Encuentro provincial de equipos parroquiales

Desde Ferrol a Valencia, desde Puertollano a San Vicente de la Barquera, llegábamos a Colmenar Viejo los claretianos que estamos en Parroquias, en la anochecida del lunes, 15 de noviembre.

Era la primera tanda. Curioso, algunos no se habían visto desde sus lejanos tiempos de estudiantes. Después de la cena, el prefecto de Apostolado nos resume los objetivos del encuentro, dentro del tema general “La Parroquia Claretiana en la Iglesia Local: identidad y pertenencia”: Conocer las posiciones, la importancia de los equipos, posible foro de intercambio y urgir el aterrizaje del Proyecto Provincial.

En la mañana del martes, día 16, resuena en la sala la presentación de las diversas posiciones. Apoyados en imágenes o de viva voz, aparece la realidad de personas y actividades. Desde la rica variedad, se baja también a realidades arduas: el bajón de la presencia de niños y jóvenes, la edad alta de muchos feligreses, la escasa feligresía en las parroquias rurales. Pero siempre, brilla el interés, la creatividad y el afán evangelizador de nuestros misioneros.
Eran las cuatro de la tarde, cuando comienza su charla el Obispo de Mondoñedo y Ferrol, Manuel Sánchez Monge. A todos encantó el estilo llano, directo, fraterno y con su pizca de humor. El tema de la charla era el tema del encuentro. Sólo desarrolló las dos primeras partes: el don de la vida religiosa en una diócesis y los rasgos de un religioso implicado en la pastoral diocesana. La tercera parte sobre las relaciones entre obispos y religiosos no fue expuesta pero, sí, apareció en el interesante diálogo ente el ponente y la sala. El saber que todos pueden disponer del texto de la charla nos excusa de bajar a su contenido. Pero no estará de más consignar aquí algunos titulares, como ecos del buen sabor: “La Vida Religiosa nunca ha sido sectaria sino fermento”, “La Vida religiosa es un don, no una carga, como piensan algunos”, “Hay que adelgazar muchas estructuras para contemplar mejor a Cristo”. No faltaron estupendos consejos: “Necesitamos inspirar y espirar: acoger a la gente y saber desprenderse”, “El Espíritu es aliento; sin aliento, desfallezco”, “Sin oración, pronto llega la dimisión”. Y una denuncia: “El orgullo es el pecado de los clérigos”. No se apuntan aquí algunas confidencias que, además de animarnos como religiosos, mostraban que era cierto lo que nos confesó: “Me siento en casa, como en familia”.
Coronamos el día con la celebración reposada de la Eucaristía que presidió el Obispo. Era el Evangelio de Zaqueo. “El encuentro con Jesús, que tanto le urge al sacerdote, nos hace siempre nuevos”, remató la homilía.

En la mañana del día 19 de noviembre, comenzó el trabajo del encuentro con la explicación del “Plan de Acción” del Secretariado de Parroquias, la presentación de un esquema de Proyecto Pastoral Parroquial y la oferta de un Decálogo que nos hablaba de misión común, distribución de tareas, equipo, tomar decisiones, autoevaluación, proyectar, tiempos de contacto, información, situarse en lo positivo, misión compartida.
El último tramo fue el desfile de los responsables de los diversos equipos y secretariados de la Provincia. El de PIJV nos informó del proyecto de trabajo con niños y jóvenes y de la semana vocacional. El de Solidaridad y Misión habló de la semana misionera, de la inmigración, de la acción social, de la Hoja “Solidaridad y Misión y de la campaña de captación de socios con el lema “Ahora+ que nunca”. El Equipo de Laicos-Familia se refirió a temas como convivencias con matrimonios jóvenes, semana de la familia, ejercicios espirituales para laicos y los cuadernos CPP. Los de Fe-Cultura presentaron sus ofertas de subsidios, dentro de un cuadro de sensibilización: misioneros, encarnados, cultura, Evangelio. Con el escozor de la ruptura que algunos definen “La crispación residual de la fe”. El Secretariado de Parroquias nos anunció el próximo encuentro de Parroquias para febrero en Madrid. Finalmente, el Secretariado de Medios y Nuevas Tecnologías nos espabiló a todos para tener a punto la Web de la parroquia.

Salvador León moderó nuestras oraciones. Sus palabras hablaban mucho de vivir en comunión. Nos despedimos mientras caía la lluvia sobre las últimas hojas amarillas del otoño. En la sala del encuentro hay dos cuadros que se convertían en metáfora de agobios y esperanzas: una foto grande del castillo de Torrelobatón en medio de un paisaje invernal y nuestro Fundador que nos grita “Cáritas Christi urget nos”.