Profesión perpetua de Dayas Thomas

El pasado sábado 22 de octubre, a dos días de la fiesta litúrgica de san Antonio María Claret, la Congregación de los Misioneros Claretianos tuvo una nueva oportunidad para dar gloria y gracias a Dios por el don de vocación y de la profesión perpetua de nuestro hermano Dayas Thomas, que en la parroquia del Inmaculado Corazón de María de Logroño se comprometió a vivir consagrado a Dios siguiendo los pasos de Cristo, pobre, obediente y casto.

Así, en la celebración de la eucaristía de las ocho de la tarde, se realizó el rito de la profesión. Tras la expresión de la fórmula de consagración, Dayas Thomas manifestó su voluntad libre, en las manos del superior mayor, el P. Adolfo Lamata, de vivir los consejos evangélicos por amor a Jesucristo. Fue, para todos, un día de alegría y fiesta. Más de quince sacerdotes, -cuatro de ellos, compatriotas suyos llegados desde diversas presencias de la Congregación en España-, le acompañaron, además de la comunidad misionera de Logroño y de la comunidad parroquial. También, viajando expresamente desde Madrid, estuvieron presentes los PP. Anthony Igbokwe y Teodoro Bahillo, prefecto de espiritualidad y formación y vicario del gobierno provincial, respectivamente.

Fundamento y raíz

El P. Lamata dirigió unas palabras a Dayas subrayando la predilección que Dios le tiene, “celebrando así que su consagración es fruto del amor del Señor”. “El amor de Cristo es nuestro fundamento y nuestra raíz”, abundó. También recordó cariñosamente la biografía de nuestro hermano Dayas, de su querida Kerala, en la India, de donde procede, y que dista más de diez mil kilómetros con Logroño. “¡Qué lejos te has venido desde tu tierra natal!”; y es que “Dios nos quiere formar como una comunidad de creyentes caminante, desinstalada, misionera”, remarcó.

Abrazar esta forma de vida, “la misma llamada que experimentó san Antonio María Claret”, es destinar a la evangelización nuestras mejores energías. “Dios nos habla desde la multitud de los que todavía no le conocen, desde el sufrimiento de los olvidados, desde los gozos y las alegrías de la gente. No podemos desoír sui voz ni dejar pregonar su mensaje a todo el mundo”, animaba. “¡No nos detengamos! ¡No tengamos miedo! ¡La Buena Noticia es para todos!”, concluyó

Al final de la celebración, Dayas expresó cómo se sentía en el día de su profesión perpetua, así como su gratitud a su familia, a la Congregación, a los hermanos que le acompañaron en las diferentes etapas de su formación y a los hermanos de la actual comunidad en la Rioja.