De luz nueva se viste la tierra

Cuando se entra en el renovado “Museo Mártires Claretianos de Barbastro” llama la atención la luminosidad que tiene todo el recinto. El blanco de paredes y techos envuelve los diferentes colores de cada una de las ocho salas. ¿Cómo puede ser posible que los diseñadores del nuevo museo, un grupo de reconocido prestigio en todo Aragón, hayan cometido tal error al proyectar un lugar que recuerda el martirio de los 51 Claretianos muertos en la Guerra civil española?

¡No, no es un error! La historia del Seminario Mártir de Barbastro es una historia de resurrección y de gloria. Ellos son la luz que lo envuelve todo y que ilumina no sólo el museo de Barbastro, sino también el camino de la que sigue siendo su “querida congregación” de Hijos del Corazón de María. De la misma manera que los mártires de la Primera Iglesia, los Mártires claretianos de Barbastro, dejan claro qué significa ser verdadero discípulo de Cristo: unirse a Él, seguirle a Él y aprender de Él con todo el corazón y con toda el alma.

Ellos, como Cristo, son testigos del Reino nuevo deseado por Dios para sus queridos hijos del mundo entero. Un mundo de paz, fraternidad, perdón, amor y reconciliación. Por esta razón ellos, vestidos con blancas vestiduras, iluminan el único camino hacia el Mundo Nuevo: la paz y la reconciliación nacidas del fuego de amor del Espíritu del Padre y del Hijo.

Pero la historia de los Mártires de Barbastro no sólo habla de fidelidad a Cristo; no sólo ilumina el camino a los que creen en Cristo. Ellos son parábola viva de tantos hombres y mujeres que, en este mundo, son víctimas de la violencia provocada por el interés y el odio de otros; son imagen viva de los millones de inocentes maltratados y matados en muchas partes del mundo. Los mártires vivieron conscientes de la confrontación fratricida de la Guerra civil española, pero no participaron de su agresividad; antes bien, respondieron al mal con el bien. Siguiendo al Maestro quisieron romper la espiral de la violencia con el único instrumento que nos presentó Jesús de Nazaret: amar perdonandoincluso a los enemigos.

El “Museo Mártires Claretianos de Barbastro”, en su renovación, quiere ser un “centro de interpretación” de lo acaecido en Barbastro con estos 51 verdaderos discípulos de Cristo. Por esta razón, para poder presentarlo todo de manera más adecuada y comprensible, se ha ampliado el número de salas del Museo; han pasado a ser ocho en la actualidad. 

Este es el itinerario experiencial que invitamos a vivir a todos los que vienen al centro de interpretación.

Sala I: Los contextos de la Guerra Civil Española.

Sala II: Los protagonistas: ¿quiénes eran? ¿cómo fue su formación? ¿qué les preocupaba?

Sala III: En el Salón de Escolapios: ¿qué vivieron en la cárcel? ¿Qué quisieron dejar en herencia a la Congregación y a sus familias?

Sala IV: La Cripta: aunque sus restos están allí, ellos han resucitado.

Sala V: La Capilla de la Resurrección: donde la entrega se hace resurrección y mundo nuevo.

Sala VI: La Beatificación: la declaración de los testigos y la declaración de la Iglesia como beatos.

Sala VII: El Padre Claret perseguido. Ellos, los mártires de Barbastro, no fueron ni los primeros ni los últimos en la Congregación.

Sala VIII: Claretianos, testigos de paz y reconciliación en el mundo. El hoy de los Misioneros Claretianos.

El trabajo de renovación del Museo Mártires Claretianos de Barbastro fue decidido por el Gobierno Provincial de Santiago en septiembre de 2022. Han sido más de doce meses de un intenso trabajo en el que hemos intervenido muchos claretianos y laicos; en total, más de ochenta personas. Se han adecuado las ocho salas con paneles explicativos, elaborado más de cien videos explicativos, publicado una página web para el museo y diseñado una guía-web que acompaña a lo largo de toda la visita.

Todo y todos, lo hemos hecho con cariño y cuidado, pensado en brindar una experiencia que haga posible que se conecte con lo vivido por los 51 claretianos mártires; para que eso ayude a ser más fieles a la vocación a la que Jesús llama a cada uno. ¡Que vuestra vida se llene de luz nueva, acercándoos a este seminario mártir!