Las tres mesas – ecos del 2º Encuentro de responsables de PIJV

Durante los días 2 y 3 de febrero de 2013, muchos de los responsables de PIJV de los Claretianos de Santiago nos reunimos en torno a tres mesas: la del trabajo, la de la celebración y la de la convivencia.

La primera fue la mesa del trabajo. Fue la que llevó más tiempo del encuentro, la que nos convocaba. El objetivo principal fue tomarnos el pulso en nuestro trabajo pastoral con niños, adolescentes y jóvenes, en clave de evangelización y de animación vocacional. Estamos en un tránsito de sexenios, y con la evaluación realizada en torno al Capítulo Provincial, así como con las directrices emanadas del mismo, es un buen momento para felicitarnos por el camino realizado, así como para mirar el horizonte del camino que nos queda por recorrer. Junto a ello, algunos asuntos más concretos relativos al oratorio de niños y al verano con adolescentes y jóvenes, incluyendo la preparación del campamento conjunto de este verano. La presencia del Prefecto de Apostolado durante todo el encuentro, así como del Superior Provincial y de uno de los miembros del Equipo formativo de Colmenar nos ayudó en este trabajo.

La segunda mesa fue la de la celebración. Es la mesa que da sentido a lo que hacemos, fuente y meta de nuestro trabajo: el encuentro vivo con el Señor resucitado, en asamblea de caminantes, abiertos a un mundo que espera la Buena Noticia. Durante este encuentro quisimos cuidar más estos momentos en la capilla, con dos eucaristías y dos tiempos de oración en los que hacer silencio y escuchar la voz del que nos llamó y nos llama a llevar a otros el Evangelio, al estilo de Claret, contando con nuestras fuerzas y restaurando nuestras debilidades.

Y la tercera, pero no por ello menos importante, fue la mesa de la convivencia. En las valoraciones orales y escritas de estos encuentros, suele ser de las mejores puntuadas. Los momentos de comida, de sobremesa, los tiempos libres… Porque necesitamos encontrarnos en torno a un plato o a un vaso, conversar, intercambiar pareceres, contarnos historias de lo que fue o pudo haber sido… Una convivencia que puede favorecer las dos mesas anteriores: la celebración y el trabajo. A seguir dando pasos.

Las tres mesas del Encuentro de responsables pueden servirnos de inspiración para todo nuestro trabajo de PIJV, a nivel local y provincial, más allá de este encuentro concreto. Porque también en nuestra tarea necesitamos avanzar en una convivencia que, al estilo de la de Jesús con sus discípulos, surja de la vida, de las alegrías y las dificultades, y sea la base de todo lo demás. Avanzar también en una celebración viva de nuestra fe, que nos ayude a sabernos constantemente acogidos en nuestra pequeñez por quien sabemos que nos ama, a la vez que enviados al mundo por aquél que cuenta con nosotros para llegar a donde quiere ir Él.  Y dar pasos decididos en nuestro trabajo, cualificando lo que esté de nuestra mano y sabiéndonos en red entre nosotros y con tantos otros que también buscan modos de hacer llegar el Evangelio del Reino y de la vocación a los más jóvenes.

Las tres mesas, al final, son tres caminos por los que avanzar unidos, desde nuestra pasión por Cristo y por la humanidad.