Los laicos ayudan a preparar el Capítulo Provincial

En las últimas décadas han pasado muchas cosas, entre ellas que el Magisterio de la Iglesia ha reconocido solemnemente la gran aportación que los laicos -con otras palabras, los seglares- pueden hacer a la vida de los religiosos y los sacerdotes. Atrás va quedando aquello de “doctores tiene la Santa Madre Iglesia que te sabrán contestar…”.

Pero el Magisterio no se ha quedado ahí. Ha ido más allá, y ha hablado de la conveniencia de que los laicos, varones y mujeres, tomen la palabra para ayudar en su camino vocacional a los sacerdotes y las personas consagradas. Las encíclicas de Juan Pablo II recogen varios textos en ese sentido.

Los Misioneros Claretianos de Santiago, como los del resto del mundo, somos cada vez más conscientes de que caminamos en Iglesia, de que servimos una Misión que no es exclusiva ni principalmente nuestra, de que nos alimentamos de un Pan y una Palabra que el Padre entrega a todos, de que nuestros tiempos piden una intensa vivencia de fraternidad eclesial.

Muchas de esas convicciones se articulan alrededor de la idea de ‘misión compartida’. Una muestra de ello es la reunión que congregó en Colmenar Viejo el 27 de octubre a cerca de cincuenta laicos, ellos y ellas, para ofrecer a los Misioneros una palabra que enriquezca nuestro próximo Capítulo Provincial.

Los laicos, una vez más, demostraron su generosidad. Durante una jornada, jornada y media en bastantes casos, sus familias e intereses personales volvieron a pasar a un segundo plano, y su experiencia, su tiempo y su afecto estuvieron al servicio de los Claretianos. Venían, como dice uno de los evangelios de estos días, de Oriente y Occidente, de Elda y de Zamora, de Zaragoza y de San Vicente de la Barquera, de Aranda y de Gijón. Habían dedicado horas a leer el Proyecto de Vida y Misión de los Claretianos y a reflexionar sobre él y se atrevieron a sugerir criterios de revisión y pistas de futuro. El encuentro incluyó tiempo para la reflexión personal, para el diálogo, la convivencia y la celebración expresa de la fe. Más de veinte claretianos, representando a toda la Provincia, se unieron al grupo en la Eucaristía final y en un café compartido para expresarles nuestra gratitud.

Los miembros del próximo Capítulo Provincial y el Superior General, Presidente del Capítulo, ya han dado su conformidad (que habrán de ratificar una vez iniciado el Capítulo) para que algunos de estos laicos participen como invitados en la asamblea capitular y pongan voz a la valiosa reflexión de sus compañeros.

Que el Dios de la Vida se lo pague con una bendición especial sobre sus familias e intenciones.