El viacrucis es el “camino de la cruz” que no termina con la crucifixión de Jesús sino con su resurrección. Las estaciones y los pasajes bíblicos quieren ser recuerdo de lo vivido, pero, sobre todo, llamadas de atención para nuestra propia vida, nuestro propio camino. (Del prólogo de Gabriel Beltrán, autor de estos materiales para el área de Solidaridad y Misión de esta provincia)