El encuentro, celebrado en Zaragoza, pidió que el P. Juan Lozano continuara con su labor como sacerdote claretiano asesor
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PASCUA SAMARITANA conjunta: esto es lo que vivimos
Samaritano era el hombre que se paró junto al herido en el camino, según contó un día Jesús. Y samaritana era la mujer que, en diálogo con Jesús, recibió el agua viva que sólo Él puede darnos. Algo así quiere ser la propuesta de la Pascua Samaritana conjunta: pararnos junto a los heridos de la vida, dándonos cuenta que, al hacerlo y al celebrar juntos la Pascua, recibimos vida.
Esto es algo de lo que vivimos los 9 participantes de Gijón y del Claret Meeting Point (Madrid) que esta Semana Santa nos acercamos a la casa de Basida en Navahondilla (Ávila), para compartir los días del Triduo Pascual con la comunidad, voluntarios y residentes en ese lugar.
“BASIDA, esa gran familia, gente tan distinta y a la vez tan similar. Qué mejor compañía para disfrutar de la maravillosa experiencia de la Pascua. Solo guardo palabras de agradecimiento, GRACIAS DE CORAZÓN” (Alberto de la Mano, Comunidad de Discernimiento - Gijón).
“Volver a Basida es volver a casa, pero sobre todo si es para vivir la Pascua. Yo llegaba con muchas ganas, con fuerza y con motivación, a la vez buscaba llevarme todo lo vivido a casa y poder recordarlo todos los días, pero la verdad es que he vuelto a Galilea con eso y con mucho más: me traigo recuerdos, ganas de volver, personas que no se van a poder ir de mi memoria… Aunque yo creo que allí lo que priman son las pequeñas cosas, las miradas, las sonrisas, el cariño de las personas, los abrazos y besos que te pueden dar y que tú das, el estar unos minutos hablando con alguien… al final, el darte a los demás y a su vez recoger de ellos. No sé, Basida es familia y nosotros formamos parte de esa gran familia que la forma” (Irene González, Comunidad de Discernimiento - Gijón).
“Basida ha sido VIVIR la Semana Santa desde el AMOR sin límites reflejado en los pequeños detalles de cada día; desde la ENTREGA que es cargar con la cruz de la enfermedad, el dolor, la exclusión y al mismo tiempo ser Cirineo disponible donde se necesite; y desde la ALEGRIA de sentirse miembros de esa gran comunidad que anda de la mano y guiada por el Evangelio de Jesus” (Laura Martín, Claret Meeting Point - Madrid).
“Reviviendo estos días de Pascua en Basida, se podrían resumir en Amor y familia. Amor incondicional de los que dan su vida a los más necesitados, tanto por parte de la comunidad como de los voluntarios. Amor también de los residentes que viven pensando en sus capacidades y no en sus limitaciones, aportando cada uno lo que puede a su tarea y a la comunidad. Y por supuesto amor de Dios y Jesús como pegamento que une a todos los anteriores y forma una gran familia, la familia de Basida de la que nosotros hemos tenido la suerte de formar parte” (Manuel de Pablos, Claret Meeting Point - Madrid).
Muchas gracias a todos los que hemos participado en esta experiencia y por lo que cada uno ha aportado. Y confiamos que otros muchos jóvenes puedan vivir una experiencia similar en los años venideros, recibiendo el agua viva de Cristo en el servicio a los heridos de la vida.