Con un proyecto que busca restaurar parte de los bosques autóctonos de la zona de Cazale, en Haití
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Siente en Pascua. A la luz del Resucitado nuestros sufrimientos se transfiguran
Es Pascua. Cristo ha resucitado. Comienza un tiempo nuevo, el de la revelación del amor victorioso de Dios. Un amor que sabe ver e interpretar los signos de la presencia real y misteriosa del Amado, que vive para siempre. Un tiempo que exige de nosotros permanecer con la atención puesta en todo lo que nos rodea, pues el Resucitado viene a encontrarse con nosotros. Jesús pasó de la muerte a la vida y abrió un camino de triunfo que todos estamos invitados a transitar. Hay esperanza y hay luz. Y por ello el equipo provincial de animación pastoral de los misioneros de Santiago (EPAP) equipara esta cincuentena pascual a un viaje a través de los sentidos hacia el Sentido que nos mueve. Seis escalas al hilo del Evangelio de cada domingo hasta Pentecostés, con unos materiales preparados por el misionero Pedro M. Sarmiento, doctor en Teología. Nada se perderá ni será olvidado si reactivamos desde la fe nuestros seis sentidos para poder ver, tocar, gustar, oír y hablar, unirse y amar.
Por tanto, unos materiales que pueden ser aprovechados tanto personalmente como en grupo de fe, cuidadosamente editados y que constan de la Palabra y de pequeñas palabras que junto a un texto evocador y a unos interrogantes facilitarán, a buen seguro, nuestro propio camino interior.
El viaje no ha hecho más que comenzar. En el horizonte la fuerza y el poder del Espíritu, pero ahora toca descubrir las huellas del Resucitado. ¡Hay tanto donde encontrarle! Y sobre todo, en el corazón. El EPAP nos ayuda a no olvidarlo: “Para Dios somos como la fragancia de Cristo; olor que llega a los que se salvan y a los que se pierden” (2 Cor 2, 15)