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«Los cambios educativos al hilo de los cambios políticos no son positivos»
El conocido diario de Gijón "La nueva España" publica una entrevista al claretiano Simón Cortina, director del Colegio Corazón de María de Gijón. por Luján PALACIOS Simón Cortina Hevia (Gijón, 1971) dirige desde el pasado inicio de curso el colegio en el que se formó, el Corazón de María (Codema). El centro celebra este año el 70.º aniversario en su ubicación actual, en la calle General Suárez Valdés, con el objetivo de seguir siendo un referente en la ciudad. -Sucede usted a Alfredo García, que estuvo siete años al frente del colegio. ¿Supone un reto importante? -Es un reto, porque ha dejado el listón muy alto. Ha sabido dar un impulso en lo pedagógico, en lo tecnológico y en lo pastoral muy grande. El reto para mí es si cabe mayor, porque soy antiguo alumno. -¿Qué objetivos se plantea? -El director es la cabeza de un equipo, es un trabajo de todos. Yo ya formaba parte del equipo, porque era jefe de estudios de Bachillerato, y lo que haré es asumir los objetivos que ya teníamos y que van en la línea de seguir con la mejora continua. También asumimos el reto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento. Queremos dotar al colegio de lo último en tecnología, pero de manera que esté al servicio de la pedagogía. Este año hemos terminado de colocar las pizarras digitales interactivas en todas las aulas; contamos con un total de 62 pizarras, y creo que pocos colegios pueden decir lo mismo. Es una apuesta importante, una inversión notable, que supone también la creación de red wi-fi y de colocación de cable en todo el centro, así como en el centro de Infantil de Contrueces. Todo esto supone un reto, porque no queremos las pizarras digitales para seguir haciendo lo que hacíamos hasta ahora: tenemos que hacerlo de una manera distinta. Eso supone una formación del profesorado, es un esfuerzo humano también grande, pero es absolutamente necesario. Tenemos que enseñar como aprenden los chavales en la calle, porque queremos formar personas para el siglo XXI. La implementación del inglés y del francés también es fundamental: somos un colegio bilingüe hasta tercero de Primaria. Además, somos un colegio de Iglesia, y nuestros objetivos también pasan por todo lo que tiene que ver con la pastoral, las propuestas que se hacen a los alumnos y a los padres están en constante revisión y actualización. -¿Cómo ha evolucionado el Codema en estos años? -Ha cambiado mucho, no sólo en instalaciones, también en planteamientos educativos, y uno de los cambios más grandes fue la incorporación de las mujeres al aula. De hecho, yo no tuve compañeras hasta COU. De todas maneras, el nuestro es un cambio continuo. Cada año planteamos obras en verano para seguir mejorando. El edificio es del año 41; en el año 60 se añadió una cuarta planta, y a mediados de los 60 se añadió el cuerpo de la iglesia y el edificio del Oeste. En el año 80 se creó el polideportivo. Hemos ido creciendo, y ahora estamos mejorando los patios. Aquí el metro cuadrado es muy caro, y para ampliar metros cuadrados hemos llegado a sacar espacio del sótano, por eso no hay grandes obras previstas, no tenemos espacio. Y eso que ahora mismo somos 1.525 alumnos, desde primero de Primaria hasta segundo de Bachillerato, junto con los 300 de Infantil que están en Contrueces. -¿Qué ofrece el Codema que no ofrecen otros centros? -Nosotros somos un centro con un ideario propio, es un colegio católico. Procuramos una atención personalizada, estar siempre en la vanguardia de la pedagogía, intentando aplicar lo que se ha denominado inteligencias múltiples en el centro. También ofrecemos una propuesta integral de formación de la persona que es clara, que pasa por el Evangelio, por las personas solidarias y críticas, algo que es muy necesario: ser capaces de tener una opinión ante la realidad, que los propios alumnos se puedan formar sus propias ideas. Nosotros intentamos educar en libertad. Por aquí han pasado personas diferentes, desde Antonio Trevín hasta Francisco Álvarez- Cascos, y la propuesta del colegio es clara: no se impone, se propone; cada uno luego tiene sus orientaciones, pero siempre procuramos mantener la filosofía de la cercanía con las familias. -¿Qué necesidades tiene el centro? -Estamos en un cambio de consejerías y hay que darle tiempo, pero tenemos que enfrentar el problema de la ratio entre profesor y alumno, que es claramente insuficiente y nos obliga a estirar con gran esfuerzo nuestros recursos propios. Nos gustaría que se revisara esta relación, especialmente en Infantil, donde la ratio es de uno a uno. También nos gustaría que la Consejería revisara los gastos de funcionamiento del centro, el dinero que nos manda para ello. Los recursos para este capítulo son también escasos. -¿Es la educación en valores más necesaria que nunca? -Los nuestros son valores atemporales, pero en tiempos de crisis de valores sociales, en todo momento, son necesarios para una sociedad, y más en momentos de inseguridad. Eso es lo que tenemos que transmitir a los alumnos. -La mayoría de ellos guardan buenos recuerdos... -En general sí, y muchas veces nos sorprenden los que han sido más «trastos», que nos saludan con afecto y agrado una vez pasado el tiempo. -¿Qué queda de la rivalidad con los jesuitas? -Nosotros tenemos equipos de fútbol en todas las categorías, de balonmano, baloncesto, hockey, atletismo, ajedrez, el deporte es muy importante en el colegio porque va asociado a valores como el esfuerzo, la constancia, el amor propio, que es bueno que los chavales asuman. Y la rivalidad con la Inmaculada sí ha existido en ese sentido, pero simplemente para dar sal a una piquilla sana. Nunca ha ido más allá de esto. -¿Cómo valora el sistema educativo actual? -Estamos en un debate abierto, y los continuos cambios educativos al hilo de los cambios políticos no ayudan. Todo el mundo dice que es necesario un pacto educativo, pero luego, a la hora de concretarlo, parece que no es posible. No sé si el nivel es mejor o peor que en otros tiempos, porque va evolucionando, y ahora se habla de las competencias básicas: ver qué sabes hacer con lo que sabes. Tenemos que estar a la altura de cada momento. Y para ello es necesario que no se use la educación como herramienta arrojadiza. Politizar la educación no es positivo. Uno de los de casa Simón Cortina Hevia nació en Gijón en 1971 y se formó en las aulas del Codema. Después del COU, se matriculó en Derecho en la Universidad de Oviedo, donde realizó estudios hasta su ingreso en la Congregación de los Claretianos. Es licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y especializado en Educación para la Solidaridad y el Desarrollo por la Universidad Pontificia Comillas (Madrid). Fue ordenado sacerdote en Gijón en 2002, año en el que pasó al Codema como miembro del equipo docente. Después de ser jefe de estudios de bachillerato, ahora es el nuevo director del centro. También imparte la asignatura de Historia de la Filosofía en segundo curso de Bachillerato. Además, es misionero claretiano, la institución titular del colegio. A lo largo de todos estos años ha visto discurrir la historia de un colegio que no incorporó a las mujeres a las aulas hasta el año 1981. Las primeras llegaron ese curso a COU. Ahora, el centro es mixto desde la Educación Infantil.