Renacimiento vocacional

“Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Noticia, que anuncia la salvación”

(Isaías 52, 7)

En estos días de Epifanía, en los ecos de nuestro II Capítulo provincial y al cumplirse un año del Foro de Animación Vocacional, es un buen tiempo para desear un renacimiento vocacional. Para nosotros y para los que puedan venir.

Como todo lo que tiene que ver con Dios, ese renacimiento será primeramente un don. Será un don vernos renovados en nuestra llamada y animados en nuestra respuesta. Para alejar el riesgo del que nos alertaba el nuevo presidente de la Unión de Superiores Generales: “El drama de la Vida Religiosa es que deje de ser religiosa”. Y serán un don las nuevas vocaciones que puedan surgir, en las que el mismo Señor que nos llamó a nosotros pueda seducir y provocar nuevas fidelidades y nuevas respuestas. De sus Manos, a través de las manos de éstos, podrá venir un impulso a la renovación que estamos buscando.

Y como todo lo que viene del Dios encarnado, ese renacimiento será a la vez una tarea. Coral y multiforme. La tarea de centrar nuestra vida en lo esencial y dejar que desde ahí se despliegue en todas sus dimensiones. Porque sólo desde la raíz puede surgir la savia nueva. Y a la vez, como nos recordaba recientemente Elías Royón SJ, presidente de CONFER, cada vocación será “un don que está condicionado a los esfuerzos de cada comunidad cristiana por suscitarlo, descubrirlo, acompañarlo”. Toda una tarea.

Sin vocaciones no hay proyecto. Por eso, al comenzar este nuevo sexenio pedimos al Dueño de la mies que siga enviando obreros a su tarea, en esta parcela que se nos ha encomendado a los Misioneros Claretianos. Porque en este contexto de crisis global, que también es una crisis de Dios, hacen falta misioneros que sigan al Maestro, anuncien su Palabra y hagan visibles sus signos de Amor en nuestro mundo, en medio de sus angustias y sus esperanzas.

Sin propuesta no hay respuesta. Por eso, al comenzar este nuevo año queremos animarnos a que cada uno, allí donde esté, pueda ser mensajero de la buena noticia de la vocación cristiana y claretiana. Con la oración, las palabras y/o con la vida. No vamos a cazar a nadie, sino a proponer a muchos. No vamos a forzar a ninguno, sino a ofrecer a todos. A cercanos y a alejados. Con claridad, valentía y respeto. Como hizo el Señor, hace 2000 años, a la orilla de aquel lago. Como se proponen las cosas que merecen la pena. Como se ofrece lo que precisa ser acogido en libertad.

Y dos medios para este nuevo año: la web www.buscoalgomas.com, en la que participamos junto con otras muchas congregaciones, que puede poner palabra a las intuiciones de aquellos que “buscan algo más”… y pueden llegar a encontrarlo junto a nosotros. Y la propuesta de una vigilia de oración vocacional mensual en cada posición pastoral de la Provincia, como se hace ya en varios lugares (El Espino, Logroño…), invitando a otras congregaciones que haya en la zona, desde un horizonte vocacional amplio e incluyente, como momento de oración de la comunidad cristiana y claretiana, pidiendo a Dios el presente y el futuro que necesita.

Renacimiento vocacional: un deseo y un camino. Un don a acoger y una tarea a realizar. Para nosotros y para los que puedan venir. Contamos contigo.

 “El Dios de los cielos nos hará lograrlo.

Nosotros, sus siervos, vamos a ponernos a la obra”

(Nehemías 2, 20)