El Colegio Mayor Jaime del Amo en colaboración con la diócesis de Getafe y la Universidad Francisco de Vitoria organiza una exposición dedicada a La Divina Comedia
Se encuentra usted aquí
Buscar Nuestra Identidad (reflexión precapitular)
Nuestra Congregación y nuestra Provincia de Santiago, tiene gran número de instrumentos documentales y capitulares para decir algo ante lo que está pasando. Algo en común, que afecte a nuestra vida comunitaria, a la evangelización en nuestras diversas plataformas y a la institución y opinión pública. Si nos “estremecemos” ante la realidad de la injusticia y nos “dejamos tocar por los pobres”; el silencio o el miedo, la sedación o prudencia, son una manera de tomar parte, y por más que les pese a algunos, una manera de hacer política.
La preocupación por los más necesitados debe convertirse en testimonio y palabra clara. Somos, (Soy), consciente de nuestros pecados e incoherencias, pero eso no puede detener la denuncia ante el desmantelamiento progresivo de la sociedad de bienestar (ley de dependencia, retrocesos en las conquistas laborales, paro, desahucios…), la educación, la sanidad, la desigualdad de oportunidades… Frente al rescate de aquellos que produjeron la crisis, el sistema financiero, las preferentes de los bancos, las ganancias de estos y sus inversiones no muy claras (del que es un exponente el Banco Santander). Las mentiras que reproducen los medios parecen calar en todos y nos llevan a la inmovilización. Por ejemplo: una repetida muchas veces es que los Sindicatos no sirven para nada, (sería bueno recordar lo que dice sobre ellos la Doctrina Social de la Iglesia –tan olvidada- o simplemente “Caritas in veritate”). La verdad es que no se puede ser exhaustivo, sobre todo esto, hay muchísimos análisis generales.
Es en el día a día, cuando nos encontramos con ese familiar o parroquiano que ha perdido el trabajo, con la joven pareja que vuelve con sus padres, el anciano sacado de la residencia para ayudar con su pensión a la familia… aumentar la lista con todos los casos que conocemos. Es aquí, donde nos la jugamos. Debemos mojarnos, creo que en tres aspectos:
- A nivel comunitario: poniendo en común las experiencias de precariedad y sufrimiento de las personas con las que nos encontramos. Repensando nuestras programaciones, actitudes, posicionamientos que no son aceptables, palabras, gestos, signos que pueden delatar que vivimos a parte, que no nos afecta la crisis. Para lo cual no estaría mal que en nuestras comunidades se leyera como lectura espiritual el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia o el último documento de la CONFER sobre la crisis… Pero la cosa pasa por sentirse tocados y si lo estamos debemos plasmarlo en defensa de los afectados: acoger en nuestros locales y casas, a veces tan grandes, a una familia de desahuciados no sería un mal ejemplo. Tienen que ser signos pequeños y concretos.
- A nivel de plataformas evangelizadoras: Equipos, parroquias, colegios y otras. No se puede olvidar que el 50% de los jóvenes no encuentran trabajo, que muchos de ellos, gente preparada, tiene que emigrar al extranjero. ¿Nuestra Pastoral Juvenil Vocacional no tiene nada que decir? ¿Nuestras bien organizadas Cáritas parroquiales, con la ingente labor asistencial que hacen, no podrían denunciar en común algunas realidades? ¿Qué pasa con el 0,7%, nos creemos la mentira de que primero hay que ayudar a los de aquí? Las preguntas serían innumerables, no es cuestión de hacer una lista. Se trata de hacer un sentir general con los laicos, feligreses, alumnos, profesores, padres, de que lo claretiano es estar de parte de los que sufren. Apoyar las manifestaciones y huelgas generales no hubiera sido un mal ejemplo. Es cosa de no permanecer siempre neutrales.
- A nivel público e institucional: Como Provincia y Congregación somos una estancia pública, pequeña, pero con algo que decir en una iglesia y un mundo que espera una palabra de esperanza. Como “Misioneros”, (título de la Carta Circular de Josep María Abella, Superior General, 2012), solos o con otras provincias deberíamos pronunciarnos. Tenemos Medios de Comunicación, cosa bien claretiana, ¿porqué no usarlos más encarecidamente para trasmitir todo esto? ¿Porqué no hacer un Proyecto de Vida y Misión desde esta clave? No es algo coyuntural como nos venden algunos, afecta a todo el sistema, incluso en los buenos tiempos la pobreza en España rondaba el 20%.
Bueno, seguro que hay muchas más sugerencias, tengo que ser breve, este es un pequeño recordatorio. A la vuelta de la esquina tenemos un Capítulo Provincial y al no tener un órgano para la expresión a nivel provincial, utilizo esto. Los puntos de vista diferentes no faltaran, hay que provocar un poco. Es sólo un esbozo, un repaso por nuestras autoproclamaciones, una búsqueda de nuestra identidad. Sin falsa humildad, al menos a mi me falta mucho para ser un “hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa”, habrá que seguir en el intento. Ánimo.
En el cariño de la Madre.
Julio César Rioja.
“Reafirmaremos, asimismo, la prioridad congregacional
por la solidaridad profética con los empobrecidos,
los excluidos y los amenazados en su derecho a la vida,
de modo que esto repercuta en nuestro estilo de vida personal y comunitario,
en nuestra misión apostólica y en nuestras instituciones”
(HAC 58,3)