Inauguración del curso académico 2022-2023 en el Instituto Teológico de Vida Religiosa y en la Escuela Regina Apostolorum

El Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) y la Escuela Regina Apostolorum (ERA) inician un nuevo año compartiendo el gozo de quien comienza una aventura nueva y una expectativa a abrirse, con responsabilidad y fidelidad, a la reflexión y al estudio. Así se ha hecho patente en el acto académico que inauguró este curso 2022 – 2023 de ambos centros docentes y que ha tenido lugar en Madrid en la tarde de hoy. “Para nosotros, el empezar implica también el esfuerzo de revisitar los interrogantes que hoy acucian a la vida consagrada, queriendo integrarlos en nuestra tarea intelectual”, explicaba el Prof. Antonio Bellella, director de los dos centros de estudio. “Queremos identificar y analizar las cuestiones candentes para la vida consagrada en nuestro tiempo”, completó.

Los actos comenzaron con una misa dedicada al Espíritu Santo, fundamento de la unidad y principio de toda la diversidad carismática que año a año se puede apreciar en las aulas de esta comunidad académica. La eucaristía fue celebrada en el Santuario del Inmaculado Corazón de María de la madrileña calle Ferraz y presidida por el Card. Aquilino Bocos, que en su homilía invitó a saber acoger, con disposición creyente, los contenidos bíblicos, históricos, teológicos y espirituales que en estos próximos meses se desarrollarán en el programa, profundizando en la fe mediante el estudio.

Después de la misa pasó a desarrollarse ya en salón de actos del ITVR el resto del programa del acto académico. Comenzó con las palabras del superior mayor de esta provincia, el P. Adolfo Lamata, cmf, que quiso compartir sus mejores deseos para este curso, invitando a buscar la fecundidad desde la humildad, a imitación de la verdad de Dios “cuyo darse comenzó aceptando la estrechez de un mundo limitado, frágil, mortal”. “Hemos de ser lúcidos ante las realidades de nuestro mundo y encarnar el pensamiento en las grandes preguntas y desafíos que la vida consagrada tiene hoy. Entre todos, sin duda, tenemos que descubrir los caminos y las formas más apropiadas” añadió.

Seguidamente, la profesora y secretaria del ITVR-ERA, Laura Zamora, leyó la memoria del curso anterior dando cuenta las múltiples actividades al servicio de la vida consagrada. La lectura de la memoria también hizo constar el buen número de jornadas y seminarios propuestos en modalidad presencial y a través de Internet, y destacó la importancia de la Semana Nacional de Vida Consagrada. Por su parte, la Escuela Regina Apostolorum desarrolló en el anterior año académico las actividades que le son propias, es decir, el aula de religiosos, el aula de internoviciado y diversas conferencias y cursos dentro del aula de formadores.

Las publicaciones de los profesores suman más de varias docenas de artículos y el crecimiento de la biblioteca especializada del ITVR, ronda ya los 75.000 volúmenes, a los que se suman cerca de 19.000 volúmenes de revistas encuadernadas y accesibles para los estudiantes, profesores e investigadores.

Respirar y empujar

A continuación, llegó el turno de la lección inaugural que corrió a cargo del Prof. Paulson Veliyannoor, subdirector del Instituto de Vida Consagrada de Sanyasa (Bangalore), impartida bajo el título "Arraigada en el futuro, audaz en el presente. Una visión evolutiva de la vida consagrada". El profesor y doctor en psicología clínica comenzó mentando la “acidez” que a muchos católicos les provoca el estado actual de la vida consagrada, “su pérdida de relevancia y la sensación de degeneración y decadencia que la envuelve”, abundaba. “Sin embargo -opinaba el religioso claretiano-, no hay razón para el pánico”, pues el seguimiento radical de Cristo que define a los consagrados “es un deseo expreso de Cristo y, por tanto, no puede dejar de existir”. Lo que experimentamos en la historia actual de la vida religiosa “debe verse desde una perspectiva evolutiva en la que una forma de ser muere, pero da paso al nacimiento de otras más nuevas y vitales”, concluía.

“La oscuridad que los religiosos vivimos en la historia actual no es la oscuridad de la tumba, sino la del vientre que nutre una nueva vida, una nueva y apasionante forma de vida consagrada que espera nacer”, concluía. “Los consagrados estamos hoy en un parto colectivo”, y en esta situación “debemos seguir respirando y empujando”. “Si no lo hacemos, retrasamos e incluso ponemos en peligro el nacimiento de la nueva especie de vida consagrada que está esperando”.

Esperanza, estructura de nuestra existencia

“Hoy los consagrados nos planteamos de manera acuciante el siguiente interrogante: ¿Qué nos cabe esperar? Es la pregunta que la humanidad se hace desde siempre y que en este incierto tiempo cobra actualidad”, reflexionó el director del ITVR-ERA en su intervención. El P. Bellella fue encauzando magistralmente la respuesta hacia el fundamento filosófico de la libertad, la cual, no puede actuar sino es sostenida por la esperanza. “A la postre y en la raíz, la esperanza solo se puede asentar y alzar sobre el poder y promesas de la realidad de las realidades: sobre Dios y sobre la palabra que él nos ha dado”. Pero “¿en qué o en quién descansamos la esperanza?”, exhortó. “¿Cuál es la promesa que se nos ha hecho a nosotros, a los religiosos de este momento eclesial? ¿Qué pasos estamos dando? ¿Qué sembramos? ¿Cuál es nuestra oración?”, interpelaba para responder a renglón seguido que “a todas estas preguntas queremos volver en este año académico del ITVR”.