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Fallece el P. Joan Maria Canals a los 86 años

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En la madrugada de ayer a hoy ha fallecido el prestigioso liturgista Joan Maria Canals Casas, misionero claretiano. Su dedicación ministerial y pasión por la liturgia le incorporan al grupo de aquellos que constituyen la edad de oro de la liturgia en España en los últimos años y a quienes tanto debe la Iglesia de nuestro país: Mons. Pere Tena, Mons. Julián López, Aldazábal, Pinell, Farnés, Flores, Ramis, Augé. El P. Canals, como ellos, también supo aportar su ciencia y docencia al servicio del pueblo de Dios ofreciendo tantísimo a la vida de la Iglesia, recordándonos que la liturgia es fuente de un renovado impulso de donación (EG 24).

Nacido en Girona el 21 de diciembre del 36, en los comienzos de la guerra civil española, ingresa en el postulantado claretiano de Cervera con trece años de edad. Su dilatada biografía misionera comenzó primero a Alagón y Barbastro, donde se empapa de la teología martirial de nuestros beatos claretianos. De allí marcha a Solsona donde cursa sus estudios de Filosofía. Más tarde comienza sus estudios de Teología en Salamanca que concluye en 1964, año en que fue ordenado sacerdote. En 1965 viaja a Roma a comenzar el Doctorado en Liturgia, que concluye en 1969 en el Pontificio Instituto Litúrgico ‘Anselmianum’. Vuelve a España y dedicará toda su vida a la enseñanza, animación y acomodación de la liturgia.

Así, entre los años 1971 y 1976 acompañará los primeros años del Instituto Teológico de Vida Religiosa de la Congregación en Madrid (ITVR) no solo como profesor, sino también como secretario y subdirector. El Card. Aquilino Bocos, importante impulsor en el nacimiento de esta institución al servicio de la vida consagrada, le recuerda como “la cara visible y amable del ITVR”. A nuestro instituto permanecerá vinculado hasta su jubilación, pero en aquella década de los 70, y sobre todo durante los siguientes años, también ocupará cargos como oficial de la Congregación para el Culto Divino (Curia Romana, Vaticano) y como director de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española (CEE). En esos años coincidió con D. Luis García Gutiérrez, hoy vicario general de la diócesis de León y sacerdote que le sucede en tal encomienda. El mismo Luis García recuerda hoy cómo el P. Canals “me llamó junto con otros compañeros liturgistas para colaborar y llevar adelante algunas de las grandes empresas que el secretariado tenía en sus manos en aquel momento: la edición de los nuevos leccionarios con la versión bíblica de la CEE y de la tercera edición del Misal Romano. En esa ocasión puede conocerlo más de cerca”. Y abordando esta faceta más personal del religioso claretiano, D. Luis García añade: “El P. Canals vivió consagrado a la liturgia: para la liturgia y de la liturgia. […] En efecto, no sólo mostró su condición de conocedor, experto y estudioso de la ciencia litúrgica, sino que rezumaba un sabio ars celebrandi en las celebraciones que presidía u organizaba. De esta forma cumplió en su vida el célebre principio según el cual la liturgia es la fuente principal de la espiritualidad cristiana”.

Desde Salamanca, donde se halla celebrando la asamblea anual de la Asociación Española de Profesores de Liturgia, el religioso sacramentino Lino Emilio Díez Valladares, recuerda muchos momentos compartidos junto a él. “Fueron tiempos duros pero muy ricos de trabajo y de grandes experiencias queriendo siempre servir del mejor modo posible a la liturgia de la Iglesia. O mejor: de contribuir a que el pueblo de Dios profundizara y se enriqueciera con su celebración”, comenta el P. Lino, a quien la liturgia de la Iglesia uniera su camino con el del P. Canals en el Secretariado de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española de 2003 a 2015. “Nos tocó bregar en la ‘polémica’ nueva traducción de la tercera edición del Misal Romano, en la que, junto a otros grandes maestros de la liturgia en España, pusimos lo mejor de nosotros mismos”. “Trabajamos también, y no poco, en la confección de los nuevos leccionarios en medio de circunstancias que no sólo no facilitaban el trabajo, a veces hasta lo dificultaban en gran manera. Fueron muchas horas y muchos días a lo largo de doce años en el Secretariado”. Pero en medio de todo eso, el P. Lino hace memoria de cómo “siempre teníamos ocasión para la confidencia amiga, para el apoyo mutuo, en la certeza de que sabíamos por qué y por Quién estábamos donde estábamos, y la satisfacción que ello producía en nosotros en medio de esas otras circunstancias”. Y finalmente añade orgulloso que “todo ello forjó una profunda y sincera amistad entre nosotros”.

Distintos misioneros que en algún periodo formaron comunidad con él echan hoy la vista atrás. “Los recuerdos y las experiencias se acumulan, aturden y se mezclan con la tristeza del corazón”, escribe el P. Pedro Belderrain, anterior superior mayor de esta provincia y hoy prefecto general de apostolado de la Congregación de los Misioneros Claretianos. Y añade: “El P. Canals ha vivido muchas cosas y hecho muchas cosas en la vida. Recuerdo con mucho agrado los años vividos con él y la relación que tuvimos la gracia de mantener. Como en tantas buenas personas, su riqueza aparecía pronto, aunque podía ser difícil de percibir por quien se queda en la superficie. Joan, Juan, ha sido un gran misionero, un buen Hijo del Corazón de María”. Por su parte, el P. Matías Augé, hermano de la Congregación, emocionado, escribe desde Roma un breve mensaje: “Joan Maria Canals ha sido un gran amigo mío. He compartido con él mi pasión por la liturgia y hemos coincidido casi siempre en la misma visión. Siento que en este momento no pueda añadir más”.

Centre de Pastoral Litúrgica

El P. Canals también ocupó cargos en el Consejo de la revista ‘Phase’ del Centre de Pastoral Litúrgica, revista vinculada al Instituto Superior de Liturgia de Barcelona. Durante años fue secretario de la Asociación Española de Profesores de Liturgia y director de la revista Pastoral Litúrgica. Su reconocida labor y dedicación a la docencia, divulgación y estudio de la Liturgia fue premiada con el II Memorial Pere Tena (2016). Al recibirlo pronunció un discurso de agradecimiento que bien podría adecuarse en cualquier otra distinción con la que pudiera ser homenajeado. Así, el P. Canals, de inicio, acertó a decir: “siento interiormente que esto me viene muy ancho… y me digo lo que dice el Evangelio de Lucas cuando, en la quinta etapa del camino, habla del actuar en conciencia de siervos: Soy siervo inútil, he hecho lo que tenía que hacer”. (Lc 17,10)

Entre sus últimos libros destacan los trabajos dedicados al significado del domingo y la misa dominical en la vida del cristiano, La oración en la Biblia. Además de numerosos artículos especializados destacan en los últimos años tres publicaciones: Liturgia y parroquial (2009), La eucaristía fuente de vida cristiana (2011) y El culto a la eucaristía (2011).

Dice el Papa que la evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de extender el bien. Como recuerda el P. Belderrain, “el P. Canals nunca alentó una liturgia separada de la vida, ni desinteresada por el devenir de quienes más sufren o de la lucha por la justicia. El P. Canals nunca primó el rito fríamente celebrado ni el menosprecio de la dignidad celebrante de todos los miembros del Pueblo de Dios. El P. Canals nunca quiso hurtar la celebración a nadie”. Descanse en paz de sus fatigas y el Señor le conceda celebrar la liturgia celeste en las moradas eternas.

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