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Carlos Puerto, ordenado diácono
Hacía ya muchos años que Valencia y la parroquia de la Fuensanta no acogía un acontecimiento tan relevante de carácter eclesial y claretiano como es una ordenación. Fue a finales del año 1990 cuando se ordenaban allí los misioneros Jorge Domínguez y Juan José Raya. Este pasado sábado, 25 de febrero, volvía a recibir la imposición de manos y consagración como diácono un hermano de congregación, Carlos Puerto.
Así, en una tarde luminosa y con el ruido de tracas y petardos de fondo, se congregaron en la parroquia sus familiares y amigos de los dos colegios de Valencia, - Benimaclet y Fuensanta -, los hermanos de la comunidad de la Ermita, y otros misioneros venidos de diversos puntos de la provincia, así como algunos sacerdotes diocesanos. La comunidad, presidida por Mons. Luis Ángel de las Heras, tan cercano y acogedor, comenzó la eucaristía a las 18 horas. Adolfo Lamata, como Superior Provincial, dio la bienvenida a todos y agradeció que una asamblea tan variada acogiese y acompañase al nuevo ordenando. Animados con la música del grupo juvenil de Benimaclet todo transcurrió en familia y espíritu de fe.
El presidente exhortó a Carlos a que viviese y se sintiese toda la vida como diácono servidor de los hermanos, con espíritu de ofrecer la palabra, la acogida a los más necesitados y en comunión con los pastores. Carlos Sánchez Orantos, compañero de comunidad y de trabajo pastoral, impuso la dalmática al nuevo ordenando que concluyó la celebración con palabras de agradecimiento y reconocimiento de la obra grande que Dios ha realizado en él. De la mesa de la palabra pasamos a la mesa del compartir en el colegio. Deseamos a Carlos un servicio diaconal lleno de frutos y alegrías y animándole a proseguir su camino de entrega a los demás desde el ministerio ordenado y como Hijo del Inmaculado Corazón de María. Con palabras del mismo ordenado: “Sigamos sirviendo al que nos envía para que su amor prenda el mundo”.