historia de Azorín con el P. Claret. Y es que el periodista y escritor valenciano sí se da cuenta del peso de Claret, y escribe por encargo del P. Juan Postius para la causa de beatificación del fundador. Azorín, que vive en España los años de la preguerra y Guerra Civil, publica su investigación en el año 38, estando exiliado en Francia, un exilio autoimpuesto, y también psicológico. De todo esto se concluye que la Guerra Civil Española no empieza en los años 30, si no que se gesta en desencuentros que vienen de mucho más atrás. Hunde sus raíces en el s. XIX. Azorín percibe que Claret lo vio venir y de cómo advirtió a la Reina y dejó en sus escritos la preocupación por las desigualdades que llegarían a Andalucía. Claret vio a lo lejos todos los conflictos sociales que acabarían con la modernidad a la que estaba llamada España. Pero es que hoy seguimos con sociedades fragmentadas, cada vez más, y hay mucha gente que se queda en las periferias. El valor del misionero ahora es tan importante como en el XIX.